Calentadores de agua, cocinas y hornos que funcionan únicamente con la energía que proviene del sol, fueron algunos de los inventos uruguayos que se pudieron ver y utilizar ayer en la explanada de la intendencia de Montevideo. Este evento fue organizado por el Centro de Estudios Uruguayos de Tecnologías Apropiadas (Ceuta), y formó parte de la "Semana Solar", una serie de actividades que contó con el apoyo de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, UTE y la Red Uruguaya de ONGs Ambientalistas.
De muchas partes del país, concurrieron a la capital los orgullosos creadores con sus equipos a cuestas. Por ejemplo, Carlos Castillo que trajo desde Guichón su calentador de agua solar. Este jubilado de OSE, hace algunos años comenzó a experimentar con este tipo de energía hasta que logró materializar un panel solar que sirviera para calentar el agua de su calefón. Hoy relata que lo utiliza en su casa todos los días sin ningún problema.
Graciela Pastorini y Juan José Núñez construyeron en Tacuarembó un horno solar utilizando materiales de muy bajo costo, como cartón, papel de aluminio, vidrio y chapa. "Lo principal es dar a conocer este tipo de energía alternativa. Lo bueno de estas exposiciones es que hay gente que no cree que estos aparatos funcionen hasta que los ve. La energía solar es una de las formas más limpias, algo a lo que tenemos que apostar", dijo Pastorini.
Una invención similar fue la presentada por los integrantes del Centro para Adolescentes de Villa Rodríguez, en San José, una institución que funciona por un convenio entre la sociedad de productores lecheros de la zona y el INAU. "Atendemos a cerca de 150 jóvenes que viajan del medio rural a estudiar en el liceo. Allí almuerzan y hacen actividades recreativas y educativas, como la de experimentar con la energía solar, que es una alternativa de fácil acceso que puede servir para bajar los costos de un hogar", manifestó el educador Marcelo García, quien se hizo presente con algunos de los adolescentes que participaron de la experiencia.
El CAIF "Las Almendras" de Bella Unión exhibió un calentador de agua construido de forma sencilla y económica. El modelo realizado por José Correa permite calentar veinte litros en forma simultánea. La aspiración es que en poco tiempo pueda ser utilizado por la población de más bajos recursos de la zona.
La mayoría de estos inventores se iniciaron en el tema gracias a los cursos y talleres que Ceuta ha dado en muchas partes del Uruguay en los últimos años, abarcando más de una decena de departamentos y llegando a unas 400 personas.
VENTAJAS. Además de no ser contaminante, entre las principales ventajas de esta fuente de energía es que no tiene costo ya que está al alcance de cualquiera. Como fue demostrado por las invenciones, no se necesitan grandes recursos económicos para construir cocinas o calentadores que cumplan en forma adecuada su función. Pero en el otro platillo de la balanza hay que colocar el mayor tiempo que lleva calentar agua o comida con aparatos solares, comparado con los que funcionan a gas o electricidad. Otra de las desventajas de esta tecnología es la franca disminución que tiene su rendimiento cuando el cielo está nublado así como, en la mayoría de los casos, la imposibilidad de funcionar por la noche.
De todas formas, como expresaron los especialistas que participaron en el Seminario Internacional de Energía Solar que se realizó el jueves, la causa por la que aun no es un recurso que se utilice en forma masiva reside más que nada en lo cultural. Es decir, si bien la construcción se puede hacer en forma rápida y sencilla, el hecho de que sea aceptado y llevado adelante por una comunidad puede llevar mucho tiempo. "Lo tecnológico está ligado estrechamente a lo cultural; el aparato es el 30%, mientras el 70% es lo cultural", afirmó Juan José Oña, integrante de Ceuta, quien destacó las ventajas de la autoconstrucción que permite que cada uno pueda reparar lo que se dañe y posibilita la replicación de la tecnología. Un ejemplo de esto es la cooperativa de mujeres rurales "Calamañana" que desde hace más de una década construye en distintas zonas de Canelones secaderos solares para las hierbas aromáticas y medicinales que producen.