"Hoy, para poder abrir mi comercio, tuve que sacar a una persona que estaba durmiendo en la puerta. No creo que como comerciante merezca esto. Necesitamos apoyo”. Así resumió su malestar un empresario de la Ciudad Vieja, quien era parte de una delegación que fue recibida esta semana en el Parlamento, donde pidieron mejorar la seguridad del barrio.
Hicieron hincapié en la importancia de valorizar el casco histórico y dieron dos motivos principales: por un lado, es la puerta de ingreso de muchos turistas; por otro, quieren que los uruguayos la recorran más, como -aseguran- sucedió durante la pandemia.
“Hasta comienzos del siglo XX, Ciudad Vieja era el motor de toda actividad económica, sobre todo por la inmigración que llegaba al país”, indicó Francisco Rodríguez, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, al iniciar su alocución en la comisión de Seguridad y Convivencia. Y agregó que “tiene que haber una señal para todos los operadores que demuestre que hay interés de parte del gobierno, para que no solo el turismo, sino también los visitantes y los uruguayos, vuelvan a ver el casco histórico como algo que tiene importancia”.
Andrea Robaina, que tiene su comercio en la zona del Mercado del Puerto desde hace ya 11 años, criticó que no haya “efectivos presentes en la calle”, Además, cuestionó que se les hable de las estadísticas de seguridad, cuando estas muchas veces no reflejan lo que pasa en esta zona. Desde su óptica, “no hay denuncias en Ciudad Vieja”, debido a que “muchos turistas” no las hacen. Para ella “sería ilógico” basarse en números y no darse cuenta que “un turista no debería poder transitar por la puerta de una boca (de droga) y que no sea necesario que un policía esté en la zona”.
No obstante, Robaina señaló también que es una zona en la que ya no viven “del turismo” y que necesitan “que vuelva el uruguayo”. “El uruguayo, cuando visita los días del patrimonio, nos dice: ‘Todo divino, pero no vi un policía’. Esa es la realidad. Necesitamos presencia policial, y la percepción de inseguridad solamente se resuelve con eso: con la garantía -más allá de una cámara- de que estamos seguros”, agregó.
Una de las opciones que se manejó en la comisión es generar un equipo de trabajo interinstitucional para buscar soluciones a estos problemas.
Calle
“Esta el tema de las personas en situación de calle que les sacan la comida del plato (a los comensales). O sea, son cosas ridículas que uno no se imagina vivir aquí, ni como turista en otro país”, indicó Robaina. Y continuó: “Necesitamos a la Fiscalía, al Mides. Los refugios son por tiempos limitados, y esa gente, que es la que genera problemas, queda circulando en la calle durante el día y, además, es cliente de las mismas bocas con las que convive. La realidad del día a día es esa”.
También contó que muchas veces estas personas en situación de calle “amedrentan a potenciales clientes, los hostigan, generan un problema real”. Además, “se pelean entre ellos, muchas veces con cuchillos delante de la gente”.
“Eso no forma parte de la estadística. Esa persona no vuelve más; es un cliente que yo perdí. Entonces, voy yo a sacar el cuerpo; voy yo a sacarlos de ahí, sobre todo los que paran en el Mercado”, contó.
Por otra parte, el director del Paseo Cultural Ciudad Vieja, Bruno Tripodi, contó que se está ya en coordinación con distintos organismos para mejorar el barrio. Por ejemplo, en la última reunión con el director de la Unidad Técnica de Alumbrado Público de la Intendencia de Montevideo, el ingeniero Pablo Echavarría, les presentó un plan de iluminación para la Ciudad Vieja. También están “trabajando con propuestas para crear brigadas que limpien los monumentos y los edificios, que están totalmente vandalizados y grafiteados”.
Tripodi también criticó la falta de seguridad en la Plaza Independencia y señaló que “pasan cosas muy complicadas” en ese espacio público. “Vemos que no hay una solución para este problema, no solo en este período, sino tampoco en el anterior; lo digo para despolitizar el tema y desmarcarlo de cualquier otro tipo de análisis. La verdad es que nos parece sorprendente que a dos metros de donde está el presidente de la República estén pasando estas cosas”, enfatizó.
Otro integrante del grupo es Rodrigo Bueno, director del proyecto Distrito del Globo, de capitales argentinos y españoles. A su entender, “hay una percepción fea de inseguridad”, pero las estadísticas no sirven para darse cuenta de esta situación. “No se puede pretender que un turista o un visitante que viva un momento feo pierda una o dos horas para hacer la denuncia”, advirtió.