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Pablo Abdala: “Hay que buscar la forma de aumentar el presupuesto del INAU”

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Pablo Abdala. Foto: Francisco Flores

ENTREVISTA

El exdiputado blanco considera que el INAU tiene “mucho para hacer” en materia de violencia intrafamiliar y que se deben reforzar los centros que brindan atención 24 horas.

Pablo Abdala presentará mañana su renuncia a la presidencia del Directorio del Partido Nacional para asumir el miércoles la titularidad del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU). El exdiputado blanco considera que el INAU tiene “mucho para hacer” en materia de violencia intrafamiliar y que se deben reforzar los centros que brindan atención 24 horas. También entiende que es necesario incrementar la dotación presupuestal de un organismo que apoya a 140 centros de forma directa y a cientos de proyectos de atención parcial, dando cobertura a unas 90.000 personas. Su presupuesto actual es uno de los más grandes del Estado: US$ 370 millones.

-Ya ha mantenido reuniones con el directorio y con el sindicato del INAU. ¿Qué planteos recibió de los trabajadores?

-Con los trabajadores tuve una reunión muy franca y abierta. Creo que ha sido muy útil para eso la buena relación que arrastro con el presidente del sindicato (Suinau), Joselo López, desde hace muchos años. Hemos interactuado con mucha frecuencia en el ámbito del Parlamento, en las comisiones de Presupuesto, y en función de la representación que él también tiene en Cofe. Fue una reunión de aproximación a los temas. Ellos tienen algunas preocupaciones concretas, particularmente en los hogares de 24 horas, donde consideran que es necesaria una mayor dotación de personal, que allí hay algunos cuellos de botella para superar. Los planteos que recibí en general fueron de recibo. Creo que el Suinau tiene una actitud de defensa de los trabajadores pero además muy colaborativa en cuanto a la gestión del organismo.

-Está haciendo una transición muy breve por la reciente aprobación de su venia para presidir el directorio. ¿Con qué datos cuenta sobre cómo recibe el instituto?

-Debo decir que lo que llevamos adelante fue una transición breve pero muy provechosa. A mí me resultó muy fructífera. Tengo que reconocer que los actuales directores y la presidenta Marisa Lindner tuvieron una actitud de mucha colaboración y transparencia. Me proporcionaron toda la información. El viernes participé, en calidad de oyente, de una videoconferencia con distintos jerarcas del organismo y con los representantes de las cuatro redes sociales que tienen convenio con el instituto. Otro dato es que este lunes al mediodía, la presidenta saliente y yo nos vamos a entrevistar con el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, por la preocupación que todos tenemos en cuanto al impacto que el coronavirus puede generar en el ámbito de los centros del INAU, particularmente en los de 24 horas, que son los más complejos porque la vida de los internos se desarrolla plenamente en ellos.

-Está tomando las riendas de un organismo que tiene una enorme dimensión territorial y administrativa. Que asiste a miles de personas, pero que ya de por sí tiene un importante presupuesto: unos 370 millones de dólares al año...

-El INAU tiene a su cargo uno de los cometidos esenciales del Estado. Es el órgano rector de las políticas de primera infancia, infancia y adolescencia; así lo dice el Código de la Niñez. Tiene una presencia notoria en todo el país, estamos hablando de 140 centros de 24 horas, 2.000 proyectos vinculados con centros de gestión directa, CAIF, o de atención a discapacitados. El INAU le da servicio a 90.000 personas durante todo el año, lo cual incluye hasta personas mayores con discapacidad que ingresaron siendo menores. Efectivamente es en el Presupuesto Nacional el inciso que está en tercer o cuarto lugar.

-En este tema inmediato a abordar, el de la pandemia del coronavirus, ¿se van a potenciar los programas de acogimiento familiar? ¿Cómo funcionarán los centros 24 horas en donde el aislamiento de los menores es prácticamente imposible?

-Los centros de 24 horas son un desafío. Allí tenemos que trabajar en aumentar la capacidad locativa y de respuesta, en satisfacer la demanda. Hay que trabajar mucho con el Poder Judicial, que es el que dispone la internación de los menores cuando están en situación de desamparo o de desprotección por parte de sus familias. Pero evidentemente hay algunos cuellos de botella, sobre todo en los tres centros de ingreso y de derivación, donde se generan aglomeraciones que no son positivas.

El acogimiento familiar va a ser un tema central en nuestra gestión. Si bien lo básico y lo primero es la protección inmediata de los menores en cuanto a su subsistencia, el derecho a la vida, la salud y la alimentación, concomitantemente está el derecho a vivir en familia. Es un derecho humano esencial. Los planes de acogimiento familiar ayudan. Hay que buscar la forma de incrementar la dotación presupuestal para que se estimule y fomente el desarrollo de estas alternativas. Eso ayuda a la desinternación y a descongestionar la demanda.

-El INAU no depende jerárquicamente del Mides, pero la cartera de algún modo es su vínculo con el Poder Ejecutivo. Se acaba de reunir con el ministro Pablo Bartol ¿Le pidió algo? ¿Le dijo lo de incrementar la dotación presupuestal?

-Todavía no, porque es un tema sobre el cual tengo que tener una idea completa. La dotación presupuestal también tiene que ver con los centros CAIF que están en marcha y en obra. Hay 28 que se van a terminar en este 2020, a través del fideicomiso del INAU que se creó en 2010 con la Corporación para el Desarrollo y que ha sido muy útil, y con la modalidad de las PPP. Hay que afinar el lápiz y tener alguna idea concreta en función de la realidad fiscal del país, que ya era muy comprometida antes de la emergencia y que lo será más después. Eso habrá que hablarlo también con Economía y con la OPP.

-Hay miles de casos judiciales en los que el INAU está atrasado en cumplir con la orden de internación. ¿El instituto puede hacer frente a eso?

-Son más de 5.000 sentencias judiciales con orden de internación en los últimos años. No quiere decir esto que todas se hayan incumplido. Hay una parte que ha generado dificultades en cuanto a su cumplimiento. Eso se vincula con las dificultades de los centros de ingreso y con situaciones que se resuelven provisoriamente pero no de la manera más satisfactoria. Por ejemplo internando a esos menores en centros que no corresponden a su perfil, lo que genera dificultades.

-¿El divorcio con el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) se ha completado? ¿No existe más el INAU “duro” que siempre era noticia por delitos y violencia?

-El Inisa es un órgano nuevo y todavía no ha culminado el proceso de transición y traspaso de las competencias y los servicios del INAU. Por ejemplo, hay programas socioeducativos referidos a menores infractores que todavía los sigue cumpliendo el INAU prácticamente en todo el país. En cuatro departamentos estamos bastante avanzados en cuanto a que sea el Inisa el que se empiece a ocupar de ellos, pero en el resto del país se sigue ocupando el INAU. Hay casos de menores que pasaron por el Inisa, que cometieron los delitos más graves (rapiñas y homicidios) que después recobran su libertad y terminan en algún centro del INAU por su condición de menores desamparados. Y que en los hechos terminan por “contaminar”, no por culpa de ellos, pero se terminan relacionando con menores que tienen otros antecedentes.

-¿Cuál debe ser el rol del INAU en lo que tiene que ver con la violencia familiar?

- Es un tema que he estado hablando en estos días con la vicepresidenta Beatriz Argimón. El INAU tiene albergues, tal vez necesite más, para mujeres con hijos que son víctimas de la violencia familiar. También hay un sistema integrado dedicado específicamente a la violencia de los menores que coordina el INAU y en el que participan diversos organismos públicos. Yo aspiro a darle un funcionamiento más regular y permanente.

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