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Uruguay tendrá su cementerio islámico

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Luego de un ritual, los cuerpos se entierran sin cajón, sobre la tierra. Foto: AFP

UN DERECHO QUE NO SE CUMPLE

Iniciativa de la comunidad obtuvo el visto bueno de la Junta de Montevideo. Estará en el Cementerio del Norte.

Luego de un ritual, los cuerpos se entierran sin cajón, sobre la tierra. Foto: AFP
Luego de un ritual, los cuerpos se entierran sin cajón, sobre la tierra, con la cara mirando hacia La Meca. Foto: AFP

Luego de un largo peregrinaje, la comunidad islámica de Uruguay —unas 1.500 personas, 500 de las cuales viven en Montevideo— logró que la Junta Departamental aprobara una solicitud para adjudicarle una parcela en el Cementerio del Norte, para hacer allí enterramientos en base a sus tradiciones y prácticas religiosas. Originalmente, la Intendencia pretendía que la comunidad le pagara US$ 70.000 mensuales para costear el mantenimiento del sitio, pero los representantes de la comunidad le respondieron que no contaban con ese dinero, el cual finalmente terminó siendo exonerado por el legislativo comunal.

En las primeras conversaciones con los ediles, que se dieron el año pasado, algunos manifestaron su preocupación porque la solicitud no fuera aprobada (representantes del Frente Amplio proponían una exoneración parcial), máxime cuando la Junta Departamental acababa de denegar un petitorio de la Iglesia Católica para colocar una estatua de la Virgen en la rambla del Buceo.

La solicitud para instalar el primer cementerio islámico del Uruguay fue aprobada por unanimidad en la última reunión plenaria de la Junta, con los votos de los 29 ediles que se encontraban en Sala.

El planteo fue realizado por el Centro Egipcio de la Cultura Islámica del Uruguay, que solicitó una parcela con capacidad para 20 fosas, y enviado por la Intendencia de Montevideo a la Junta en setiembre de 2016.

Finalmente, el legislativo comunal accedió al petitorio, por lo que el cementerio islámico se ubicará en un terreno de 110 metros cuadrados situado junto al portón de acceso de las calles 2 y José María Silva.

Satisfacción.

Entrevistado por El País en septiembre de 2017, el principal referente del Centro Islámico Egipcio de Uruguay y la figura más representativa de la comunidad musulmana en el país, el sheij Samir Selim, comentó que los ediles le dijeron que su proyecto era "difícil", porque hacía poco tiempo, por falta de apoyo del Frente Amplio, se había negado a la Iglesia Católica la posibilidad de colocar una estatua de la Virgen en la rambla, junto a la Aduana de Oribe.

"No es lo mismo una estatua que tener un lugar para los muertos que vivieron según sus creencias", aseveró entonces el imán. La comunidad musulmana en Uruguay crece a un ritmo lento pero sostenido. Selim asegura que, cada semana, un uruguayo se convierte al islam.

El sheij se encuentra ahora en Egipto, donde había dejado a su familia y a sus pequeños hijos, aunque en las últimas horas le envió un mensaje de agradecimiento al edil nacionalista Diego Rodríguez Salomón, quien el año pasado convocó a la comunidad a la Junta para que planteara su reclamo.

Rodríguez Salomón dijo ayer a El País que se reunió el viernes con la comunidad, la cual también le expresó su satisfacción por la votación de la Junta.

Al concurrir el año pasado al legislativo departamental, Selim recordó que el reclamo tiene décadas: "Yo les pregunté a los sheijs anteriores por qué no se podía y me contestaron que desde hace 35 años —es decir, desde que se fundó el Centro Egipcio de Cultura Islámica— se está pidiendo permiso para enterrar a los musulmanes según sus creencias, pero todavía no nos dieron ese derecho".

Entre las personas que concurrieron a la Comisión de Legislación y Apelaciones estaba también Ricardo Chabkinian, conocido como Yaafar en el mundo musulmán. Se trata del secretario del Centro Cultural Islámico del Uruguay, nacido en el barrio de la Unión.

