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Un último adiós para Brissa

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Sepelio: una multitud dolorida acompañó a los familiares de Brissa González. Foto: F. Ponzetto

TRISTEZA E IMPOTENCIA

En la mañana de ayer se realizó el sepelio de la segunda niña asesinada en un mes.

Sepelio: una multitud dolorida acompañó a los familiares de Brissa González. Foto: F. Ponzetto
Sepelio: una multitud dolorida acompañó a los familiares de Brissa González. Foto: F. Ponzetto

Otra vez un ataúd blanco. Una multitud participó ayer del sepelio de la pequeña Brissa González (12) en el Cementerio del Norte. Una escena similar se registró en el Cementerio Central de Rivera ocho días atrás durante el sepelio de Valentina Walter (9), también asesinada y violada.

Brissa desapareció el lunes luego de perder el ómnibus que tomaba todos los días para llegar a la escuela 89, localizada en Algarrobo y Serrato, en Villa Española. La Policía encontró el jueves al mediodía su cuerpo en el balneario Las Vegas.

Cerca de la hora 10:00 de ayer cientos de familiares, amigos y compañeros de trabajo de los padres y hermanos de la niña se dieron cita en el Cementerio del Norte para despedir a Brissa. También, como en Rivera, había muchas personas que no tenían ningún vínculo con la criatura brutalmente asesinada. Simplemente están indignados, según dijeron.

Muchos llevaron flores blancas, otros aparecieron con globos del mismo color. Todos querían saludar a la familia y dar una voz de aliento o un abrazo. La madre de la pequeña Brissa, Ana Paula Gerez, llevó los muñecos y juguetes más queridos por la niña. Se abrazó a ellos en todo momento.

El comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, se hizo presente en el sepelio junto con los integrantes del comando y jerarcas de otras reparticiones de la División I. El padre de la niña es un sargento que reviste en una unidad de caballería.

Tanto en el velatorio, que se desarrolló durante toda la noche anterior, como en el sepelio, se vivieron momentos desgarradores. Un silencio interminable, roto únicamente por los sollozos, invadió todo el lugar. De pronto alguien comenzó a aplaudir con una cadencia muy lenta y triste. El resto de los presentes lo siguió. En determinado momento los globos fueron liberados y el viento se los llevó lejos.

Solicitud.

La familia de Brissa pidió el jueves pasado en las redes sociales que la niña sea recordada con una sonrisa, evitar los comentarios con odio y eliminar los posteos con sus fotografías cuando era buscada.

Así como el padre de Valentina, Juan Carlos Walter, envió un mensaje de paz pidiendo dejar actuar a la Justicia, la madre de Brissa escribió una conmovedora carta en su muro de Facebook: "Su hermosa sonrisa iluminará mi vida y la de sus hermanos que hoy se sienten incompletos".

"Dejó vacío a su padre que tanto amó, que tuvo que estar presente, mirar a ese animal tan cerca y no poder matarlo con sus propias manos. Tuvo una muerte terrible. Inimaginable porque la sentí viva hasta el último instante", escribió.

La madre pidió que "retiren todos los lazos negros, las publicaciones de odio, todo y cada cosa que quieran expresar. Pido respeto por un inocente que se fue dejando una ausencia gigante, con una familia que la amó y la va a seguir amando".

Criminales.

La Justicia de Rivera determinó prisión preventiva por 90 días para los dos imputados por el asesinato de Valentina Walter. Se trata de dos hombres de 22 años, vecinos de la niña. El día que mataron a la critaura era su cumpleaños.

La fiscal a cargo del caso, Verónica Bujarín, solicitó la formalización e inicio del proceso contra ambos imputados. Como medida cautelar pidió la prisión preventiva.

Mientras tanto, Williams Pintos (35) es el único imputado por la muerte de Brissa González. El juez de la causa dispuso la prisión preventiva por seis meses mientras se investiga el caso a pedido del fiscal Juan Gómez (ver nota aparte).

