"Acelerar el crecimiento para crear y mantener trabajo de calidad, fortalecer la matriz de protección social para combatir la pobreza y la desigualdad y mejorar la seguridad para fortalecer la convivencia de los habitantes del país”, fueron los principales motivos expuestos por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en la presentación de los 720 artículos correspondientes al proyecto de Ley de Presupuesto Quinquenal presentado ayer en el Parlamento. “El crecimiento no es un fin en sí mismo, sino que es fortalecer la calidad del empleo en Uruguay, tanto en la cantidad de empleo como en cuanto a las remuneraciones”, dijo el titular de la cartera, Gabriel Oddone.
Proyecciones
Más allá de las consideraciones políticas contenidas en la exposición de motivos del proyecto de ley, la iniciativa incluye una radiografía de cómo espera el gobierno que evolucione la economía local, buena parte de las cuales se detallan a continuación.
El Poder Ejecutivo estimó que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real para Uruguay será este año de 2,6%, basado en el aumento del gasto de consumo final de los hogares (2,1%), en un incremento de la inversión (3,3%) y en un aumento de las exportaciones (2,7%) y de las importaciones (4,2%).
Como consecuencia de la recuperación del salario real y la ejecución de proyectos que ya están en marcha o en planificación avanzada, el gobierno prevé una expansión del producto en el entorno de 2,2%.
En tanto, el promedio de crecimiento esperado por el gobierno a lo largo de su mandato (2025-2029) es de 2,4%, impulsado por la demanda interna y externa.
“El objetivo de la política económica es consolidar un aumento de la tasa de inversión en relación con el PIB y reforzar la posición de Uruguay como un destino atractivo y confiable para la atracción de capitales”, señala el MEF en el documento.
Salario y trabajo
“Las pautas (para los Consejos de Salarios privados) apuntan al aseguramiento del poder de compra del salario, con un particular énfasis en la mejora de los salarios más sumergidos”, indicó el Ministerio en la exposición de motivos. Entre 2025 y 2026 se esperan incrementos del salario real compatibles con el marco inflacionario y de actividad, lo que se espera que genere más trabajo.
Para el sector privado y como se había anunciado, el esquema de ajustes diferenciales se organizará por niveles, definidos en tres estratos según el salario nominal para 200 horas mensuales. Los niveles se dividen en: Nivel I, hasta $ 38.950; Nivel II, entre $ 38.951 y $ 165.228; y Nivel III, desde $165.229 en adelante.
El Ministerio de Economía destaca que por primera vez se introduce la utilización de una medida de inflación subyacente para el correctivo del primer año, al que se suma un margen de tolerancia que varía según el nivel de ingresos.
El gobierno prevé un crecimiento del salario privado alineado con la evolución de la economía para el 30% de los trabajadores de menores ingresos cubiertos por la negociación colectiva. Además, se espera un incremento aproximado de 2,5% para el 64% de los trabajadores comprendidos en el Nivel II; y el mantenimiento del poder de compra para el 6% de los trabajadores de mayores ingresos (Nivel III).
Respecto al sector público, el gobierno tiene previsto garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores y la no pérdida del salario real. Los ajustes salariales se proyectan considerando la meta de inflación fijada por el Comité de Coordinación Macroeconómica (CCM), y correctivos inflacionarios que se aplicarán cuando la variación de los índices de precios supere los ajustes.
Precios
Con el objetivo de generar un mejor clima de negocios y atraer inversiones, el MEF prevé mantener la inflación “baja y estable” y que se ubique dentro del rango meta (4,5%) durante todo el período. Se estima que el Índice de Precios al Consumo (IPC) cierre este año en 4,2%; el 2026 en 4,4% y a partir del 2027 y hasta 2029 en 4,5%.
En julio el IPC se mantuvo estable, con una mínima suba de 0,05% respecto al mes anterior, esto estuvo influenciado principalmente por los precios de las frutas y verduras, que marcaron una caída promedio de 6,7% en términos anuales.
El MEF señaló que el CCM evaluará la posibilidad de fijar un objetivo de inflación menor en el período en función de tres elementos: si la inflación evoluciona de acuerdo a lo previsto, si se observa una convergencia de las expectativas y si no ocurren shocks externos.
Déficit
Pese a que el último mes el rojo de las cuentas públicas se mantuvo estable en 3,7% del PIB (US$ 2.994 millones), el gobierno calificó la situación fiscal a la que se deberá enfrentar como “desafiante”. En 2024 el resultado fiscal del Gobierno Central y el Banco de Previsión Social (GC-BPS) cerró con un déficit de 3,2% del PIB. “La proporción del gasto público respecto al PIB al final del período se mantendrá en los niveles actuales”, señala el proyecto de ley.
A partir del resultado negativo previsto para el cierre de este año (4,1%), se espera que el resultado global del GC-BPS mejore hasta alcanzar un déficit de 2,6% del PIB en 2029 (una baja de un punto y medio porcentual frente al actual). Para el próximo año se prevé un déficit de -4,0%; en 2027 de -3,5%; mientras que en 2028 se espera que alcance -3,0%.
Endeudamiento
La deuda neta (la deuda bruta menos los activos de reserva) del sector público en 2024 alcanzó a US$ 32.057 millones, según datos del Banco Central (BCU). El proyecto de Presupuesto tiene previsto que aumente cada año hasta alcanzar el 63% del PIB en 2029. En 2024 la deuda neta se ubicó en 58% y se prevé que este año cierre en 57,7% del PIB.
En 2026 las obligaciones financieras del gobierno alcanzarían el 60,4% del PIB; en 2027 cerraría en 61,9%; en 2028 en 62,6%; mientras que durante el último año del periodo prevé cerrar en 63,0%.
Contexto internacional incierto
Uruguay se enfrenta a un escenario global incierto y con tensiones geopolíticas que condicionan las proyecciones de inversión a futuro. En especial, en lo relacionado a la política comercial debido a que un aumento de los aranceles o la introducción de nuevas medidas proteccionistas podría reducir el crecimiento mundial e incrementar las presiones inflacionarias.
Las tensiones geopolíticas —principalmente en las zonas de Medio Oriente y Europa del Este— podrían generar nuevos desafíos en las cadenas de suministro y un repunte de los precios de los commodities, en particular de los energéticos.
Episodios de inestabilidad financiera vinculados a elevados déficits fiscales y niveles altos de endeudamiento en algunas economías relevantes también podrían afectar este escenario. Sin embargo, si se logran concretar negociaciones comerciales favorables y un avance en los acuerdos que tengan previsto reducir barreras, podrían fortalecer el crecimiento y mejorar las expectativas a mediano plazo.