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Graciela Villar: una historia personal compleja; perfil combativo y articulador

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Daniel Martínez y Graciela Villar. Foto: Fernando Ponzetto.
Fernando Ponzetto

FRENTE AMPLIO

Venció el cáncer y sufrió la tortura en dictadura. Es respetada en la oposición.

En noviembre del año pasado, gracias a una campaña de expectativa en redes sociales, radio y televisión, todos se preguntaban ¿quién es Juan Sartori? Por estas horas, por fuera del espectro político (la gran mayoría de los uruguayos) se preguntan ¿quién es Graciela Villar?, un nombre que desde ayer es trending topic en Twitter.

Entre los sucesos que jalonaron su existencia vital y política se encuentran el hecho de haber sido militante comunista y de la Federación Uruguaya de la Salud; víctima de la tortura durante la dictadura; expresidenta de la Junta Departamental; madre, esposa y abuela.

Se opuso a la colocación de una estatua de la Virgen María en la rambla y rechazó un ofrecimiento de Daniel Martínez para que fuera su directora de Limpieza en la Intendencia. También el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, le ofreció la secretaría política de la coalición de izquierda, lo cual también rechazó. En su despacho de la Junta tenía un cuadro con tres figuras políticas: José Batlle y Ordóñez, Wilson Ferreira Aldunate y Líber Seregni.

Con respecto al tema militar, la ahora candidata a vicepresidenta por el FA consideró recientemente, en un evento político, que las nuevas generaciones castrenses se están formando “con la misma cabeza con la que se formaron los que dieron el golpe de Estado”. En el mismo acto, comparó a Guido Manini Ríos con Adolfo Hitler.

Graciela Villar (60) militó en la Unión de Juventudes Comunistas y en el año 2000 se adhirió a Asamblea Uruguay, aunque hace pocos meses, de cara a las internas, optó por el precandidato Mario Bergara, encabezando la lista 11916 que obtuvo 2.495 votos.

Ocupó la presidencia de la Junta Departamental en el período 2017-2018, donde se destacó por ser una de las personalidades más fuertes dentro de la bancada oficialista, ganándose incluso el respeto de muchos ediles de la Concertación. En la Junta instaló la Comisión de Equidad y Género.

Tiene formación en psicología social y fue concejala vecinal en la Zona 3 del Municipio C. También integra la fundación Los Macachines, un hogar estudiantil para hijos o familiares de la salud privada y fue directora administrativa del centro Selva Braselli, que ofrece capacitación a trabajadores de la salud.

Respetada por al oposición

Fuentes de la oposición en la Junta dijeron a El País que Villar tiene un perfil “combativo y conciliador a la vez” y admitieron que podría ser una “buena articuladora” en el Senado. También le reconocen ser una mujer “de palabra” cuando se negocia un acuerdo.

Dentro de Asamblea Uruguay tuvo diferencias con el astorismo por pertenecer al sector del exsenador y exministro de Transporte Enrique Pintado. De todos modos, fuentes consultadas en Asamblea Uruguay consideraron que Villar “sintetiza una visión en la que los que somos frenteamplistas de siempre nos sentimos identificados”.

Resiliente

Graciela Villar está casada con Oscar López, oriundo del Partido Socialista como Daniel Martínez y dirigente del sindicato portuario. Tiene dos hijas y un hijo, y es abuela.

Estuvo exiliada en Argentina durante la dictadura. También fue presa y víctima de la tortura, según informaron fuentes del Frente Amplio a El País.

Hace pocos años pudo superar un cáncer de mama. “Le debo mi vida al carnet de salud obligatorio y a las mamografías”, dijo Villar, según un testimonio que recoge la página web de la Intendencia de Montevideo.

Vínculo con Martínez

La hoy candidata a la vicepresidencia por el Frente Amplio se conoció con Daniel Martínez en el surgimiento del Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), que sobre el final de la dictadura, el 1º de mayo de 1984, se fusionó con la Convención Nacional Trabajadores (CNT), dando origen al PIT-CNT.

En la Junta fue una figura de confianza de Martínez, al punto que en mayo de 2016, cuando Néstor Campal renunció la dirección de Limpieza en medio de una crisis con la basura, el entonces intendente le ofreció el cargo, que rechazó por motivos personales.

En 2016, cuando se instaló el debate para instalar una estatua de la Virgen María en el Buceo, junto a la Aduana de Oribe, Villar fue una de las que se opuso. Aunque el propio Daniel Martínez fue quien envió el proyecto de decreto para que fuera aprobado por la Junta Departamental, no consiguió los votos dentro del Frente Amplio. Esto generó malestar en la Iglesia Católica y en muchos de sus seguidores.

En la Junta también fue una de las personas que asumió con vigor la censura a Walter de los Santos, quien pese a haber sido “el edil más votado de Daniel Martínez” -como él acostumbra a sostener públicamente- terminó siendo escindido de la bancada del FA. “Acá hay una patología: él se cree que es El llanero solitario. Tiene una esquizofrenia. Pero muchos de los médicos que lo han visto no saben si él es un simulador o si realmente está con una patología severa”, declaró Villar a El País en marzo de 2016.

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