Sufrir por amor

Psic. Gustavo Ekroth

Quién no ha sufrido por amor? O mejor dicho quien no ha sufrido por lo que creía amor. Sin temor a equivocarme muy probablemente más del 90 % de los dolores sentimentales que padecen los seres humanos no son precisamente por amor. En algunas circunstancias como por ejemplo el abandono repentino e injustificado o el engaño, el ego puede llegar a doler tanto que nos confunde y pensamos equivocadamente que el dolor más grande es en el corazón cuando en realidad lo que más sentimos es el orgullo herido.

En otros casos el dolor "surge" de la costumbre, perder lo malo conocido y tener que aventurarse a lo bueno por conocer, con todos los peligros e inseguridades que ello conlleva.

También es común ver el caso de personas que sufren muchísimo después de una separación pero no precisamente por la separación en sí misma; sino que por tener que enfrentarse a problemas personales no resueltos que una relación conflictiva tapaba, disimulaba o compensaba. Problemas como el miedo a la soledad, la preocupación por la vejez, la falta de amigos o la carencia de motivaciones personales importantes, pueden potenciarse y/o quedar totalmente al descubierto luego de una ruptura amorosa.

Otro de los grandes sufrimientos por "amor" es cuando nos enamoramos no de la persona real sino de una persona imaginaria que nunca existió ni existirá. En este caso sufrimos mucho durante la relación por el eterno conflicto entre la realidad y lo que nos gustaría que fuera esa persona. Pero sufrimos muchísimo más cuando ocurre una separación porque perdemos un ser ideal imposible de sustituir por ninguna otra persona real.

Otro caso parecido es cuando sentimos un gran dolor al no poder aceptar que esa persona cariñosa, generosa, comprensiva, etc. que conocimos hace un tiempo ya murió y en su lugar hay otra persona que aunque tiene el mismo nombre y aspecto físico, ya no es el mismo ser humano.

Claro que frente al sufrimiento extremo, siempre es mucho más llevadero y digno sentir que sufrimos por amor, que reconocer que somos unos ególatras o admitir que nos equivocamos en la elección o que sencillamente nos enamoramos de un ser imaginario, que nunca existió y que por lo tanto, tampoco nunca conocimos ni amamos.

Si desea mayor información sobre este y otros temas de psicología puede ingresar a la página en Internet: www.gustavoekroth.com, o cualquier consulta a través del nuevo teléfono: 712 60 93.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar