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Demuelen un edificio art déco en el Centro

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En obras. el edificio de Colonia y Andes, abandonado, dejará paso a un parking de 4 pisos. Foto: Marcelo Bonjour.

CAMBIOS EN EL PAISAJE URBANO

En uno de los apartamentos vivió el escritor Felisberto Hernández y su esposa Patria, la espía soviética.

Sobre un predio histórico de Colonia y Andes, en donde estuvo el Teatro Casino y el Artigas, comenzaron las obras de cimentación de lo que será un estacionamiento de cuatro pisos.

La superficie a ocupar llegará a unos 2.000 metros cuadrados y lo construido a 8.000. Pero para eso, no alcanzará con ocupar la esquina de aquel monumental escenario inaugurado hace más de 100 años, ampliado en los twenty locos y demolido en 1981 a fin de levantar allí un edificio que nunca se concretó.

El nuevo parking demandará también la desaparición del edificio del padrón lindero —por Colonia hacia Convención— y de una casona de la cual solo queda la fachada.

La arquitectura del primero, de ocho niveles, construido en 1929, incluyó algunos elementos del art déco, como confirmó a El País el arquitecto Mariano Arana. Pero, sin embargo, nunca estuvo tutelado con algún grado de protección, ni en la esfera nacional, por la Comisión del Patrimonio, ni en la departamental o la municipal.

En todo ese entorno, incluidos los pretiles del edificio en vías de demolición, últimamente gravado con sobrecostos de contribución inmobiliaria por su estado de abandono, se habían radicado campamentos de indigentes que dormían a la intemperie bajo los riesgos habituales del vivir en la calle y los latentes por la caída de vidrios de las ventanas, pedazos de persianas o cascotes de los balcones y fachada en general.

Arte y espionaje.

Cuando el pecho de los uruguayos desbordaba henchido de gloria tras la hazaña futbolística de 1950 en Brasil, en uno de los apartamentos de ese edificio de la calle Colonia 876, desde hace años todos vacíos, primero ocupados por intrusos y luego tapiados, una espía soviética tenía montado desde poco tiempo atrás el taller de costura que le serviría de fachada para encubrir sus acciones clandestinas en Montevideo.

Patria era el nombre secreto de aquella mujer, mezcla de Coco Chanel y Mata Hari, experta en extorsión, que había cumplido los 40 de edad y llevaba 20 al servicio de la URSS.

Por estas tierras, que pisó por primera vez después de enamorar al escritor y pianista Felisberto Hernández en 1948, con quien vivía en el apartamento alquilado de la calle Colonia, se hacía llamar María Luisa de las Heras. Y por ese nombre la conocían sus clientas, las mismas damas que seguramente frecuentaban el teatro con techo corredizo de la zona por entonces rabautizada "nuestra pequeña Corrientes", que incluía en el piso alto al "Chantecler", el cabaret más cotizado de la ciudad.

Estas sedes de la comedia ligera y el vaudeville rioplatense, del ballet cubano de Alicia Alonso y el Lido de París, se extendieron durante los 50 bastante más que el matrimonio de Patria y Felisberto, quienes en realidad no habitaron por mucho tiempo aquel apartamento ya que en el 51 sus esponsales se romperían cuando la espía no pudo más soportar al autor de Las Hortensias.

En la carie urbana o mejor dicho, en el baldío que dejó la demolición del Teatro Artigas, (proyectado por el ingeniero Domingo Selva, ante el encargo de un empresario argentino que construyera en Buenos Aires el teatro homónimo, también proyecto de Selva, según documentación de la IMM), durante más de tres décadas funcionó un estacionamiento tarifado que francamente estropeaba la esquina.

Tal área aparece ahora junto a más construcciones abandonadas, de frente a la calle Andes, que dejarían paso un día, según lo proyectado hace un lustro, a la erección de una torre hotelera conectada al edificio colosal que fuera sede del Jockey Club y tiene entrada por la Avenida 18 de Julio.

Tanto el previsto hotel cinco estrellas moderno como la restauración y acondicionamiento de este inmueble adquirido por el Grupo Pestana de Portugal hasta ahora empero se mantienen como promesas. Las obras actuales nada tienen que ver con ese emprendimiento.

 

Entre dos mundos.

Felisberto Hernández
Felisberto Hernández

Escritor y pianista

Nunca quedó claro si el autor de textos fantásticos como "Muebles El Canario" llegó a enterarse de que en uno de sus matrimonios estaba conviviendo con una espía soviética. La historia novelada puede leerse en un libro de Raúl Vallarino titulado "Mi nombre es Patria". En la actualidad, vecinos y comerciantes próximos al edificio de Colonia y Andes desconocen la anécdota.

África de las Heras
África de las Heras

Espía y modista de alta costura

En Uruguay se hizo llamar María Luisa, y Patria era su nombre secreto. Operó entre 1950 y la década del 60 en Montevideo sin ser nunca descubierta. La española antes se había destacado en la resistencia francesa contra los nazis. Para poder divorciarse del uruguayo Felisberto Hernández, a quien un día dejó de soportar, debió pedir permiso a Moscú.

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