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Martínez descartó el “derrumbe” económico

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Daniel Martínez disertó ante unos 200 empresarios argentinos ayer en el Hotel Alvear. Foto: Prensa Daniel Martínez

CAMPAÑA ELECTORAL  

El candidato dijo que “se pica la cancha” en las elecciones, pero hay buena relación con candidatos

En el mismo lugar donde el candidato nacionalista Luis Lacalle Pou disertó ante empresarios argentinos y prometió bajar los costos de producción, el oficialista Daniel Martínez defendió ayer “la salud” de la economía y negó el derrumbe del país.

En la puerta del lujoso hotel Alvear de Buenos Aires fue recibido por el empresario Juan Carlos López Mena, el mismo que a principios de setiembre se había mostrado esperanzado ante una victoria de Lacalle Pou. Ayer, en un muy breve discurso, el titular de Buquebus calificó de “excelente” a la gestión del Frente Amplio y destacó “el respeto” que existe entre políticos de diferentes partidos.

Martínez llegó acompañado de su esposa la exconsejera del Codicen, Laura Motta. Lo esperaba una comitiva entre la que estaban los empresarios Alejandro Bulgheroni y Daniel Funes, presidente del Consejo Interamericano de Comercio y Producción, encargado de organizar el almuerzo.

Posaron para las fotografías charlaron y se rieron. Martínez se encontró con un excompañero de Primaria en el Maturana, el empresario Eduardo Franciosi, un uruguayo que es director de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos.

Ante un auditorio de 200 personas, Martínez presentó sus principales lineamientos de gobierno apoyado en un power point al que se daba vuelta para mirar alejándose de los micrófonos, hasta que le alcanzaron uno inalámbrico: “Menos mal porque me iba a venir tortícolis”, bromeó. Lo acompañó una pequeña delegación encabezada por su coordinador programático Ramón Méndez, el subsecretario de Economía Pablo Ferreri, el responsable de prensa Santiago Brum y Antonio Carámbula. De entrada sirvieron langostinos y camarón con palta, luego lomo de ternera con vegetales y de postre créme brulée y bizcocho húmedo de chocolate con frutos rojos y helado de pistacho.

“Ahora en las elecciones se pica un poco la cancha, en un acto alguno dice una palabra un poco de más, pero comparado con otros países y con Argentina es un juego de niños”, aseguró. Para que no quedaran dudas agregó que cuando se encuentra con los otros candidatos entre los que nombró a Luis Lacalle Pou (Partido Nacional), Ernesto Talvi (Partido Colorado) y Guido Manini Ríos (Cabildo Abierto) se saludan y está todo bien.

En pocas palabras lo resumió: “Hemos construido una nación de respeto y tolerancia que está buena”. Pero enseguida aprovechó para diferenciarse de la oposición: “No coincido en que haya habido políticas tan estables de Estado”.

Indicó que en el pasado, el Frente Amplio, trató de lograr acuerdos en temas como seguridad y educación y “fue difícil”. Y ahora expresó su deseo de concretar “algunos puntos gane quien gane” porque “no se puede andar cambiando de caballo 14 veces”.

Se apoyó en la ingeniería cada vez que pudo. Es más, llegó a decir que su objetivo no era ser político sino ingeniero. Habló largo y tendido del cambio en la matriz energética y repitió su preocupación por el futuro del mercado del trabajo.

Pero el plato fuerte de su presentación fue la economía. Presentó a Uruguay como un país con estabilidad macroeconómica, a pesar de admitir que el déficit fiscal ronda el 5%. “No quiero generar envidia, pero no es lo mismo venir con una estabilidad económica de 16 años que vivir en la incertidumbre permanente”, señaló en una alusión a Argentina.

Apeló a la guerra comercial entre China y Estados Unidos para dar la idea de la incertidumbre a nivel mundial. “Por suerte en Uruguay hubo un manejo económico responsable”, aseguró a diferencia de lo que señala la oposición cuando habla de “despilfarro”.

“Seguramente otros puedan plantear que está todo horrible, yo como soy ingeniero soy pragmático y me gusta ver la realidad tal cual es. Tampoco comerme la pastilla, ni vender espejitos (…) Y no me parece bien que se diga que el Uruguay es un país que está al borde del derrumbe o en medio de una crisis estructural descomunal”, indicó. En la misma línea insistió en que “en ningún caso Uruguay está en una situación de emergencia”. Se apoyó en gráficas, números e índices para asegurar que mejoró la redistribución de la riqueza y descendió la pobreza. “Hoy somos la nación más equitativa de América Latina”, insistió. Remarcó que Uruguay “tiene grado inversor”.

En contraposición, afirmó que el último semestre para la región fue “catastrófico” y aunque “Uruguay crece prácticamente nada”, Argentina “no pinta bien”, Brasil “viene mal” y Paraguay sufre 3% de caída.

A la situación fiscal la definió como “desafiante”: y agregó que “al déficit fiscal hay que abatirlo”. “Tenemos un déficit que nos preocupa, pero tenemos propuestas específicas para eso”, indicó. Definió su propuesta económica como de “desarrollo sustentable”.

La receta de Martínez para bajar el déficit es que el crecimiento de los gastos no supere al de la economía y “corregir algunos costos internos”. “Soy de los que digo que a la competitividad le afecta mucho más los atrasos tecnológicos que los costos internos”, indicó marcando distancia de Lacalle Pou.

Mano a mano con Fernández

Daniel Martínez volverá a Buenos Aires en octubre para reunirse con frenteamplistas y mantener un encuentro con el candidato Aníbal Fernández.

Ante la pregunta acerca de cuál sería un futuro relacionamiento contestó: “Estuvo en mi casa, no lo conocía. Alguna gente me criticaba porque tenía buena relación con Horacio Rodríguez Larreta y siempre digo, al presidente de Argentina lo elige Argentina. Si Fernández es electo y yo soy electo buscaremos las mejores condiciones para hacer crecer nuestras naciones”, señaló. Por otro lado, dijo que el informe Bachelet sobre la situación que se vive en Venezuela “es cierto” y coincidió con la posición asumida por Uruguay.

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