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Jose Garchitorena: “La masonería no tiene nada que ocultar”

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José Garchitorena, Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. Foto: Estefanía Leal
Nota a Jose Garchitorena, abogado uruguayo gran maestro de la Gran Logia de la Masoneria del Uruguay, en su sede en Montevideo, ND 20210715, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

La masonería en Uruguay experimenta dos procesos paralelos: un crecimiento exponencial en sus integrantes y la apertura a la sociedad de aspectos dominados por un secretismo absoluto.

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El crecimiento exponencial de los integrantes de la institución y el porqué de la necesidad de abrirse a la sociedad abandonado el secretismo absoluto que hasta hace poco dominaba sus acciones, son explicados en esta entrevista que, José Garchitorena, Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, concedió a El País. La vinculación del expresidente Tabaré Vázquez con la organización y cómo fue su relación con ella durante dos presidencias, también formaron parte de la conversación.

-¿Qué es ser masón y para qué sirve?

-La masonería surgió en el Siglo XVIII y plantea una forma de búsqueda del mejoramiento personal, de desarrollo de las potencialidades del ser humano y de la intelectualidad. Tiene un claro objetivo de mejorar también la comunidad de la sociedad. Un masón tiene un compromiso ético con la acción, por eso no es de extrañar que haya tantos masones vinculados al quehacer social.

-¿Es lo mismo la masonería uruguaya que la argentina, por ejemplo?

-Suele hablarse de masonería universal en cuanto a los principios, valores e ideales. Hay diferentes formas de practicar la masonería. En Uruguay practicamos el rito escocés antiguo y aceptado, que es de los más antiguos y extendidos en el mundo.

-¿Y cuáles son esos ritos?

-Son una sucesión de prácticas, de actos que están pautados y predeterminados. Que tienen un sentido y un propósito para potenciar los valores de cada uno.

-¿Qué se necesita para ser masón en Uruguay?

-Se necesita que te inviten, la masonería es selectiva. Se supone que hay alguien que responde por tus condiciones, por tu trayectoria, por tu conducta y que entiende que, no solamente vas a ser un buen aporte a la institucionalidad, sino que vas a aprovechar lo que la institución puede ofrecer.

-En este proceso de apertura a la sociedad, en el pasado Día del Patrimonio que dejaron entrar a visitar el templo, recibieron varios pedidos para ingresar. ¿Cómo se maneja eso?

-Recibimos muchas solicitudes de afiliación por la página web. Personas interesadas que nos escriben: “me gustaría integrarme”, “tengo un pariente que fuera masón”, o “no conozco ningún masón, pero me interesa”. Nosotros vemos todo obviamente. Pero el procedimiento establece que te tiene que presentar un masón. Después sigue determinado rito en el cual hay un procedimiento de ingreso para la verificación de la persona.

-¿Cuántos masones hay en Uruguay?

-Hay miles de integrantes. Muchos de esos miles están activos; es decir integrantes que cotizan y que concurren. Otros están en sueños: siguen perteneciendo a la institución pero por diferentes circunstancias se encuentran alejados, lo que no les hace perder su condición de masón. La masonería está presente en los 19 departamentos. Hay un enorme despliegue de las instituciones.

-¿Cuál es la diferencia con la masonería de mujeres? ¿Tiene la misma importancia un masón hombre que uno mujer?

-El hecho de que la masonería sea masculina responde a asuntos históricos. Cuando surgió la masonería en el siglo XVIII, la mujer no cumplía un rol en la sociedad como hoy. Ni siquiera los hombres tenían un rol igualitario. Ese fue uno de los propósitos de la masonería: romper esas divisiones que a veces se daban entre los otros hombres, ya sea por cuestiones religiosas. En la medida que la mujer fue ganando espacio y derechos en la sociedad empezó a ocupar un rol en la masonería generando logias de mujeres. Desde hace ya muchos años existen grandes logias de mujeres en Uruguay. Fue un proceso largo hasta que la logia femenina de Chile autorizó a la uruguaya a constituirse en gran logia en el año 2007. Hoy, en consecuencia, estamos trabajando en paralelo con iguales estructuras, con iguales propósitos.

