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Persiste fragmentación social pese a una década de bonanza

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El Centro de Estudios para el Desarrollo divulgó ayer el informe de Sinergia. Foto: F. Flores

Población y desarrollo

El CED alerta por la brecha socioeconómica y por la dispersión del delito.

Pese a la bonanza económica que tuvo Uruguay de 2004 a 2014, no se ha revertido la fragmentación social en Montevideo.

Según una investigación del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), la brecha socioeconómica entre los que más y menos tienen, no cambió en términos de acceso a una vivienda o en el nivel educativo. El crecimiento tampoco se tradujo en una disminución de los delitos, por el contrario, la criminalidad creció a niveles "inéditos" y se dispersó.

El CED presentó ayer una investigación denominada "Fractura social y nueva pobreza urbana" tras relevar información censal de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Ministerio del Interior para comprender "la evolución del resquebrajamiento" de los últimos años de Montevideo.

Uno de los autores de la publicación, el economista y director académico del CED, Agustín Iturralde, dijo a El País que "los indicadores sociales como la línea de pobreza, la desigualdad monetaria, y la indigencia monetaria han mejorado y mucho, pero a la vez tenemos temas de convivencia".

Según la investigación "la violencia y criminalidad de Montevideo es inédita hoy en día en medio de indicadores monetarios muy buenos. Esto sugiere la existencia de problemas de cohesión social muy profundos". Iturralde señaló que "hoy tenemos el triple de rapiñas y el doble de homicidios que en la salida de la crisis de 2002".

Por otro lado, el estudio también evidenció la dispersión de los delitos en la capital del país. En 2007, las zonas céntricas y costeras de Montevideo (Centro, Ciudad Vieja, Barrio Sur, Palermo, Tres Cruces, Cordón y Parque Rodó) llegaron a alojar casi el 40% de las rapiñas de Montevideo. Sin embargo, de acuerdo al estudio, en los últimos años el delito "se ha desparramado" a otros barrios. "Somos una ciudad mucho más violenta con una explosión particular de las rapiñas", apuntó Iturralde.

¿Montevideo una ciudad más fragmentada? La pregunta, invitó ayer a la reflexión de un panel integrado por el director de la fundación Los Pinos, Pablo Bartol; la directora territorial de Techo, Laura Posada; el director nacional de Vivienda, Salvador Schelotto y el investigador asociado al CED, Leonardo Altmann.

De la actividad también participó el presidente del Instituto de Vivienda de la ciudad de Buenos Aires, Juan Maquieyra, quien presentó el trabajo realizado en varios asentamientos de la ciudad a partir del relacionamiento con los propios vecinos. Explicó que la vivienda es fundamental en la vida de cualquier persona y que sin ella, los ciudadanos no pueden programar siquiera su vida laboral o educativa.

El informe justamente, encuentra que existen situaciones de "vulnerabilidad y precariedad socio-habitacional" y que hacen falta políticas sociales de transferencias condicionadas y de vivienda, como por ejemplo, planes de rehabilitación barrial.

Por otro lado, la investigación señala que se han ido intensificando los problemas relacionados a la cohesión social, y que no existe para na- da correspondencia entre las mejoras de los indicadores económicos con la realidad social del país.

La brecha es más evidente en los tipos de empleos y en el "clima educativo" que se genera en cada barrio, es decir, el promedio de años de educación formal de los adultos del hogar.

Bartol reclama prudencia al gobierno en inversión

Pablo Bartol, director del Centro Educativo Los Pinos. Foto: D. Borrelli
Pablo Bartol. Foto. Darwin Borrelli

Pablo Bartol, director de Los Pinos, reclamó al gobierno más prudencia en el gasto que se destina a programas sociales al citar declaraciones del recientemente electo rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim. Señaló que en varias ocasiones, ocurre que se destinan "pequeñas cositas" en muchos proyectos y que al ser insuficientes, no provocan el "efecto cascada" para transformar la realidad. "Gasto mucho en pequeñas cositas", apuntó y agregó: "Es un montón de dinero, de a poquito, tiradito que no acaba de provocar un efecto contundente". A su vez, Bartol dijo que al recorrer la ciudad, los vecinos le comentan que "se han roto todos los códigos". Y añadió que "antes no se robaba a la vecina, esa desintegración social hay que entender que se metió en todos lados", dijo.

CIFRAS

Récord en homicidios en lo que va de 2018

Este mes se registró un récord en la cifra de homicidios según datos de Fundapro. Informó El País la semana pasada que hubo 351 crímenes en lo que va de 2018. En 2017 fueron asesinadas 283 personas en Uruguay. Ese año fue la continuación de otro difícil en materia criminal ya que durante 2016 murieron de manera violenta 268 personas. "Tenemos más de un muerto por día y es probable que el cierre del 31 de diciembre indique que en este año hubo más homicidios que días", afirmó el director de Fundapro, Guillermo Maciel. La organización estima que la tasa de homicidios pasó de 8,1 del año 2017 a 10,3 en lo que va del año 2018. No obstante, Fundapro prevé que al final del año se llegará a una tasa de 11, según indicó Maciel. De acuerdo a la investigación que fue presentada ayer,

"Montevideo es una ciudad tremendamente más violenta en 2016 que en 2007 y que en 2003". A su vez, señala que "no por repetido deja de ser impresionante, a pesar de ser una ciudad mucho más rica, con menos pobres y menos desigualdad monetaria, somos una ciudad mucho más violenta con una explosión particular de las rapiñas". Por otro lado, define que "las rapiñas eran un delito que ocurría mayormente en zonas de ingresos medios y medios-altos. Hoy en día se trata de un delito que aumentó en los barrios populares".

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