Redacción El País
El Aeropuerto Internacional de Carrasco está cursando el primero de tres cierres programados en el marco de obras para instalar un nuevo sistema de aterrizaje en la pista principal. Los tres períodos habían sido fijados con anterioridad, por lo que los vuelos en estas fechas fueron reprogramados. El avance permitirá el aterrizaje de aviones en piloto automático en días con baja visibilidad, que hasta ahora significaban la suspensión de vuelos o alternancia con otros aeropuertos de la región.
Desde hace varias semanas la pista secundaria del aeropuerto es la que está operando los vuelos, pero esto se frenó el pasado martes. "En algún momento había que trabajar en el cruce de pista. Por eso es la afectación operativa", explicó este miércoles en rueda de prensa Jorge Navarro, gerente de infraestructura y mantenimiento de Aeropuertos Uruguay.
El corte parcial del movimiento comenzó el martes a las 09:00 de la mañana y finalizará a la misma hora del jueves. En este período se está trabajando en la colocación de cables de forma subterránea y el asfaltado de la pista.
Para que la pista principal pase a integrar la llamada Categoría III —la más alta dentro del sistema de aterrizaje— se colocarán balizas cada 15 metros en agujeros de 30 centímetros. Su longitud no será modificada, ya que está dentro de los parámetros adecuados para el cambio de categoría —3.250 metros. También implica otros aspectos como un nuevo sistema de radioayuda y una estación meteorológica con múltiples sensores.
Este avance tecnológico significa bajar el umbral de visibilidad con el que puede descender una aeronave. Hasta ahora era de 550 metros, mientras que con la modificación existirá la posibilidad de aterrizar sin visibilidad. Esto es posible gracias a un sistema radioeléctrico que guía a la nave de forma automática hacia la llamada zona de toque —impacto con el suelo—, sin importar si el piloto ve o no la pista, según explicó Navarro.
"Esto permite (al aeropuerto) estar mucho más tiempo operativo y no como ahora que dependemos del clima", aseguró el gerente. En promedio, se pierden cerca de 35 días al año por malas condiciones climáticas, lo que puede provocar la cancelación y reprogramación de vuelos, o el aterrizaje en otros aeropuertos —el más común es el de Ezeiza, en Argentina. Este año se dieron "condiciones particulares durante el invierno", que podrían aumentar este número todavía más, dijeron fuentes del aeropuerto a El País.
Las obras, que significaron una inversión cercana a US$ 20 millones, culminarán el 30 de noviembre, según la planificación. Luego de esto, se deberán realizar testeos, un vuelo de inspección y la comunicación del cambio a nivel aeronáutico.
Los próximos cierres están programados del 19 al 21 de agosto y del 2 al 4 de setiembre. En los dos casos comenzará a las 09:00 de la mañana y durará 48 horas.