CORONAVIRUS

Con 573 reclusos en un recinto construido para albergar a no más 250, la Unidad 20 del Instituto Nacional de Rehabilitación, ubicada en Salto, atraviesa un foco de COVID-19 que hasta el momento solamente alcanzó a la población carcelaria, con 18 casos activos.

El foco comenzó con una reclusa que llegó desde el sur del país para prestar declaraciones sobre una causa que se investiga. La mujer había contraído el virus sin presentar síntomas, y el suyo disparó varios contagios.

Las autoridades hicieron una pesquisa aleatoria y encontraron varios infectados más en el interior de la cárcel, reuniendo un total de 18 confirmados hasta ahora.

Esto determinó la suspensión total de las actividades que se llevan a cabo en el lugar, según informó a El País la directora del establecimiento penitenciario local, María de los Ángeles Machado, que hasta el momento sostiene que si bien la situación es compleja, “está controlada”.

La jerarca señaló que este foco obligó a la suspensión de las visitas por al menos dos semanas, así como también de los cursos que se dictan allí para los privados de libertad.

Por otro lado, Machado aseguró que hay dos funcionarios en cuarentena a la espera del resultado del hisopado.

En tanto, se restringieron las salidas transitorias de varios reclusos, lo cual generó malestar en la población carcelaria. Se consideró que, pese a su derecho a gozar de esas salidas, la situación sanitaria se impone.

Machado afirmó a El País que se está llevando adelante un proceso de sanitización y desinfección, y que las personas que cursan la enfermedad fueron aisladas dentro de las capacidades que tiene el recinto.