SIN DIRECTOR
La Dirección Nacional de Propiedad Intelectual funciona bajo la órbita del MIEM y recibe críticas de comerciantes por su lentitud, mayor a la de otros países de la región.
Registrar una marca en Uruguay lleva unos dos años y, si hay alguna complicación -que suele haber-, la demora pasa a ser de tres años. Es un plazo durante el que una empresa puede abrir y cerrar, o decidir cambiar su imagen. A eso se le suma que la Dirección Nacional de la Propiedad Industrial, donde se hace este trámite, está acéfala desde mayo. Las autoridades no designaron un nuevo jerarca para la oficina que depende del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM).
La presidenta de la Asociación Uruguaya de Agentes de Propiedad Intelectual, Agustina Fernández, dijo a El País que el principal problema que tienen hoy en día es la falta de director en la oficina del MIEM. La especialista explicó que “Uruguay está quedando rezagado”, y no al compararlo con Japón ni Estados Unidos, sino con la región. “Tenemos de las tasas más caras y los plazos más largos para la concesión. Esto es un mix terrible”, advirtió.
Fernández indicó que “está subestimada la importancia” de la tarea y que la Dirección Nacional de la Propiedad Industrial “está, de cierta manera, en estado de abandono”. El “presupuesto que recibe es infinitamente menor a las tasas que recauda y el servicio que brinda no está al nivel que el país necesita para beneficiarse de la innovación que genera y las inversiones que quiere recibir”.
Al mismo tiempo entiende que el “gobierno debería estar buscando a alguien, porque el puesto de director nacional de la Propiedad Industrial es importante y no puede quedar vacante. Además, en una gestión que apuesta a la innovación, el emprendedurismo y la propiedad intelectual, tener la oficina sin un director es una muy mala señal. Es una tarea clave para el desarrollo económico de cualquier país y tiene que haber alguien a cargo”.
Los plazos para el registro de una marca son extensos, pero existe la “posibilidad de pedir un pronto despacho acreditando los motivos que ameriten esa opción”. Ese trámite “sube a la dirección”, que ahora carece de jerarca. “Entonces, no se está concediendo” esa posibilidad, porque “es difícil que un funcionario de carrera te acepte un pronto despacho”. Lo “tiene que resolver alguien que tenga autoridad”, dijo Fernández.
En tanto, el subsecretario de Industria, Energía y Minería, Walter Verri, informó que se trata de una “vacancia temporal y pasajera”, y que “se va a cubrir rápidamente”. En ese sentido, contó que se trabaja en la elección de un perfil adecuado para este cargo político que le corresponde al Partido Nacional.
También aclaró que la jefatura “no está vacía”, ya que “está siendo ocupada por un funcionario de la dirección del ministerio”. Y añadió: “Se está trabajando normalmente y sin ningún contratiempo”.
Trámites
“Las demoras en la resolución de los trámites son algo endémico desde hace 20 años. La última vez que Uruguay estuvo al día fue durante el gobierno de (Jorge) Batlle”, comentó el experto en propiedad intelectual Juan Vanrell.
Para registrar una marca se debe realizar el trámite en el MIEM. Si durante el proceso no hay inconvenientes, como ser una oposición de terceros, se puede demorar de 18 y 24 meses. En el caso contrario la demora puede ser de tres años.
Vanrell contó que Perú y Colombia demoran entre seis y ocho meses. Asimismo, aclaró que el proceso no puede durar menos de seis meses porque Uruguay es signatario del Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, y esto implica ciertas demoras en el trámite.
Verri dijo que se encontraron con atrasos de dos años en el registro de marcas y de entre siete y ocho años en las patentes cuando asumieron en la cartera. En ese sentido, contó que están en un proceso de corrección y que ya se están reduciendo en tres meses los atrasos. Señaló, además, que trabajan para una reducción importante de los tiempos que esperan se concrete antes de 2025.
En lo que respecta a las patentes, también hubo una disminución del tiempo y están “haciendo un esfuerzo por bajarlo más”, dijo. Y añadió que en estos días “se está poniendo a prueba un nuevo sistema informático que va a permitir dar mayor velocidad. Además, se ha contratado con carácter temporal a profesionales para corregir los atrasos”.
Sin embargo, la situación aún genera incertidumbre en las personas que realizan las solicitudes. Vanrell contó que los titulares de las marcas suelen iniciar el trámite, hacer una búsqueda de antecedentes y, si no encuentran ningún problema, ya la utilizan. Y ejemplificó: “Imaginate si querés poner un restaurante en la temporada y tener la marca registrada. Tenés que pedirla ahora para que te la den en tres años. Es absurdo”.
Un “dato más crítico son las renovaciones -las que se deben hacer cada 10 años-. Se está demorando tres años más para resolverlas, lo cual es insólito porque lo que tiene que hacer la oficina es verificar los datos y otorgar” la prórroga, dijo el experto. Además, el plazo hasta el nuevo vencimiento no se corre.
Piden oficina autónoma
Vanrell entiende que “el problema, desde hace 40 años, es que no hay una política pública de propiedad intelectual”. También cree que la “oficina de marcas debería ser un instituto”. Tendría que contar con “autonomía de decisión y presupuestaria”. Ahora el dinero que genera, “que es mucho”, va a Rentas Generales. Es decir, no se usa para mejorar la oficina, señaló.