"Tengo una deuda moral con el doctor René Wolff"

Sybila Bas tiene 38 años. Hace 13 padecía de bulimia y trabajaba como enfermera en una mutualista. Tuvo oportunidad de ver al cirujano plástico, René Wolff operar en Melo.

Ella tenía muchos deseos de quitarse grasa del abdomen. Quería hacerlo con Wolff. En esa época usaba una túnica larga para dismimular su trauma.

Le contó a una compañera de trabajo su caso, entristecida porque con su salario era imposible costear esa intervención. Y se sorprendió cuando un día la llamaron para ir a la sala de operaciones y se encontró con Wolff.

El médico la citó en su consultorio particular. Ella tuvo vergüenza y no fue. Pero Wolff la llamó y no quiso dejarlo esperando en dos oportunidades.

Conversaron de lo que Bas tendría que hacerse y cuando llegó el momento de hablar de dinero el médico le dijo que no se preocupara. "Contempló mis ingresos, de otra manera hubiera sido imposbile operarme", cuenta Bas.

Dice que Wolff le habló de todos los riesgos y le pidió varios exámenes paraclínicos. Bas necesitó siete operaciones para quitar el "pantalón de montar" que tenía de grasa en su abdómen.

Ella, que vive desde hace tres años en Chicago, Estados Unidos, se comunicó esta semana con El País para contar su historia."Soy feliz gracias a que Wolff me operó. Y tengo con él una deuda moral", cuenta.

Wolff operó a Marcia Ibáñez, la joven de 23 años que falleció 24 horas después de una dermolipectomía. Aún faltan resultados de exámenes para conocer si hubo drogas o sustancias que la joven tomara e interfieran con la anestesia, provocando el fatal desenlace.

Bas quiere que se conozca el Wolff que la ayudó. Dice que tanto le mencionó los riesgos que hoy, con una hija de cuatro años, no se sometería a una intervención para verse mejor.

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