Si bien quedan muchos detalles por terminar de dilucidar, se sabe que el sujeto tenía antecedentes penales. Había sido procesado en los años 2004 y 2012 por el delito de atentado violento al pudor.

Ana, la hermana mayor del imputado, salió a pedir perdón a la familia de Brissa. "Tengo un gran dolor en el alma. La primera vez que él cayó preso mi madre murió de un infarto porque no podía creer lo que había hecho. No puedo sacarme de la mente a esta niña. Le quiero pedir perdón", señaló a El País.

Cree que tras los dos procesamientos y el crimen, su hermano debería estar confinado tras las rejas toda la vida. "No creo que tenga rehabilitación. Pido que lo dejen encerrado, es un peligro", afirmó.

La mujer entiende que sería oportuno tomar medidas que trasciendan la reclusión. "No sé por qué el gobierno no hace nada con estas personas. Se sabe que tienen patologías. ¿Por qué no le ponen una tobillera? Le ponen chip a los perros y no a estas personas que son un peligro", señaló Ana.

La búsqueda intensa que derivó en la indignación.

El tráfico comunicacional de las redes sociales se vio incrementado por el caso Brissa González. Primero fue la búsqueda, miles de usuarios colocaron su fotografía y los teléfonos de contacto. Toda información que divulgaran los medios de comunicación terminaba multiplicándose en las redes. Durante los rastrillajes decenas de personas se presentaron en Marindia para colaborar. Otros se ocupaban de difundir datos falsos, medias verdades o especulaciones sin fundamento. Después, tras el hallazgo del cuerpo, llegó la honda indignación.

Larrañaga impulsa ley de "cadena perpetua".

Impactado por los crímenes de las niñas Valentina Walter y Brissa González, el senador Jorge Larrañaga anunció que presentará en los próximos días un proyecto de ley para que los responsables de homicidios contra niños reciban una cadena perpetua.

"Estos crímenes espantan, uno siente una enorme rebeldía. Nuestra responsabilidad es la de hacernos cargo de los problemas que surgen en la sociedad", dijo.

Presentará el proyecto ante el Senado de manera personal, sin consultar a los sectores y partidos políticos, según explicó a El País. "Esto tiene que ver con la responsabilidad del legislador. No quiero involucrar sectores o partidos. Los que quieran acompañar lo harán y los que no, darán sus razones para seguir tolerando a estos sujetos que atacan a los más vulnerables", expresó.

La normativa actual señala que el homicidio muy especialmente agravado tiene una pena de 30 años de cárcel. A esto se le agrega que si hay otros delitos se puede sumar otros 15 años. Pero hay causales de reducción de la pena que terminan acortando el cumplimiento efectivo de la sentencia. Larrañaga dijo ser partidario de una reclusión perpetua revisable, como existe en Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia, Argentina o Chile. "Se revisaría la pena a los 30 o 40 años donde intervenga la Suprema Corte de Justicia", apuntó Larrañaga.

"Yo no soy partidario de la pena de muerte, pero este tipo de sujetos ha perdido el derecho a vivir en sociedad. Los especialistas aseguran que su rehabilitación es imposible; si salen, vuelven a matar y violar", advirtió.

Larrañaga entiende que en este contexto de violencia se requiere una "dirección firme" para enfrentar las consecuencias del delito. "Estamos perdiendo la batalla, la están ganando los delincuentes", dijo.

Por otro lado, exigió al gobierno asumir la responsabilidad que le compete.

"Hay que enviar señales muy fuertes para combatir el delito. Tenemos dos visiones. El Frente Amplio cree que no hay que aumentar las penas ni las cárceles. Nosotros representamos otra visión, hay que enfrentar a los delincuentes y mandarlos presos", afirmó.

Además cuestionó la visión "sociológica" del delito. "Me pregunto si el presidente Tabaré Vázquez piensa como el ministro del Interior, Eduardo Bonomi. No estoy de acuerdo con esa visión ideológica del delito de que la sociedad tiene la culpa. Dicen que los delincuentes son hijos del medio social, cuando hay miles de personas que viven en condiciones complicadas y son honestas", concluyó.

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