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“La historia vivida”, es el primero de tres libros y fue editado por Penguin Random House. El texto abarca su carrera política desde 1980 a 1989, año en que fue electo presidente.
“Es una historia de un grupo de jóvenes que teníamos 35 años, y que un día resolvimos que de un brote nuevo del Partido Nacional, del viejo tronco herrerista, era posible llegar al gobierno. Y con los años lo conseguimos”, contó a El País el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera, quien acaba de presentar su nuevo libro autobiográfico.
“La historia vivida”, es el primero de tres libros y fue editado por Penguin Random House. El texto abarca su carrera política desde 1980 a 1989, año en que fue electo presidente.
En la definición de las ideas que identifican al herrerismo, el expresidente menciona algunas de las frases que incluso sobrevolaron en la última campaña electoral que llevó a su hijo, Luis Lacalle Pou, al triunfo presidencial. “Para definirnos en tiempos de confusión aseveramos que éramos el herrerismo de la conducta o el herrerismo duro de boca. Exigíamos y nos exigíamos el contacto con la realidad, el barro en los zapatos. Aconsejamos a nuestros técnicos ser cortos en las promesa para ser largos en el cumplimiento”, dice Lacalle padre.
En el libro, detalla el episodio del retorno del líder blanco Wilson Ferreira cuando estaba finalizando la dictadura, y del abrazo que se dieron previo al cruce desde Buenos Aires a Montevideo, donde dejaron de lado sus diferencias.
Sobre el “Ómnibus de la Victoria” en la campaña de 1984, detalla el enfrentamiento con el hijo de Wilson cuando lo hizo bajar. “No me meto donde no me llaman. Y me bajé”, cuenta el autor en el libro.
Luego de esa elección que colocó a Julio María Sanguinetti como presidente, Lacalle Herrera cuenta que al otro día de la derrota blanca programó en una hoja la estrategia para ganar la elección en 1989.
“Estoy diagramando la gira que empieza el sábado. Para agradecerles a los dirigentes y correligionarios que nos apoyaron. Les voy a decir gracias por el esfuerzo, el trabajo y la confianza que depositaron. Y también voy para comprometernos para el futuro y avisarles que faltan 60 meses”, le dijo Lacalle Herrera a su esposa, Julia Pou, ese día. “¿Sesenta meses para qué?”, repreguntó su esposa. “Para la próxima elección. Tengo opción presidencial y quiero jugar por eso”, remató el líder herrerista.