Estudio sobre sobrevivientes al cáncer concluyó que pacientes de centros privados tienen mejores hábitos

La investigación hecha por Udelar relevó a 209 personas que superaron la enfermedad y comparó el nivel de cumplimiento con cinco hábitos saludables recomendados por la Sociedad Americana del Cáncer.

Lucha contra el cáncer de mama.
Lucha contra el cáncer de mama.
Foto: Archivo El País.

En Uruguay, el 80,8 % de las mujeres sobrevivientes al cáncer de mama cumplen con tres o más de los cinco hábitos saludables recomendados. No obstante, si se pone la lupa en la población estudiada, se encuentran diferencias entre quienes se atendieron en el sector público y privado, según se desprende de una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, en la que se analizó el comportamiento de 209 pacientes.

Los cinco hábitos saludables que se midieron -recomendados por la Sociedad Americana del Cáncer- fueron: el peso -con un Índice de Masa Corporal (IMC) por debajo de 30 kg/m² para considerar que no es obesidad-, la actividad física -al menos 150 minutos semanales de manera moderada o 75 minutos de forma vigorosa-, el consumo de frutas y verduras -cinco al día, con excepción de las papas fritas-, el no fumar y limitar el consumo de alcohol.

Los pacientes -en estadios I-III de la enfermedad, que dieron su consentimiento para participar- se atendían para el seguimiento médico en los departamentos de oncología del Hospital de Clínicas, el Servicio Médico Integral, el Hospital Departamental de Soriano y el Hospital Británico. Todos tenían más de 18 años y habían terminado su tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia más de un año antes -dado que estos pueden modificar “de manera transitoria” los hábitos- aunque sí podían estar con hormonoterapia, se indica en el artículo.

Del total de los pacientes, solo cerca de un tercio (el 31,6%) comía las cinco frutas y/o verduras diarias. No obstante, si se mira el peso de las sobrevivientes al cáncer, el 68,9% tenía un IMC por debajo de los 30 kg/m², medida que se tomó para marcar la obesidad. Por otra parte, un poco más de la mitad (55,5%) hacía la cantidad de actividad física recomendada, ya sea los 150 minutos moderados o los 75 vigorosos.

Por último, hubo dos indicadores de alta adherencia: el 88,9% de las pacientes no consumía tabaco, y “solo el 0,9% reportaron un consumo excesivo de alcohol”. A esos datos se les suma, además, que el “67,5% de las pacientes no consumían alcohol en absoluto, mientras que el 31,6% informaron consumir menos de una bebida al día”, señalan los investigados en el estudio.

A partir de esa información, los investigadores concluyeron que el “19,2% de las pacientes tuvo una adherencia” a las recomendaciones, ya que cumplían con entre cero y dos de las pautas. Otra porción de la población estudiada, el 23,6%, “mostró adherencia moderada”, dado que seguía tres de las cinco directrices de la Sociedad Americana del Cáncer. Por último, -continúa el artículo que se publicó en abril- el 57,2% tenía una alta adherencia al cumplir con cuatro o cinco de las metas de hábitos saludables.

Octubre es el mes de prevención del cáncer de mama
Prevención del cáncer de mama.
Foto: Freepik

Disparidad entre centros asistenciales públicos y privados

Pero los resultados fueron diferentes si se distingue por centro asistencial público y privado. El estudio encontró que “los pacientes con seguimiento médico en centros privados mostraron una mayor adherencia (89,6%)” al cumplir con tres o más de las recomendaciones “en comparación con los de centros públicos (75,7%)”. La diferencia -que se calificó como “estadísticamente significativa”-, entonces, fue de 14 puntos porcentuales entre uno y otro.

La brecha entre lo público y privado se detectó más en el consumo de frutas y verduras, en el IMC por debajo de los 30 kg/m² y el nivel de actividad física, se añadió en el artículo.

De las 209 mujeres que participaron del estudio, 132 eran del sector público y 77 del privado.

En el artículo se explicó que, si bien una “proporción importante” de pacientes con cáncer de mama “cumple con tres o más hábitos saludables recomendados, persisten áreas críticas que requieren atención, como el bajo consumo de frutas y verduras y la elevada prevalencia de sobrepeso y obesidad, especialmente en el ámbito público”.

En ese sentido, se marcó que, al “fortalecer estrategias de promoción de la salud y diseñar políticas públicas específicas”, se tiene el “potencial de reducir disparidades y mejorar los resultados en salud”. Y continuó: “Estos hallazgos podrían servir como base para desarrollar programas nacionales de educación y acompañamiento en estilos de vida saludables, integrados en los seguimientos oncológicos, con énfasis en la mejora del acceso a recursos para actividad física y alimentación saludable en poblaciones vulnerables”.

Los resultados en Uruguay frente al resto del mundo

Por otra parte, se analizaron los resultados a nivel local con los de otras partes del mundo. Los hallazgos en Uruguay fueron similares a los de una investigación en Estados Unidos en lo vinculado a consumo de frutas y verduras, actividad física y tabaquismo.

Cáncer de mama
Cáncer de mama.
Foto: Freepik.

No obstante, sí se encontró una diferencia en la prevalencia de sobrepeso y obesidad, siendo mayor que en ese país. La brecha que se detectó, indicaron los investigadores uruguayos, “podría ser por factores socioculturales y estructurales de nuestro país, como una menor disponibilidad y accesibilidad a alimentos saludables, diferencias en los patrones alimentarios, menor tiempo destinado a la actividad física y desigualdades económicas que limitan el acceso a espacios recreativos o programas de prevención”.

Los autores del estudio son Natalia Camejo, Cecilia Castillo, Dahiana Amarillo, Guillermo Caraballo, Florencia Fernandez, Maria Pia Franco, Mauro Gazzola, Valeska Piñeiro, Serena Rodriguez y Gabriel Krygier.

El estudio -que se publicó en abril- también midió la adherencia a los hábitos saludables según la edad -los pacientes estaban en un rango de 22 a 87 años- y el tiempo desde el diagnóstico de cáncer de mama. El estudio concluyó que no existen grandes diferencias entre quienes tenían menos de 65 años y quienes tenían 65 años o más, así como tampoco al diferenciar si hacía más o menos de cinco años que se habían enterado de su enfermedad.

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