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¿Cuáles son los cambios que tendrá la nueva Cancillería de Bustillo?

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Francisco Bustillo volvió a Uruguay desde España el domingo pasado e inició una cuarentena de una semana por la pandemia. Foto: Comunicación presidencial

ROTACIÓN MINISTERIAL

El embajador llegó el fin de semana, asumió el lunes y hoy le realizarán el test para confirmar si está libre de coronavirus.

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Francisco Carlos Bustillo

tiene una relación de extrema confianza, y de muchos años, con Luis Lacalle Pou. Desde el momento en que el líder blanco ganó la elección nacional, el diplomático sabía que tendría un lugar de relevancia en el nuevo gobierno de la coalición. Pero la necesidad de dotar de “peso político” al gabinete llevó a que el lugar que más le seducía fuese ofrecido al líder del Partido Colorado Ernesto Talvi.

Pero el fundador del sector colorado Ciudadanos decidió dar un paso al costado del gabinete y el presidente Lacalle Pou no manejó otra alternativa para suplantarlo que Bustillo. El embajador llegó el fin de semana, asumió el lunes y hoy le realizarán el test para confirmar si está libre de coronavirus.

Si el examen da negativo, el lunes próximo ingresará al Palacio Santos, para comandar la Cancillería con una impronta diferente a la que intentó desarrollar el colorado Talvi.

De arranque el nuevo canciller de la República resolvió modificaciones de autoridades del ministerio. Allí muestra un cambio sustancial con la gestión de Talvi. El excanciller colorado había resuelto darle continuidad a José Luis Rivas, como su jefe de gabinete. El diplomático venía de la gestión frenteamplista de Rodolfo Nin Novoa, y Talvi lo ratificó en el cargo.

Esa decisión le costó al líder de Ciudadanos unos cuestionamientos en la sede de la Cancillería, por parte de un número importante de funcionarios de carrera diplomática. Costaba entender cómo si se había dado un cambio de gobierno, de partido político en el poder, el nuevo canciller eligiera seguir trabajando con personal de confianza de la anterior administración del Frente Amplio, que había sido fuertemente criticada a lo largo de todo el período.

Por eso Bustillo apela a la tradición diplomática y al asumir el cargo elige a un hombre de su máxima confianza -personal y laboral- para ocupar la jefatura del gabinete: Fernando López Fabregat.

Él había asumido en la academia diplomática, y antes estaba designado como embajador uruguayo en el Reino Unido, durante el gobierno de José Mujica. En ese entonces Luis Almagro era el canciller.

López Fabregat comparte, con Bustillo, una buena relación con Almagro. De hecho durante una disertación de este en la Universidad de Oxford en Inglaterra, en 2018, los dos embajadores uruguayos, Fabregat y Bustillo, escucharon la disertación en primera fila.

Ese no será el único cambio que implemente el nuevo canciller en las autoridades. También está decidido el cambio en la Dirección General para Asuntos Técnico Administrativos. Allí estaba Pablo Scheiner, y Bustillo resolvió que ocupe ese lugar Hugo Caussade. Él es un funcionario de carrera diplomática que ya había estado en la administración de Nin Novoa.

Pero el cambio central que llevará adelante el nuevo canciller será en la estrategia de política exterior. Su plan apunta a cumplir con la “tradición uruguaya”, contaron a El País fuentes del gobierno.

No está en el plan de Bustillo desplegar el plan: “Diplomacia 5.0” que presentó Talvi el último día en su cargo, antes de presentar su renuncia.

El excanciller definió que se debía terminar con la “diplomacia de cóctel”. Esa propuesta le generó malestar entre los jerarcas del ministerio, pues entendían que indirectamente se estaba acusando de inoperancia diplomática a los trabajos anteriores.

De hecho, previo a la asunción del nuevo gobierno Bustillo se reunió con Lacalle Pou en la sede partidaria ubicada en Bulevar Artigas. Fue antes de la toma de mando. Ese día, a la salida del encuentro, el entonces embajador en España fue consultado por los medios si compartía la definición de terminar con la “diplomacia de cóctel”. El hoy canciller se separó de la idea de Talvi, y remarcó que la carrera diplomática es más compleja.

En el gobierno confían en la experiencia de Bustillo en relaciones exteriores, y los lazos diplomáticos, y de amistad que ha construido. Una de esas principales es con el presidente argentino Alberto Fernández, quien hasta ahora no ha tenido un encuentro formal con Lacalle Pou.

El objetivo es potenciar la relación binacional, y evitar frenos o encontronazo que le impidan a Uruguay abrir mercados en el mundo, contó una fuente del gobierno.

Pancho: un rugbier en cancillería
Francisco Bustillo. Foto: Álvaro Delgado.

Tricolor, del rojo y cuervo. Esas son las tres pasiones de Bustillo en el deporte. Es que el nuevo canciller es fanático del Club Nacional de Football, de Trouville en básquetbol, y Los Cuervos en rugby.

Esa pasión por el deporte de la ovalada la comparte con el presidente Luis Lacalle Pou. Si bien no son de la misma generación, ambos lo practicaron en su juventud. Incluso los dos se caracterizaban por no querer perder ni un partido amistoso. “No me gustaba perder y hacía lo imposible por ganar. Era bastante camorrero”, dijo Bustillo en una entrevista con el Semanario Búsqueda.

Pero su simpatía por los tricolores no le impide tener una buena amistad con reconocidas figuras peñarolenses. Es que “Pancho”, como todos los conocen a Bustillo, ha compartido un par de asados con Cristian “Cebolla” Rodríguez, de quien tiene varias casacas que forman parte de su colección de camisetas de fútbol. Bustillo ingresó a la Cancillería por concurso en enero de 1986. Pero desde chico está acostumbrado a la vida diplomática. Es que su padre era diplomático. Por eso vivió en varios países: Argentina, Chile, Bolivia y Estados Unidos.

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