“Sangría” de dirigentes abre más la grieta en el Partido Socialista

Por Rosina De Armas
Los alejamientos y renuncias siguen dando que hablar en la interna del Partido Socialista. Mientras que desde la dirección aluden a una “agenda de autoconstrucción interna” y dicen que hay un sobredimensionamiento intencionado del asunto, las corrientes minoritarias denuncian una “sangría de dirigentes” y hasta acusan al secretario general, Gonzalo Civila, de estar “destruyendo” al histórico sector frenteamplista.

Pasado el receso de verano, el viernes pasado se reunió la comisión de situación política del partido, que se creó en el seno de la colectividad en febrero de 2021 para tratar los problemas de convivencia que lo aquejan.

Sin una periodicidad fija, los integrantes de este espacio trabajan sobre la base de borradores que, al final del día, resultarán en una síntesis escrita para que todo el sector discuta.

Ya hay dos instancias previstas para avanzar en esta dirección. La primera será el 4 de marzo, cuando sesione el Comité Central socialista. Pero la más reveladora se espera que sea la segunda, cuando en junio se reúna el Comité Nacional y aborde específicamente el tema.

La idea es que en esta instancia se pase raya y se llegue a una conclusión, mediante un informe final, que permita superar todas las situaciones pasadas, según supo El País.

Algunos socialistas demandan un mecanismo de retención de dirigentes, después de haber procesado cerca de 400 renuncias. En su rendición de cuentas previo a ser reelecto, sin embargo, Civila cuestionó que la discusión se hubiera dado mediante “fracturas expuestas”, como le llamó al manejo público del tema, que entiende que dañó al partido. En ese documento, según informó La Diaria, el secretario general remarcó que bajo su conducción el sector se había caracterizado “por la recuperación explícita e intencional de un lenguaje y una perspectiva poscapitalista, radical, crítica, menos institucionalista y más social, de apelación a la organización comunitaria y la construcción de poder popular”.

Los detalles de la reunión del viernes pasado no trascendieron, bajo la premisa de que la discusión se debe procesar a la interna.

No obstante, los ánimos estaban caldeados antes del encuentro. El edil canario Sergio Pereyra, que integra la comisión, había hecho un descargo el día anterior en Facebook, motivado por una cantidad de renuncias que lo había “impactado emocionalmente” en las últimas semanas, según escribió.

“El revanchismo y la soberbia se han disfrazado de matiz ideológico y todo pasa por si se es más ‘de izquierda’ o ‘más de centro’, o si acaso sufrimos de ‘desviaciones de derecha’. Esto es mentira casi en su totalidad”, arremetió Pereyra. Concluyó que en el Partido Socialista falta debate político, y aseguró que “se ha hablado mucho y se ha hecho muy poco” sobre el alejamiento de sus compañeros de partido.

“De continuar así ya no habrá con quién discutir, se habrán ido todos y terminarán discutiendo entre quienes se queden”, alertó.

La publicación fue celebrada por varios simpatizantes de la actual minoría socialista, los renovadores.

Sin embargo, desde la corriente ortodoxa, liderada por Civila, advierten que no hubo más renuncias. Sostienen que la última de alto impacto fue la del exintendente y candidato presidencial Daniel Martínez, en diciembre, cuando ya estaba alejado del sector.

Si bien esta dimisión dio lugar a que unos 200 renovadores firmaran una carta planteando que subsistían “problemas relevantes” en la vida cotidiana del Partido Socialista, como informó El Observador, la línea de Civila niega que haya una “sangría” de dirigentes.

Desde su óptica, expresarse en los medios sobre el tema de fondo solo haría que el tema cobrara mayor dimensión de la que tiene, según supo El País. Al margen de ello, aseguran que están “enfocados en construir” y en revisar los conflictos que atravesó el partido en las últimas décadas, no solo desde que cambió la conducción en 2019.

Uno de los comentarios en la publicación de Pereyra apuntaba en la misma dirección: “Lo sencillo es buscar responsabilidades en los otros, lo complejo y doloroso es hacerse cargo de los propios errores y horrores cometidos. No hemos llegado a este punto exclusivamente por responsabilidad de la hoy mayoría. Hay responsabilidades nuestras, también”.

Además de Martínez, en el último tiempo también dieron un paso al costado el exministro de Ganadería Enzo Benech y el exintendente de Paysandú Julio Pintos.

Otros dirigentes del ala renovadora también habían dimitido cuando Civila asumió. Este es el caso del exdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Álvaro García, de la exministra Daisy Tourné (1951-2022) y de otros socialistas con décadas de trayectoria.

La postulación de Civila como candidato a presidente del Frente Amplio habría profundizado las diferencias. También cómo se resolvió el apoyo a la candidatura de Carolina Cosse a la Intendencia de Montevideo, en 2020, cuando Martínez estaba en carrera.

Previo a una sesión del Comité Central en mayo del año pasado, 170 dirigentes renovadores firmaron un documento crítico de la “debacle electoral” en la que se había sumido el Partido Socialista.

En los comicios internos de diciembre de 2021 no solo triunfó por amplia mayoría Fernando Pereira, quedando en tercer lugar Civila, después del voto en blanco. Además los socialistas se ubicaron cuartos a nivel sectorial, después del Partido Comunista, el MPP y Convocatoria Seregnista Progresista. En ese marco, los renovadores cuestionaron que la candidatura se presentara como “la izquierda de la izquierda” y las alianzas tejidas.

De todos modos, Civila fue reelecto con 65,6% de los votos el año pasado. En 2019 había triunfado con menos ventaja.