Alertan una falta “generalizada” de fármacos

Fachada del MSP. Foto: Estefanía Leal.
Fachada del MSP.
Foto: Estefania Leal

SALUD

ASSE, mutualistas y farmacias coinciden en que la pandemia dejó problemas logísticos en el área de la salud.

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Más de un mes después de que el presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Leonardo Cipriani, acudiera al Parlamento por pedido de la oposición para informar sobre la falta de algunos medicamentos en el sector público, mutualistas y farmacias sostienen que lo que existe es un problema “generalizado” y “estructural”, que trasciende a los hospitales y los involucra también a ellos en la obtención de fármacos.

“Hay cosas que quedaron de la pandemia”, resume la gerenta de producto de Farmashop, Inge Linkert, y otros especialistas en control de fármacos estuvieron de acuerdo. Según explican, durante la crisis del covid-19, debido al cierre de puertos y a la suspensión de negocios, Uruguay dejó de recibir medicamentos con la misma frecuencia que antes. Desde Paracetamol hasta remedios para la hipertensión, la llegada de los remedios se vio enlentecida.

“Pero a pesar de que ahora ya no tenemos emergencia sanitaria y ya se reactivó el comercio, siendo el mismo que antes, parece haber aún algunos problemas y se nota claramente que no estamos recibiendo los fármacos en los mismos plazos”, indicó Linkert al respecto. En el mismo sentido, el director técnico del Casmu, Nicolás Maseiro, dijo que “a pesar de que la pandemia fue una excusa para muchos”, también “hay cosas reales, como las demoras de los proveedores internacionales y también de los que dan la materia prima a los laboratorios locales”.

Pero la pandemia no ha sido la única culpable de los problemas. De hecho, el caso más notorio de quiebre de stock ocurrió en abril con la Neostigmina, un medicamento utilizado en las operaciones donde se utiliza anestesia general. El faltante provocó la postergación parcial de algunas intervenciones en la Asociación Española, Médica Uruguaya, SMI y también en el Casmu, según informó el Ministerio de Salud Pública (MSP), pero se siguieron realizando cirugías de urgencia y oncológicas. La falta se debió a un incendio generado en el laboratorio argentino que la provee, y los centros de salud se vieron obligados a racionalizar y buscar otras fuentes de Neostigmina, algo que actualmente ocurre con otros fármacos.

Otro caso concreto se dio durante el último mes con la Isotretinoína, una droga que en el mundo se conoce como “el milagro para el acné” y que dejó de conseguirse en las farmacias en todo el país. Ese faltante -que se mantiene hasta hoy- tiene que ver con una inspección técnica en el laboratorio Libra, encargado en Uruguay de su distribución, en donde el lote de la importación no “cumplió con la aprobación técnica necesaria”, según supo El País y confirmó luego el ministro Daniel Salinas.

Pero no son todos casos excepcionales. El director técnico del Casmu sostuvo que, después del faltante de Neostigmina, en la mutualista hubo dos grandes problemas de stock. El primero ocurrió con la Dipirona, un analgésico y antipirético que se da en ampollas. “No fue que faltó, pero sí que hubo una baja inesperada en la cantidad que conseguimos y eso generó demoras”, explicó Maseiro.

El segundo faltante en el Casmu, al igual que en otras tres mutualistas consultadas, fue de Ranitidina, que se usa como antiácido y es un protector gástrico. En este caso la falta ocurrió por una “disminución del stock nacional”. Maseiro dijo: “Como siempre, esto nos llevó a extremar medidas para su uso y a hacer todo lo posible para que no se perjudique al usuario. Por suerte en ese caso tenemos otras drogas similares que se pueden usar. Lo poco que teníamos lo guardamos para pacientes alérgicos o que no podían recibir un sustituto”.

La lógica de la racionalización también ocurrió, por ejemplo, en la Médica Uruguaya durante las últimas semanas. Según una fuente consultada, allí hubo faltas en el stock de Furosemide, Primperán, Ondansetrón y Omeprazol. En la mutualista aseguran que la pandemia y los cambios logísticos que esta generó, es la causa principal de las carencias.

Con respecto a lo que pasa en el sector público, una fuente de ASSE dijo que “todo el tiempo” se ven fármacos que faltan y agregó que “esto es mucho peor en el interior” del país. Cipriani, en tanto, dijo hace algunos meses lo siguiente: “A los lugares donde no se está llegando es porque hay algún tipo de incapacidad en la organización que hay que corregir. Si no se corrige, va a haber que privatizar (las farmacias de los hospitales) para que se llegue".

La intención de privatizar el servicio de medicamentos de ASSE fue resistida por el gremio de funcionarios y la oposición frenteamplista, que incluso citó a Cipriani a declarar en el Parlamento. El jerarca dijo allí que no tiene intenciones de tercerizar el servicio y subrayó que “se invertía poca plata” en la anterior administración. “Aumentamos en un 35%" el presupuesto en este sentido, dijo Cipriani, que lo tradujo en unos $ 4.000 millones. “Me gusta transmitir en esto tranquilidad a la población. Los medicamentos están. Cuando no hay una marca comercial, está la otra”, enfatizó.

Efecto gripe

Algo similar a lo que describió Cipriani ocurre en Farmashop, según indicó su gerenta de producto. “Ahora nos pasa mucho de tener que pensar qué medicamento similar podemos ofrecer para poder cubrir los faltantes, sobre todo en jarabes y antialérgicos”, indicó Linkert. Antes de la pandemia, todos los inviernos se vendía más o menos la misma cantidad de antigripales, pero “vino la pandemia y durante dos inviernos la gente casi no se engripó, entonces cambió el stock” y ahora, con “la situación ya normalizada”, existen faltantes en los medicamentos vinculados a los virus estacionales.

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