Publicidad

Crece apoyo a la democracia tras década de caída: ¿cómo está Uruguay comparado con el resto de América?

Compartir esta noticia
Persona pone su voto en una urna. Foto: Estefanía Leal.
Urna y sobre, voto - Gente votando el dia del referendum contra 135 articulos de la Ley de Urgente Consideracion, en Montevideo, ND 20220327, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

ENCUESTA

La confianza de los uruguayos en las elecciones venía bajando (en 2019 confiaba en ellas el 69%) y ahora repuntó al 81%, según la última encuesta del Barómetro de las Américas de Lapop.

Tras más de una década de caídas constantes de la satisfacción con la democraciay la confianza en las elecciones -que llevó a gritos desesperados como el “¡qué se vayan todos!”-, parte de América Latina, Uruguay a la cabeza, parece recuperar el optimismo.

Puede que las sociedades necesiten un sacudón -como una pandemia- para valorar lo que tienen. Puede que sean cambios de humor. O puede que confluyan causas más profundas que los politólogos todavía no logran desentrañar. Pero algo cambió. Porque el 82% de los uruguayos está satisfecho con la marcha de la democracia, cuando en 2019 ese guarismo era del 60% y llevaba diez años de desplome.

Uruguay sigue siendo “el mejor de su clase” -léase el que obtiene los mejores indicadores regionales sobre confianza y aprobación de las instituciones democráticas-, y ahora, tras una mejora de resultados, se desacopla todavía más de aquellos que están en el fondo de la tabla.

La última encuesta del Barómetro de las Américas de Lapop confirma ese quiebre de tendencia: la confianza de los uruguayos en las elecciones venía bajando (en 2019 confiaba en ellas el 69%) y ahora repuntó al 81%.

También hizo un revés la percepción en cuanto a que “más de la mitad o todos” los políticos son corruptos: venía subiendo y ahora cayó del 34% al 24%.

“La democracia es la peor forma de gobierno excepto por todas las otras formas que han sido probadas hasta ahora”. A Winston Churchill se lo suele citar con relativa frecuencia. A veces por su intervención como primer ministro británico en la Segunda Guerra Mundial. Pero en la mayoría de las ocasiones se lo recuerda por sus frases, como esta pronunciada en 1947 y que dio origen al concepto de “democracia churchilliana”.

¿Qué es la democracia? Más allá de algunas reglas de juego, hay tantas respuestas como posibles personas que puedan responder a esto. Algo así como “una democracia a medida”. Pero sea cual sea la definición que uno maneje, la última edición de Lapop (una de las dos encuestas más extensas a escala regional) evidencia que la democracia para los uruguayos goza de buena salud y se recupera.

Solo en dos países (Chile y Uruguay) la proporción de quienes dicen que los ricos nunca compran las elecciones es mayor que la proporción de quienes dicen que siempre lo hacen. En todo el resto de la región (incluyendo algunas islas del Caribe) una gran parte de los encuestados cree que las elecciones se inclinan a favor de los ricos.

En Colombia, donde el último domingo de mayo hubo elecciones presidenciales -y que ahora aguarda por el balotaje del próximo 19 de junio-, solo el 18% considera que los votos “siempre se cuentan correctamente”. Es, también, el país peor evaluado. Uruguay, en cambio, es el mejor posicionado: para el 75% siempre se cuentan bien.

Pero no todo es color de rosas. “Curiosamente, Uruguay, cuya ciudadanía es consistentemente la menos tolerante con los golpes militares y del Ejecutivo, se encuentra en la mitad de la distribución cuando se trata de preferir un líder fuerte, aunque incumpla las reglas para obtener resultados”, advierte el informe de Lapop cuya versión en español se difundió hace dos semanas.

Solo el 20% de los uruguayos aceptaría un golpe militar cuando hay mucha corrupción. Solo el 12% lo aceptaría si existiera una emergencia de salud pública. Solo el 11% aceptaría que gobierne el presidente sin el Poder Legislativo. Pero casi un tercio (32%) piensa que es que bueno o muy bueno que haya un líder fuerte, aunque incumpla las reglas.

Uruguay también parece sufrir falencias en la protección judicial. “En ese país, el acceso a la Justicia para las víctimas de violencia de género aún es limitado y la indulgencia hacia los supuestos agresores es generalizada, especialmente en el interior de Uruguay”, resalta el documento.

Uruguay también parece haber sufrido el impacto de la pandemia en la economía y el bienestar de los hogares. Salvo en El Salvador, en todo el resto de los 20 países que participaron de la encuesta creció el porcentaje de ciudadanos que reporta haber padecido de inseguridad alimentaria. En el caso uruguayo, en 2012 (fecha en que se había preguntado por este asunto por última vez) era el 9%, pero ahora trepó al 16%.

En esa misma línea, aumentó la proporción de uruguayos que consideran que su situación económica empeoró: era el 34% en 2019 y subió al 46%. Este es otro de los indicadores que muestra una decadencia regional, salvo en Argentina y Nicaragua cuyos encuestados dicen haber estado peor en 2019.

A escala regional, el 61% reporta que su situación económica se deterioró en los 12 meses anteriores a la encuesta. “Por primera vez en la historia del Barómetro de las Américas, la mayoría de las personas en la región de América Latina y el Caribe perciben que su coyuntura ha empeorado”, advierte el informe. Pero matiza: “La mayoría de los que informan que su situación económica personal empeoró con respecto al año anterior dicen que esto se debió a la pandemia del covid-19”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Democraciaencuesta

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad