Unas 450 mil personas menos y envejecimiento feroz de la población: las proyecciones para Uruguay hasta 2070

La población de Uruguay va en caída. La tendencia que los informes académicos y los datos del último censo de 2023 —que arrojó una cifra de 3.499.451 habitantes— anticipaban, puede ahora trasladarse hasta al menos 2070, según las nuevas estimaciones y proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, se proyecta que para 2070 la cifra de población de Uruguay sea de 3.043.670, es decir, una total similar al de 1985.

Según el análisis del INE, Uruguay registró su pico máximo de habitantes en el año 2020, con 3,5 millones de personas. En 2021 la población comenzó a decrecer por dos factores: el descenso del número de nacimientos —con una caída pronunciada a partir de 2016— y el aumento de muertes a causa del Covid-19, la enfermedad que se diagnosticaba en el país ya desde marzo de 2020.

Desde entonces, el descenso se ha sostenido y, según lo estimado, la situación no cambiará en los próximos años: con una caída moderada a mediano plazo y más acentuada a largo plazo.

Según indican los datos, para 2045 se estima que la cifra de población en Uruguay sea 3.413.329, lo que indica una baja de 2,2% en 21 años. Tomando como punto de partida la estimación de 3.491.762 de habitantes para 2024, entonces la pérdida de población hasta 2070 será de alrededor de 450.000 personas: el equivalente a siete estadios Centenario llenos.

Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

Las proyecciones de población se hacen mediante modelos matemáticos que se nutren de algunos datos -por ejemplo, los que arrojó el censo- y se apoyan en una serie de hipótesis sobre la evolución de tres variables demográficas: fecundidad, esperanza de vida y migración. De esta forma, pueden proyectar cómo se comportará la población en los años futuros.

En Uruguay la fecundidad viene en caída y ese es uno de los factores que marca la cancha. Al observar los gráficos de Tasa Global de Fecundidad (TGF) en Uruguay, lo que puede notarse es una caída brusca del número de hijos por mujer. Mientras que en 2013 el número de hijos por mujer se situaba en 1,95, a 2024 la cifra ya se posicionaba en 1,2.

Si bien la baja en la fecundidad puede tener razones sociodemográficas como el aplazamiento del nacimiento del primer hijo en las mujeres, otro de los factores que explica la caída abrupta en el gráfico tiene que ver con las políticas públicas aplicadas de control del embarazo adolescente, explicaron desde el el INE.

El estudio muestra además que en el corto plazo puede haber un pequeño repunte en los niveles de fecundidad, aunque se estima que lejos se estará de volver a los números previos a la caída.

Acá es dónde aparece también el círculo vicioso. Y es que los nacimientos de un período determinan la cantidad de mujeres en edad de fecundidad de las próximas décadas. Es decir, si decrecen los nacimientos, eso implica que también habrá menor cantidad de mujeres a futuro en edad reproductiva.

El estudio de proyecciones y estimaciones del INE establece que “la población femenina de 20 a 39 años abarcaba un colectivo de 502 mil personas en 2024 y se estima que en 2045 será de 414 mil y en 2070 de 305 mil personas.”

En cuanto a la leve recuperación de la fecundidad que se menciona a corto plazo, una de las hipótesis que se maneja tiene que ver con que algunas mujeres deciden postergar el primer hijo y eso puede llevar a una concentración de nacimientos en un período posterior.

Foto: Archivo El País.

Por otro lado, el análisis también indica que si bien es esperable que la esperanza de vida aumente, también es previsible un “aumento sostenido” en la cifra de defunciones por la mayor presencia de población en edades avanzadas en los próximos años.

“La esperanza de vida de los uruguayos alcanzará los 82,5 años en los hombres y 87,5 en las mujeres para el año 2070”, indica el informe.

El tercer componente que se tiene en cuenta a la hora de proyectar es la migración. Según explicaron desde el INE, en Uruguay el saldo migratorio neto se considera cero, ya que si bien la llegada de migrantes aumentó en los últimos años, la diferencia es muy baja al tener en cuenta el goteo constante de personas que dejan el país.

Además, según indicaron los expertos, este es el componente sobre el que hay mayor incertidumbre y por tanto los datos son difíciles de alcanzar.

“El envejecimiento poblacional será el rasgo dominante del futuro demográfico uruguayo”, indica el nuevo documento. Así, mientras que la población de 65 años y más mantendrá la tendencia de crecimiento, la población menor de 15 años se reducirá hasta valores por debajo de las 350 mil personas en 2070; lo que implica pasar de representar un 18% del total en 2024 a 11,5% en 2070.

El informe señala que la desigual evolución de los grandes grupos de edad “impactará sobre la evolución de las relaciones de dependencia demográfica”. A corto plazo se espera que haya 48 personas en edades no laborales por cada 100 en edad de trabajar. A largo plazo, y debido al incremento de la población mayor, se prevé que en 2070 por cada 100 personas en edad de trabajar haya 79 en edades inactivas.

El censo 2023 mostró que entre 2011 y 2023, 14 departamentos aumentaron su población mientras que 5 la redujeron. De esas cifras destacaban las 75 mil personas menos en Montevideo al final del período intercensal.

En concordancia con esa tendencia, las proyecciones indican que entre 2024 y 2045 la población aumentará en cuatro departamentos. Montevideo continuará vaciándose, aunque este departamento, Canelones y San José concentran aún la mayor parte de la población del país.

Asimismo, el informe indica que el proceso de envejecimiento se profundizará en todos los departamentos.

Las proyecciones anteriores a estas —del año 2013, tras el censo de 2011— fueron optimistas con respecto a lo que luego realmente sucedió: proyectaban 70 mil personas más para 2023 que lo que marcaron los números actuales.

Si los modelos matemáticos no fallan, entonces para 2070 Uruguay volverá a acercarse a la tan mencionada cifra de los tres millones. Ese descenso poblacional, atado al envejecimiento de la población, trae desafíos económicos y sociales a largo plazo.