Este jueves a las 17 horas el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, se reunirá con representantes de los sindicatos de trabajadores de la salud para analizar una preocupación en aumento: los ataques violentos hacia trabajadores mientras están en su servicio.
"No es una situación nueva, no creemos que lo vaya a solucionar el ministro hoy, pero es una situación compleja que analizar", expresó el secretario general de la Federación Uruguaya de la Salud, Jorge Bermúdez.
Bermúdez resaltó los "continuos ataques a emergencias móviles, a ambulancias, a policlinicas de salud pública y situaciones que han superado los previsible", como el caso de unas personas que "en una situación de estrés por la pérdida de un familiar"ingresaron al CTI del Sanatorio Italiano a agredir a funcionarios.
El secretario general de la FUS apuntó en diálogo con Informativo Carve que son "situaciones de violencia afuera y adentro" del sistema de salud "porque hay una extensión de la sociedad que hace que la gente tenga niveles de tolerancia muy bajos".
En particular, Bermúdez se desmarcó de los casos de violencia en la periferia de Montevideo y comentó que en la zona de Tres Cruces hay en torno a 20.000 trabajadores en centros hospitalarios. "Más miles de personas que transitan. Termina el día y esa parte de Montevideo es tierra de nadie. Un funcionario que tiene que tomar su guardia a las 12 de la noche o entra a las 6 de la mañana está absolutamente regalado a golpes o ataques", comentó y remarcó que "debería haber una mayor presencia policial".
"Nosotros trabajamos por la vida, no nos parecen bien lo de las zonas rojas", apuntó el dirigente de la FUS, pero aseguró que en ciertas zonas de la capital, donde se han registrado numerosos episodios de violencia, existe un protocolo para que las ambulancias ingresen en compañía de un patrullero policial, "pero no es tan automático".
Así, con esta problemática sobre la mesa, se transmitirá al ministro Heber una "visión más global" para trabajar en conjunto.
El pasado lunes los trabajadores se reunieron también con la ministra de Salud, Karina Rando, a quien le transmitieron este problema, así como los extensos tiempo de espera, la inclusión de salud mental y la coordinación del sector público con el privado.