El gobierno acordó con las Naciones Unidas un batallón de 200 militares uruguayos, el avión Hércules del Ejército, un plantel de perros antiexplosivos y unidades potabilizadores de agua de OSE que eventualmente se desplieguen en la República Centroafricana, según informó en Nueva York el canciller Rodolfo Nin Novoa.
En declaraciones a la prensa uruguaya recogidas por Subrayado, el canciller explicó que además Uruguay colaborará a través de su Escuela de Formación de Oficiales y sus protocolos, para "perseguir y castigar las presuntas violaciones a los derechos humanos" en el marco de las misiones de paz del organismo.
Nin Novoa indicó que esta colaboración significa "un incremento" de 200 efectivos en el aporte de Uruguay a las misiones de paz de la ONU, donde las Fuerzas Armadas ya participan con contingentes en Haití y la República Democrática del Congo (RDC).
En República Centroafricana desde 2012 hay un conflicto entre la coalición rebelde Seleka y el Ejército gubernamental. Muchos de los insurrectos son excombatientes de la guerra civil de 2004 en el país, y acusan al expresidente François Bozizé de incumplir los tratados de paz que se firmaron en 2007.
Ese año se llegó a un acuerdo de paz entre el Gobierno y los rebeldes que comprendía una amnistía para sus miembros, su legalización como partido político y la integración de sus combatientes en el Ejército.
En 2013 los rebeldes rompieron el alto al fuego, tomando control de las ciudades de Damara y Bossangoa. Surgió entonces el temor de que Bangui fuera tomada provocando una crisis de pánico en su población. Los rebeldes lograron entrar a la capital tras intensos combates en los barrios aledaños al Palacio de Gobierno, y tomaron el control del recinto gubernamental tras intensos tiroteos entre ellos y los defensores del lugar. Bozizé huyó al Congo y Michel Djotodia quedó como presidente interino.

Anuncio del canciller durante la visita del presidente a EE.UU.