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Avanza puerto de barcazas en Salto; servirá para mejorar navegabilidad del río Uruguay

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Salto. Foto: Pablo Malatesta.

INVERSIÓN DE US$ 40 MILLONES

El nacionalista Carlos Albisu estima que a finales de marzo o principios de abril "puedan operar al menos con un muelle pronto, mientras siguen adelante con otras etapas”.

Con una inversión millonaria que fue anunciada por los distintos representantes políticos y autoridades departamentales al presidenteLuis Lacalle Pou, Salto Grande lleva adelante preparativos para la construcción de un puerto de barcazas que estará a pocos kilómetros de la ciudad salteña, aguas arriba de la represa, con el fin de provocar la anhelada navegabilidad al río Uruguay desde el sur de Brasil y cambiar el modelo de salida de la producción desde nuestro país.

“Ese es el proceso de desarrollo regional al que estamos apostando y por eso fue necesaria la contratación de personal capacitado, acorde a lo que queremos”, dijo a El País Carlos Albisu, médico salteño y principal dirigente blanco de ese departamento.

Luego de que el semanario Brecha publicara un informe en el que se denunciaba una serie de ingresos a la represa por cuota política y, con esto, un incremento de los salarios del organismo en US$ 2 millones, el presidente de Salto Grande declaró que muchos de esos ingresos “pertenecían a concursos que venían del gobierno anterior, mientras otros fueron contratados para cumplir con el cometido del desarrollo regional, postulado que está en la carta fundacional de la represa binacional”.

Inversiones.

Albisu llevó a El País hasta la desembocadura del arroyo Itapebí sobre el Lago de Salto Grande, a unos 20 kilómetros de la ciudad, donde se instalará el emprendimiento privado que hará una inversión de unos US$ 40 millones de dólares.

“El puerto de barcazas traerá cargas desde el sur de Brasil en dos etapas. La primera será desde la ciudad de Uruguayana (ubicada 80 kilómetros al norte de la frontera con Artigas) y podrán llegar barcazas con cargas de hasta 2 mil toneladas y descargar en Salto. La otra operativa será desde 750 kilómetros al norte, de donde se erigirá el puerto en la localidad de San Borja que por un tema de calado puede traer cargas de hasta 400 toneladas, que consistirán en granos, específicamente soja”, explicó Albisu.

El jerarca de la CTM expresó a El País que esa capacidad de transporte de granos que pretende llevar a cabo la empresa interesada “ya la tienen en un predio privado pronta para ser trasladada, por eso también el apuro en poder concretar los trámites para que se lleve adelante la obra y se genere un nuevo modelo de traslado de la producción desde el sur de Brasil hacia el norte uruguayo, además de ser un primer paso importante para la navegabilidad del río Uruguay al norte de Salto Grande”.

Albisu estimó que sobre finales de marzo o principios de abril los inversores esperan comenzar con la operativa y en tal sentido dijo que los inversores esperan “que para esos meses puedan operar al menos con un muelle pronto, mientras siguen adelante con otras etapas”.

Ingresos.

Por otro lado, Albisu se refirió a los ingresos de funcionarios bajo su administración a la central hidroeléctrica, lo que fue cuestionado desde sectores de izquierda.

“El primer año de gestión nos encontramos con la pandemia y tuvimos que dividir la tarea entre uruguayos y argentinos, turnándonos para no estar todos juntos en la represa. En 2021 hubo más visibilidad porque comenzaron las obras de estiaje, que hubo que hacerlas porque en 2020 no se llevó a cabo ninguna actividad de este tipo que es necesaria, y tuvimos que hacer algunas contrataciones a término en cuanto a personal de seguridad para la represa”, fundamentó.

Afirmó que para el sector de seguridad contrataron más personal ya que el 75% de los trabajadores de esa área eran argentinos y deben mantener una simetría en ese sentido entre ambos países. Señaló, a su vez, que a estas personas se les hizo contrato a término por un año y ahora la evaluación de su continuidad dependerá de la “necesidad del servicio” y de la “productividad del funcionario”.

Por otro lado, añadió que “durante 2020 se completaron 11 vacantes que venían de cargos por concursos convocados en el período anterior, pero que ingresaron recién ahora”.

Agregó que además se contrató al secretario de la delegación de Uruguay ante la CTM, Carlos Silva, y al secretario general de Salto Grande, Nicolás Albertoni, que son de particular confianza.

Albisu explicó que además de los 10 funcionarios para tareas de seguridad, hubo 11 que ingresaron por concursos que habían hecho durante el período anterior, a los que se les sumaron los dos cargos de secretaría y otros seis cargos nuevos, lugares que se fueron generando con los objetivos que se trazó la nueva delegación para trabajar en tres programas claves: el Polo Binacional Tecnológico (que apunta a la educación en convenio con varias universidades regionales), el de Desarrollo Regional, y otro de Inversiones.

Pero también generaron otros siete cargos considerados por el presidente de la delegación uruguaya como “estratégicos para la empresa”, como es el caso de personal capacitado para los departamentos de Jurídica, Compras y Renovación Salto Grande.

El titular de la CTM sostuvo que “así y todo”, Argentina tiene 300 funcionarios y el Uruguay 259. “Teníamos que ganar espacios en una gestión que debe ser binacional. Y con gente de confianza, con un perfil que le queremos dar a la gestión, más allá de lo que es el trabajo que Salto Grande hace en sí, que es la generación de energía. Por eso no se ha tocado a las personas que ocupan las gerencias específicas, que es todo personal estrictamente técnico”.

Albisu enfatizó en que cuando se hizo la represa, “la ciudadanía pedía mayor desarrollo para la región, y el objetivo de la generación de energía en la plataforma original, era recién el tercero”. El punto número uno “lo estamos cumpliendo e implica tener gente capacitada para llevar adelante la actividad”, concluyó.

Más abogados que ingenieros.

El presidente de la Asociación de Trabajadores Uruguayos de Salto Grande, Gabriel Machado, admitió que “la anterior delegación uruguaya decía que si fuera por ellos entraban solo ingenieros”. “Acá tiene que entrar gente que haga mover las máquinas. No está mal la situación actual, pero ha generado ruido el ingreso de más abogados y contadores que ingenieros”.

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