Eduardo Casanova
Médico de UCM
El término estrés modificó su significado inicial usado por Hans Selye, como stress, en inglés, en 1936. Derivaba del fenómeno físico, de presión o tensión de un cuerpo sobre otro. En biología, se refería tanto a un organismo como a células aisladas en respuesta permanente a estímulos del entorno. Dichas respuestas eran constantes y normales para individuos, incluso, relajados y dormidos. Según el tipo de estímulos, saludables o nocivos, el stress se consideraba respectivamente eustress o distress. Posteriormente se tendió a identificar stress con distress. Actualmente el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define estrés como la "tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves".
Al someter a ratas a distintos estímulos nocivos, Seyle había observado que se generaba una respuesta similar, inespecífica, caracterizada por a) úlceras gástricas, b) aumento de la glándula suprarrenal, sobre todo de la corteza por mayor secreción de adrenalina, y c) atrofia del timo y ganglios linfáticos con disminución de la inmunidad. Llamó a esta tríada "síndrome general de adaptación" (SGA). Luego se comprobó que el SGA suponía respuestas biológicas más amplias y complejas destinadas a mantener la homeostasis, manteniendo el equilibrio del sistema ante el agravio.
En dichos conceptos, lo nocivo no eran las respuestas, el estrés, sino los estímulos nocivos procedentes del entorno, ante los cuales el organismo se defendía.
La carga genética determinará respuestas biológicas y psicológicas (temperamentales) que pueden ser distintas para estímulos similares. Lo mismo la carga epigenética, dada por la educación recibida y por la propia experiencia personal, acondicionará al individuo para responder del modo más adecuado.
El tipo de estímulo será decisivo, tanto físico como psicológico, en relación con la magnitud y el tiempo de agresión. Se refiere siempre a agravios importantes, aunque en el lenguaje poco académico se hable de "estar estresado" para estados banales de nerviosismo.
Se suceden tres momentos o etapas sucesivas: a) la reacción de alarma ante la agresión, b) el estado de resistencia ante ella, y c) el estado de agotamiento. La primera, llamada también de "choque", se traduce en una serie de modificaciones del medio interno, hormonales, cardiovasculares y metabólicas, que cambian de sentido en la segunda etapa, también reconocida como de "contrachoque". Es en esta segunda fase donde puede tener lugar la tríada patológica inicialmente descrita por Selye. Si se superó la capacidad de adaptación del organismo, por un exceso de estimulación, se alcanza la etapa final, de agotamiento o de distress, que lleva a la muerte.
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José Mazzini 2957
Lo malo y lo bueno.
Son estresantes el sedentarismo, la dieta hipercalórica, la obesidad, la falta de descanso y distintas adicciones morbosas. El eustress se asocia con hábitos de vida saludable, centrados sobre todo en una buena relación de convivencia en el ámbito familiar y laboral.