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La francesa de 38 años al frente de la mayor obra de infraestructura

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Anais Morallet. Foto: Francisco Flores.
Nota a Anais Morallet, ingeniera francesa, jefa de planificacion del Consorcio Constructor Ferrocarril Central, en su oficina en Montevideo, ND 20220915, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

PERFIL

La ingeniera civil, radicada en Uruguay, está a cargo de la planificación del Ferrocarril Central.

Évian-les-Bains, fines de la década de 1980. Una niña rubia de ojos celestes está parada frente a la máquina. La rodean hombres que usan cascos y chalecos naranja flúor, con las montañas de los Alpes de fondo, en la frontera entre Franciay Suiza. La máquina es una tuneladora: una mole cilíndrica de acero con varios cortes y motores hidráulicos, capaz de romper cualquier material que se interponga en el camino del túnel que se quiere construir. Los ojos de la niña apenas llegan a la altura de la base. Es un día de visita en el trabajo de su padre, dedicado a la mecánica, y aunque ella no lo sabe, algún día se convertirá en una experta en este aparato de ingeniería. Su nombre es Anaïs Morallet.

Con 38 años, radicada en Uruguay desde 2016, Morallet es la ingeniera civil francesa al frente de la obra ferroviaria más desafiante que ha habido en el país: el proyecto Ferrocarril Central, que a partir de mayo de 2023 conectará 273 kilómetros de distancia entre el puerto de Montevideo y Paso de los Toros, Tacuarembó.

Su destino comenzó a sellarse cuando le envió su currículum a varios empresarios uruguayos, entre ellos el ingeniero Alejandro Ruibal, director de Saceem. Menos de un año atrás, en 2015, ella y su pareja -también ingeniero y francés- habían decidido mudarse a otro país, aunque no sabían a cuál. A él le surgió una oferta laboral en Uruguay a los meses, y ella lo acompañó.

Si bien Saceem no buscaba sumar trabajadores a su equipo en ese momento, Ruibal recuerda que le llamó la atención la experiencia laboral y la formación de Morallet. Había estudiado en la École Centrale de Lille, una universidad al norte de Francia fundada por Louis Pasteur. Durante seis años había estado al frente de la construcción de la tercera línea del metro en el Cairo, Egipto. También había trabajado en proyectos de obra civil en Hong Kong (China) y había gestionado emprendimientos internacionales desde París, uno de ellos en Qatar. “Tuvimos una primera entrevista en mi oficina. Cuando se fue, me quedé pensando. Ese mismo día la contraté”, recuerda Ruibal.

Los primeros proyectos que la ingeniera coordinó fueron el Túnel de Avenida Italia y el Viaducto Puerto de Montevideo.

Encuentro

Es jueves de mañana. En la sede del Consorcio Constructor Ferrocarril Central, a una cuadra del monumento a Luis Batlle Berres, hay una decena de personas. Detrás de las paredes de vidrio se escuchan acentos rioplatenses que se entremezclan con los de un empleado portugués. Allí está la oficina de Morallet, que despejó su agenda por una hora para recibir a El País.

La ingeniera es una mujer de rostro amable, con los ojos claros enmarcados por unos lentes de pasta, y el pelo trigueño recogido en un moño. Saluda con el puño y una sonrisa. Con un castellano fluido, que contará que aprendió en la escuela, pide que la acompañen a una de las salas de reunión, donde está colgado un mapa con el trazado que tendrá el Ferrocarril Central marcado en rojo. Se sienta en una de las sillas y da comienzo a la entrevista.

-Yo soy responsable de la planificación de las obras del ferrocarril. El equipo tiene tres integrantes en la oficina central y cuatro en obras, antes había tres personas más.

Morallet cuenta que en los últimos meses uno de los principales desafíos ha sido trabajar codo a codo con las intendencias involucradas en la obra, porque en algunos casos mostraron reparos con el trazado proyectado de la vía. También surgieron dificultades logísticas por las condiciones del terreno, por ejemplo.

De aquí a mayo de 2023, la agenda de Morallet tiene pocos huecos. No solo debe cumplir con el plazo contractual pactado con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, sino que hace cuatro meses dio a luz a su primer hijo, al que como segundo nombre le puso “Yamandú” para rememorar su paso por Uruguay.

-El objetivo no es que la agenda sea más complicada que el cronograma del ferrocarril, pero está la dificultad de encontrar momentos para la madre, momentos para la ingeniera y momentos para escaparse un poco. Es un desafío, pero como todas las madres terminamos pudiendo. Hay que organizarse, dice.

El 2022 marcó un antes y un después para Morallet: a sus 38 años, por primera vez habrá vivido más tiempo fuera de Francia que en ese país. Si bien creció en Évian junto a sus dos hermanos menores, por el trabajo de su padre también vivió en China y en Australia. Dice que esta forma de criarse le permitió estar preparada para mudarse lejos de su familia, a la que visita al menos una vez al año, cerca de Navidad.

Por ahora no está en sus planes mudarse. Con su pareja quieren vivir en Uruguay si sus carreras lo permiten. “Me he sentido muy cómoda y se nota que es un país de mucha inmigración porque reciben a los extranjeros de una forma muy cálida”, expresó. Cada tanto participa del Taller Uruguayo de Música Popular, donde conoció a sus amigos más cercanos.

Ahora, como coordinadora del mayor proyecto ferroviario del país, vuelve a las visitas al trabajo de su padre en Évian y no duda de que marcaron a fuego su pasión.

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