"El lunes no teníamos nada": denuncian ola de robos en Ciudad Vieja y piden mayor presencia policial

Comerciantes y trabajadores de la zona están organizados en un grupo de WhatsApp donde se avisan al instante sobre actitudes sospechosas o, directamente, hurtos en los locales.

Quiosco en la Plaza Matriz de Montevideo.
Quiosco en la Plaza Matriz de Montevideo.
Foto: Ignacio Sánchez.

En una esquina de la Plaza Matriz, en Ciudad Vieja, sobrevive uno de los pocos quioscos parisinos de Montevideo. Este lunes, sin embargo, no abrió ya que en la madrugada lo robaron. A la tarde se podía ver a quien lo gestiona barriendo y ordenando, charlando con los vecinos que se arrimaron, y esperando al herrero para que lo ayudara a cerrar. Los ladrones se llevaron los cigarros, el poco dinero de la caja y alguna cosa más.

Esta situación, dicen los comerciantes y trabajadores de la zona, es una imagen que se repite en otros locales con frecuencia y por ello piden mayor presencia policial.

A pocas cuadras de ahí, hace una semana, a Rosa le vaciaron también en la madrugada su local de comida rápida llamado La cocina del diablo, en Rincón 666. Un poco conmocionada, cuenta a El País que se le llevaron todo: “Vaciaron totalmente las heladeras y los freezer, pero, además, se llevaron las bebidas refrigeradas y sueltas, cuatro garrafas, los cuchillos… El lunes no teníamos nada. Y hay más: robaron las herramientas que mi hijo guardaba acá, que son su trabajo. Para ambos es incalculable el valor porque fueron muchos años de trabajo”.

Ahora invierten dinero en seguridad —como cámaras y alarmas— que debieron pedir prestado. A Rosa le parece “injusto” el momento que viven y explica que la situación va más allá de este episodio. Les roban mientras están abiertos —por ejemplo, les sacan alfajores— y tuvieron que ponerle cadena al frasco de la caja chica que está en el mostrador porque ya se lo llevaron dos veces.

Su local está frente a la oficina central de la Dirección Nacional de Identificación Civil y, dice Rosa, tiene una cámara del Ministerio del Interior que apunta hacia la entrada que le forzaron con un marrón. “Iniciaron la odisea a las 00:54 y terminaron a las 4:59. Es muy extraño que nadie haya visto ni oído nada en el silencio que hay en Ciudad Vieja. Esperamos hace una semana que alguien nos dé una noticia porque están las pruebas. Ya no creo en nada ni nadie. En el área de investigaciones de la Policía dicen que están trabajando pero que Fiscalía no da la orden”, señala.

A pocos metros, Adolfo Javier y María Isabel vivieron una situación similar en su supermercado.

Él cuenta con enojo que le levantaron la cortina y le ingresaron a robar al local el 1° de noviembre. Desde hace 60 años que está en esa esquina de Ciudad Vieja, y reclama mayor presencia de los policías en las calles a pie en el día a día. Mientras, busca en el celular las llamadas que hizo en la madrugada al 911 cuando le saltó la alarma para mostrar que no recibió una respuesta. Es más, asegura que cuando arribó al local —desde su vivienda, a más o menos una hora de distancia— aún no había efectivos ni patrullas en su puerta.

Se siente desprotegido y considera que la situación está “cada día peor”. Más allá de lo que sucede durante el día —cuando le ingresan personas al local a pedir comida o ven como estas “prepotean a la gente”—, enfatiza en que el “problema es lo que está sucediendo a la noche”. “No se ven patrulleros después de que cae el sol. Venís después de las 20:00 y 21:00 y es tierra de nadie”, dice.

Quiosco en la Plaza Matriz de Montevideo.
Quiosco en la Plaza Matriz de Montevideo.
Foto: Ignacio Sánchez.

Otro quiosco de la zona sufrió un robo en estas semanas. Mismo modus operandi: forzaron la entrada a la madrugada pero, en este caso, solo se llevaron el dinero. También sucedió en un local de comida, que no es el de Rosa, hace 10 días.

La sensación de inseguridad es el denominador común de los trabajadores de la zona, así como el reclamo de mayor presencia policial. Algunos están organizados en un grupo de WhatsApp donde se avisan sobre actitudes sospechosas o, directamente, robos en los locales. Es una de las maneras que encontraron de sobrellevar la situación.

Camila, que atiende uno de los tantos comercios de la zona junto a Juan Miguel, dice que ese grupo de Whatsapp la “ha salvado bastante”, aunque en su caso está más expuesta a “oportunistas” que ingresan a los locales y tratan de llevarse la ropa escondida —por ejemplo, en bolsas— o que se salen corriendo con las prendas en las manos.

“Es tierra de nadie”

El dueño de un kiosco asegura que Ciudad Vieja "es tierra de nadie” y agradece que la Intendencia de Montevideo haya retirado arbustos y plantas de gran porte a comienzos del mes porque ahí “se veía de todo”, como “gente teniendo relaciones sexuales”. Una de las cosas que ve en su día a día son los robos a los proveedores cuando descargan mercadería en las calles. Pero él también ha sido víctima: “Me han entrado, manotean y salen corriendo. Te piden plata, les decís que no das y te exigen comida”.

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