"Este cementerio sería para los uruguayos —y para los que no son uruguayos pero residen aquí—, que no cuentan con la posibilidad de ser enterrados de acuerdo a las normas islámicas escritas en nuestra religión", explicó Chabkinian. En el caso de los extranjeros, como el sheij Samir Selim, estos en general son repatriados a sus países de origen en caso de morir fuera de fronteras.

Las costumbres.

El musulmán muerto tiene cuatro derechos: se lava su cuerpo con agua pura, usando perfumes; luego el cuerpo se amortaja; el tercer derecho es rezar la oración fúnebre. Lo que falta es poder cumplir con el cuarto derecho que es enterrar el cuerpo en contacto directo con la tierra de manera inmediata, como lo indica la fe islámica. Eso significa que el cadáver no está en un cajón. Aunque también se le puede llegar a poner un cajón por encima, pero sin fondo.

Heba Smith, de la Asociación de Mujeres Musulmanas Fátima Zahra, indicó en tanto a la Junta que "se habló (con el director de Necrópolis Richard Burgos) de una determinada profundidad a tener en cuenta —dos metros—, para que el cuerpo no estuviera muy cerca de la superficie, como pasa habitualmente. Incluso se había hablado de que, en el caso de que alguna persona que falleciera tuviera una enfermedad contagiosa, que fuera de peligrosidad, obviamente iría en cajón cerrado".

Samir Selim
Samir Selim

El visto bueno que no tuvo la virgen

El sheij Samir Selim, comentó el año pasado que los ediles le dijeron que su proyecto era "difícil", porque hacía poco tiempo se había negado a la Iglesia católica la posibilidad de colocar una estatua de la Virgen María en la rambla del Buceo. El imán se encuentra ahora en Egipto, desde donde envió sus agradecimientos a la Junta Departamental de Montevideo por la decisión adoptada por unanimidad.

En entrevista con El País, Samir Selim dijo el año pasado que "las personas tienen que vivir según su creencia y morir según su creencia. En un país laico y libre como Uruguay cada uno puede vivir según su fe. Aquí hay musulmanes que viven, rezan. Pero cuando mueren no se cumple con los derechos islámicos porque el gobierno no lo permite".

Diego Rodríguez Salomón
Diego Rodríguez Salomón

"A favor de la libertad de culto"

"Como siempre dije y como integrante del Partido Nacional, voy a estar a favor de la libertad de religión y culto, buscando igualdad para todos los ciudadanos. Se necesitaba un espacio para la cultura islámica, donde se le pueda dar sepultura a sus seres queridos y con los requisitos que la religión establece.

No importan las ideologías, sino la igualdad. El viernes me reuní con el Centro Egipcio para informarles de la noticia, donde lo que primó sobre todas las cosas fue el agradecimiento por tratar su situación y ponernos por un momento en su lugar", declaró el edil nacionalista Diego Rodríguez Salomón, quien convocó el año pasado a la comunidad a la Comisión de Legislación y Apelaciones de la Junta.

Sobre la tierra y mirando a La Meca

Los ritos funerarios islámicos están basados en las enseñanzas del Corán y de la Sunna, tradición del profeta Mahoma. El ritual consiste en el lavado del cadáver, amortajamiento, ceremonia religiosa —oración y honras fúnebres— y entierro. El cuerpo debe ser lavado siguiendo reglas específicas y luego secado y amortajado en tela blanca.

La Tradición Profética recomienda utilizar tres paños blancos para el hombre y dos paños, más tres elementos complementarios, para la mujer, siempre nuevos y de tela normal y corriente.

El cadáver se deposita directamente en la tierra, recostado sobre el lado derecho y con la cara dirigida a La Meca. El islam reprueba el embalsamamiento, la cremación e incluso las tumbas y monumentos funerarios. Los allegados pueden expresar su dolor, pero sin excesos. Es contrario a los preceptos trasladar los restos mortales del difunto a otra ciudad, ya que es aconsejable enterrar a un musulmán en el cementerio de la ciudad donde murió.

Según el sheij Selim, cada semana por lo menos un uruguayo se convierte al Islam. Los musulmanes son unos 1.500 en todo el país, 500 en Montevideo.

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