-¿Por qué se da esta apertura de la Gran Logia a la gente? Lo de abrir su casa para permitir el ingreso a conocer los templos, por ejemplo.

-Vivimos en la época de la información donde la comunicación pesa mucho en la consideración de las personas y de las instituciones. Donde la imagen vale más que mil palabras, como se dice. Podemos escribir una enjundiosa declaración de tres carillas pero seguramente nos van a juzgar, o se van a formar opinión de La Gran Logia por una imagen. Atendiendo a esa situación es que la masonería hace muchos años ha ido abriéndose. Por otra parte, no tiene nada que ocultar. Somos una institución que tiene personería jurídica desde 1882.

-Habitualmente hay gente que entiende que esos ritos son secretos, y lo secreto se ve como algo no tan bueno. ¿Entienden que necesitaban derribar esos prejuicios?

-Obviamente. Hay que entender que la masonería cuando surgió, inmediatamente fue condenada y prohibida. Primero por los gobiernos absolutistas, después en los países con tradición católica por un enfrentamiento muy fuerte con la Iglesia. La Iglesia se sintió desafiada por lo que sostenía y proponía la masonería de una sociedad abierta, donde la Iglesia no tuviese inferencia en la moral, ni hubiera una moral oficial. El masón que revelaba su condición era perseguido y su vida peligraba. Eso después en muchos lados siguió como una inercia. Es cierto que hasta hoy, hay ciertos masones que entienden que no deben revelar su condición. Pero no hay nada que ocultar. Y por eso hemos abierto los templos, cuáles son los propósitos que la animan y cuáles son los principios, valores e ideales. Después cada uno maneja su condición de masón de acuerdo a sus circunstancias familiares, laborales y sociales.

-¿Cómo es la relación con la iglesia católica hoy? Hay algunos católicos que los ven con cierta rivalidad.

-Lo que procura la masonería es evitar el dogma. Somos defensores de la libertad de culto, porque digo justamente eso hace la libertad de la persona: en qué creer, qué opinar, el derecho a expresarlo y a manifestarlo. Pero esa decisión es individual, por eso somos antidogmáticos. Nuestro vínculo con las religiones es de respeto. Se habla de la iglesia católica pero hay muchas otras religiones. Lo que pasa es que el Estado uruguayo por momentos fue católico. Por eso los católicos pueden sentir que de alguna forma la masonería ha sido competencia. El tema de la laicidad es en los países latinos. En los anglosajones donde está la religión protestante no es un tema.

-¿La apertura de la institución a la sociedad trajo aparejada una flexibilización de los requisitos para ingresar a la masonería?

-No. Las condiciones son exactamente las mismas. Nosotros no salimos a buscar masones. Este crecimiento que ha tenido en integrantes en los últimos 20 años se debe al crecimiento de logias. Es decir que hay más puertas de ingreso para masones.

José Garchitorena, Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. Foto: Estefanía Leal
José Garchitorena, Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. Foto: Estefanía Leal

-En la última década hubo una mayor atención hacia la masonería cuando se conoció que el expresidente Tabaré Vázquez era masón. ¿Cree que eso ha influido en el crecimiento de la Gran Logia?

-No, creo que no. Tenemos estudios y los análisis explican que el crecimiento se da por el aumento de logias.

-¿Y por qué aumentan? En definitiva, hay alguien que invita.

-Sí ha habido una decisión institucional de tener presencia en todo el país. Una política institucional de avanzar en el territorio nacional. Los masones tienen para aportar en cada comunidad, y eso sí ha sido un interés.

-¿Qué tan activo fue Vázquez a la masonería cuando le tocó ocupar la Presidencia de la República?

