Las claves que llevan a Argentina a cobrar elevado peaje en Hidrovía; Uruguay presenta queja diplomática

Gobierno de Milei subió los peajes en el último tramo de la Hidrovía un 100% según armadores uruguayos; afecta a millones de toneladas que son transbordadas en puertos uruguayos

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Puerto de Nueva Palmira
Puerto de Nueva Palmira: es la puerta de entrada y salida de la hidrovía.
Foto: Archivo

El gobierno uruguayo presentará hoy una protesta diplomática contra Argentina por incrementar en forma unilateral los peajes a la carga internacional que se desplaza por los canales del Río de la Plata, en el último tramo de la Hidrovía Paraná-Paraguay.

Según operadores marítimos consultados, Argentina tiene derecho a aplicar un peaje a todos los barcos que surcan sus aguas, pero dicha tasa debe tener una contraprestación —servicios de dragado o de balizamientos— y ser negociada con sus otros socios (Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia).

Sin embargo, pese a tener derecho, Argentina no acreditó servicios y trató de implementar la tasa en forma unilateral, señalaron las fuentes. Agregaron que, de esta forma, Argentina no cumple con los procedimientos del Acuerdo de Santa Cruz de la Sierra firmado en 1992.

Dicho tratado, que estableció un marco normativo sobre el funcionamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, fue rubricado por Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Paraguay.

La decisión del gobierno de Javier Milei sigue políticas implementadas por las gestiones kirchneristas en la Hidrovía. El entonces gobierno de Alberto Fernández sacó a la empresa belga, Jan de Nul, de la concesión de la zona conocida como "Confluencia", donde se unen los ríos Paraná-Paraguay y el sistema de dragado y balizamiento pasó a depender de la Administración General de Puertos (AGP) del vecino país.

Poco después, Argentina dispuso el cobro unilateral de un peaje a todas las embarcaciones que pasaran por "Confluencia", lo que derivó en un enfrentamiento público con el gobierno paraguayo, que saca su producción por la Hidrovía a través de una flota de más de 3.400 barcazas. Paraguay tiene la tercer flota de barcazas del mundo y la primera de América Latina.

Tras intensas negociaciones entre presidentes y en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), los países miembros de la Hidrovía acordaron que Argentina podía cobrar un peaje pero por un monto menor al estipulado. A partir de ahí, las aguas se aquietaron.

A mediados de este año, el nuevo gobierno de Milei decidió incrementar un 100% el peaje para la carga internacional con destino a Nueva Palmira. Dicho puerto uruguayo se especializó en el transbordo de granos y de mineral de hierro, entre otros productos.

La medida argentina, que ya comenzó a aplicar hace dos meses, afectará en particular a las millones de toneladas de mineral de hierro brasileño que se transbordará en depósitos de empresas palmirenses y en la estación de transbordo ubicada en Soriano.

Para el próximo año, se espera transbordar 6 millones de toneladas de mineral de hierro por el puerto de Nueva Palmira. La cifra podrá alcanzar las 20 millones de toneladas de mineral de hierro en un corto plazo, según afirmó un jerarca de la Prefectura Nacional Naval a El País.

Un armador argentino dijo a El País que ningún barco paraguayo o brasileño que transporte productos afrontará el peaje impuesto por el gobierno de Milei, ya que transferirá al costo de la carga. Es decir, el consumidor final del flete se hará cargo del monto del peaje.

El alerta de que Argentina decretó un aumento de un 100% del peaje a la carga internacional fue realizado por el Centro de Navegación (Cennave) en una carta enviada el 21 de noviembre de este año al canciller Omar Paganini.

Consultado por El País, el jerarca de gobierno señaló que el tema le generaba preocupación y agregó que realizará tratativas con el gobierno argentino.

Puerto de Nueva Palmira.
Puerto de Nueva Palmira.
Foto cedida a El País.

Historia de una rivalidad

Hasta la década de los años sesenta del siglo pasado, Argentina era el rey absoluto de la Hidrovía. Por vaivenes políticos y problemas de gestión, las navieras argentinas comenzaron a vender convoyes de barcazas a Paraguay.

La "sangría" comenzó a principios de los años setenta, se consolidó en los ochenta y finalizó en los noventa. Se salvaron unas pocas empresas armadoras que lograron sobrevivir reconvirtiéndose y armando negocios con, justamente, los empresarios paraguayos.

"La flota de barcazas argentina desapareció por culpa de los propios argentinos", dijo un operador marítimo a El País.

En forma paralela, los armadores argentinos veían pasar frente a sus costas las miles de barcazas con banderas paraguayas y la indignación no tardó de llegar. El mea culpa nunca se hizo, agregó el empresario naviero.

Barcaza navegando por el Río Uruguay.
Luffi

El malestar trajo otras derivaciones. Bajo el supuesto de que el régimen de inspección de la Prefectura General Naval de Paraguay a las barcazas era muy débil, la Prefectura Naval Argentina comenzó, en sus aguas territoriales, a exigir todos los implementos de seguridad requeridos para la navegación a dichos buques con bandera guaraní.

Ese tipo de cuestiones, según las fuentes, muestran las asimetrías legales de los cinco países que integran la Hidrovía. Ello, agregaron, se debe a que son naciones jóvenes con apenas unos 200 años de vida.

Las fuentes explicaron que Unión Europea, con muchos siglos de antigüedad, resuelve los problemas en sus ríos y canales navegables de otra forma: tres países lideran la comunidad europea, hacen cumplir las reglas y así las naciones del Viejo Mundo cuentan con un régimen aceitado para dirimir diferencias. Se trata de un sistema muy distinto a lo que ocurre en estas latitudes.

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