Cualquier luna de miel que hayan podido tener las gremiales rurales con el gobierno parece haber quedado definitivamente atrás. El presidente Tabaré Vázquez dijo durante la campaña electoral que consideraba que la carga impositiva sobre el campo era adecuada y que la única novedad sería la reimplantación del Impuesto de Primaria.

Sin embargo, la Cámara de Diputados aprobó eliminar una rebaja que existía en la Contribución Inmobiliaria Rural, lo que implicará su aumento en un 22%. Se trata de una idea que hasta el propio ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, consideró inconveniente y que fue propuesta por intendentes del interior que argumentaron que hacían falta recursos para reparar la caminería rural. La palabra final ahora las tendrán los senadores.

La decisión provocó la furia de una serie de gremiales agropecuarias que emitieron un comunicado inusualmente duro en el que acusaron a quienes votaron la iniciativa de "no estar leyendo correctamente la realidad imperante a nivel nacional e internacional".

Fernando Dighiero, un productor de Florida que preside la Federación Rural, dijo a El País que "las señales son horribles". "No hay dos opiniones. Hay que buscar por otro lado. No es momento de seguir subiendo impuestos. La suba de la contribución genera US$ 500.000 por intendencia. Un kilómetro de tosca cuesta US$ 150.000... La verdad es que esto es para sueldos, es para seguir la fiesta. Lo que hay que hacer es gastar mejor", sostuvo.

El intendente blanco de Cerro Largo, Sergio Botana, había sido uno de los impulsores de la idea.

Dighiero advirtió que "vamos a nombrar a los responsables de este nuevo impuestazo que dan la espalda al campo". "La idea nació en el Congreso de Intendentes. Pero lo votaron los diputados del Frente Amplio que son mayoría", señaló.

El dirigente ruralista dijo que la mitad del país estuvo en emergencia por la sequía y que las secuelas no quedaron atrás. "La ayuda fue para los productores de menos de 300 hectáreas. Yo, personalmente, estoy complicado. Hay regiones que están mal. Tenemos la luz y el combustible más caros. Así los productores bajan los brazos y no invierten. Cuando estamos al menos en parte en crisis se sigue gastando mucho en sueldos públicos", señaló.

En el departamento de Florida, fuertemente lechero, se calcula que el sector pierde US$ 3 millones mensuales. Otro tema que sobrevuela este rubro es la dificultad para concretar el acuerdo con el gobierno de Venezuela que suponía el envío de alimentos por US$ 300 millones a ese país. Las empresas Calcar, Pili y Claldy no han logrado cerrar contratos para enviar sus quesos al país caribeño. Tanto Dighiero, como el presidente de la Asociación Rural, Ricardo Reilly, reconocen no tener una información clara sobre el asunto. "Los productores lecheros se quedan sin aire", dijo Dighiero.

"La agricultura está en crisis. La ganadería está sentida. Hubo animales que perdieron decenas de kilos durante la sequía que afectó a medio país. No entiendo qué buscan los legisladores. Acá son todos responsables. Se insiste con impuestos "ciegos" (que no toman en cuenta la renta que se obtiene con la tierra). Yo sé que queda bien pegarle al campo pero no se aguanta un impuesto más", advirtió.

No está claro qué puede ocurrir en la cámara alta con la eliminación de la rebaja de la contribución. El senador blanco Jorge Larrañaga dijo a El País que cree que se debe restituir el Impuesto al Patrimonio a las comunas.

El comunicado de las gremiales (Asociación y Federación Rural y tres organizaciones de lecheros) decía que el incremento de la contribución "es un total despropósito que ignora las circunstancias difíciles a las que se enfrenta la producción agropecuaria, promoviendo una escalada de impuestos que no se compadece de los resultados económicos del negocio productivo".

Las gremiales advierten que el campo está en problemas