-En la medida que una persona va adquiriendo responsabilidades y sobre todo responsabilidades de gobierno -y tan altas- obviamente el trabajo semanal en la logia se complica. La masonería es respetuosa de las instituciones. Con el doctor Vázquez la relación que tuvimos cuando fue presidente fue institucional porque nos pareció que eso es lo que correspondía más allá de su pertenencia a la institución.

-¿Fue masón activo?

-Sí, sí. El fue masón antes, durante y después de sus presidencias.

-En la gestión de sus gobiernos, ¿observó filosofía masónica en su gestión?

-Sí. Seguramente más allá de compartir o no medidas…

-Entiendo que en este caso eran de partidos políticos diferentes.

-Pero no es un tema de partidos. En la impronta sí puede ser que haya habido características que sean masónicas. Por ejemplo, la discreción es parte de la filosofía masónica. Pero no porque haya nada que ocultar, sino porque la discreción hace a la ponderación, hace a la prudencia, hace al respeto hacia el otro. Dejar expresar y no avasallar con tu opinión.

-Cuando hay un masón en cierto ámbito de decisión, ¿se le solicitan determinadas acciones?

-No, no corresponde. Sería inmiscuirse en temas que no corresponden a la institución.

-¿De qué forma entonces trabajan en la masonería para aportar al país?

-La masonería lo que hace es brindar a la persona desarrollar su potencial y sacar un conjunto de principios humanistas: el respeto, la libertad, la igualdad frente a todo, la solidaridad y la fraternidad. Fomentando el razonamiento y la inteligencia sin descuidar otras aproximaciones al conocimiento como puede ser la intuición. Después cada uno lo vuelca y traduce, es algo personal.

-¿Trabaja temas específicos? ¿Cómo aportar para una sociedad más pacífica, por ejemplo?

-La masonería hace especial hincapié en la tolerancia. Es la piedra angular de la convivencia. Yo voy a debatir contigo, pero no pretender acallar, voy a tratar de convencerte. Cuando la masonería ha sentido la necesidad de salir públicamente, lo ha hecho. Pero lo hace cuando está en juego o entiende que están en juego los altos principios, como la laicidad. Hay integrantes que pueden tener posiciones distintas a propósito de la solución de un problema. La masonería no se embandera con una u otra solución.

-¿La discusión sobre la ley del aborto la han debatido internamente?

-Cuando se discutió la ley de aborto hubo instituciones que pretendieron que la masonería opinara y tomara partido. Vinieron instituciones a golpear la puerta. Hicimos charlas sobre el tema exponiéndolo, pero institucionalmente no se pronunció ni se pronunciará.

La virgen y una iglesia a cielo abierto

-En su discurso del 165 aniversario manifestó preocupación por los debates que se estaban replanteando, vinculados a la libertad individual. ¿Cuál es la preocupación que ve hoy en Uruguay?

-Hablamos desde un punto general en el mundo. Lo que veo hoy es que hay reclamos de legislaciones específicas contemplando partidas especiales, y procedimientos específicos.

-¿Habla del plano internacional o nacional?

-Lo llevo a todos los planos.

-En Uruguay lo que veo sobre ese punto puede ser la discusión sobre los juzgados de violencia de género.

-Simplemente señalo tendencias universales. No quiero bajar al detalle, porque si bajo en detalle entró en polémica y no me corresponde. Sí vemos una cierta tendencia a reconceptualizar el concepto de laicidad.

-La discusión sobre la instalación de la virgen en el Puerto del Buceo, ¿por ejemplo?

-Por ejemplo. No porque no puede haber monumentos religiosos en la vía pública porque, de hecho los hay, el tema es hacer una Iglesia a cielo abierto en un lugar público porque de última la Virgen era eso: no era solamente un monumento a la Virgen. O la discusión de darle un espacio en un cementerio público a una religión cualquiera sea (se refiere al Islam).

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