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Bergara con El País: pide al FA “volver a Seregni” y que precandidatos se pronuncien sobre el plebiscito

“El presidente dijo que podía haber humo, pero Fiscalía demostró que el espionaje existió”, dijo el senador sobre el caso Vertical Skies.

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Mario Bergara
Mario Bergara, senador por el Frente Amplio, en su despacho del Palacio Legislativo.
Foto: Estefanía Leal/Archivo El País

Con el retrato del líder histórico de la izquierda a sus espaldas -al que alude varias veces-, Mario Bergara recorre en entrevista con El País varios temas de la realidad actual. Traza un paralelismo entre el caso de Gustavo Penadés y el que lo tuvo como víctima de “espionaje” a través de Vertical Skies, y marca la cancha en torno al plebiscito del Pit-Cnt al pedir un pronunciamiento por parte de todos los precandidatos del FA.

-El Frente Amplio ha tenido en las últimas semanas diferencias internas en cuanto a cómo actuar ante el plebiscito impulsado por el Pit-Cnt que busca derogar la reforma jubilatoria y también el sistema de AFAP. ¿Cómo ve esta situación?

-Es un tema que está claramente en el centro de la discusión política. Y está bien que así sea. Es muy importante.

-¿Cómo analiza la resolución del Plenario Nacional del sábado 14 en el que se decidió dar libertad de acción a los sectores?

-Es una resolución muy criteriosa. Es la que el Frente Amplio podía tomar, habida cuenta de la realidad de las posiciones políticas en los diversos sectores. Y la necesidad de siempre, que es la de mantener la unidad, fundamental para nuestra fuerza política. El Frente Amplio respalda su camino, que es primero el cambio político. Todos estamos de acuerdo en que queremos revertir una ley de seguridad social injusta. La carga de la reforma la pagan exclusivamente los trabajadores. No reduce además las enormes dificultades que hay en los parámetros de las distintas cajas. Pero, si la constelación política no cambia difícilmente se revierta ninguna ley. Con el Frente Amplio en el gobierno se puede hacer un llamado a un diálogo social en busca de generar una reforma más justa. Ese es el camino que, como Convocatoria Seregnista, compartimos. En paralelo está la iniciativa del Pit-Cnt, respaldada por algunos sectores, de un plebiscito que busca colocar en la Constitución algunos aspectos concretos. No compartimos ese camino. Somos contrarios a ese camino.

-¿La resolución del Frente Amplio fue tan clara en cuanto a que el camino es el diálogo social?

-Es el primer punto, y es claro. Pero, en atención a que hay sectores que evalúan que el plebiscito también es válido, parece una resolución razonable. Se habilita la libertad de acción, con el criterio de que los recursos comunes del Frente Amplio no se utilicen ni para impulsar ni para combatir la propuesta del plebiscito. Somos contrarios al plebiscito porque pensamos que esos aspectos puntales no deberían ir en la Constitución. La Constitución no está para eso. El proceso debe ser político y legislativo.

-¿Cómo condiciona en un eventual triunfo del Frente Amplio esta propuesta de reforma constitucional?

-Lo condiciona en parámetros puntuales. Pero hay que tener claro que la papeleta no implica una reforma integral de la seguridad social. Quedan muchísimos elementos del sistema que siguen abiertos. Obviamente, si se juntan las firmas, la papeleta gana y se cambia la Constitución, todo lo que hagamos en futuros gobiernos va a tener que respetar lo que la Constitución diga.

-El problema está en que se eliminarían las AFAP y con ellas el sistema multipilar que es la base del diálogo social que propone el Frente Amplio…

-Las cuentas individuales pasarían a un fondo común administrado por el Estado. Con cuentas individuales, no podría haber un sistema multipilar. Podría haber un pilar solidario y otro de reparto. No compartimos la eliminación del pilar de capitalización individual. Allí hay un millón y medio de cuentas con el nombre y apellido de cada trabajador que desaparecerían como tales y pasarían a integrar un fondo común en el sistema general. Con estos cambios, el sistema sería aún más deficitario. Estaría implicando una problemática aún más grande en términos de sostenibilidad financiera. Un sistema de seguridad social que entre en una espiral que va a explotar, no le va a brindar seguridad social a nadie.

-¿Los márgenes definidos para la libertad de acción no limitan en cierta manera que usted y otros puedan transmitir este mensaje?

-Ya ve que no. Creo que es criterioso decir que si vamos a hacer un acto central, en el que estemos los precandidatos, ese no es el ámbito para poner sobre la mesa un tema que sabemos que genera dificultades dentro del Frente Amplio.

-Su postura está más que clara. ¿Deberían todos los precandidatos pronunciarse así de claro?

-Y... Yo creo que sí. En primer lugar, porque el Frente Amplio llega a una resolución a partir de posicionamientos previos. Las resoluciones del Frente Amplio no las trae la cigüeña que viene de París. Surgen de la diversidad de posturas.

-Le pregunto específicamente por los precandidatos.

-Corresponde que los principales referentes tengan un posicionamiento público en un tema tan sensible e importante. Creo que sí.

-¿Cómo evalúa el silencio que ha mantenido sobre este tema la intendenta Carolina Cosse?

-Esperaremos a que se pronuncie.

-¿Debería haberse pronunciado ya?

-Me remito a la respuesta anterior.

Mario Bergara, senador por el Frente Amplio, en su despacho del Palacio Legislativo. Foto: Estefanía Leal/Archivo El País
Mario Bergara, senador por el Frente Amplio, en su despacho del Palacio Legislativo.
Foto: Estefanía Leal/Archivo El País

-Usted viene planteando determinados temas en sus recorridas. Ha hablado de seguridad, también sobre la fragmentación social. ¿Por ahí pasan sus preocupaciones?

-Hay algunas cosas que son inmediatas, si uno llega a ser presidente. El primer día, llamar al dialogo social por seguridad social. Y hacer un “shock” en el sistema de cuidados para atender la necesidad imperiosa que tiene Uruguay hoy en relación a la primera infancia. Debe haber un fuerte impulso a esto, que no debe ir separado al tema de la fragmentación social. Creo también hay otros temas muy importantes, que además están interconectados: seguridad, educación y fragmentación social. La asistencia a los adultos mayores, y a las personas con discapacidad. Es un tema históricamente postergado, que hoy se resuelve de acuerdo a cómo pueda cada familia. Son de las cosas en las que tenemos que volver a Seregni: a las políticas de Estado.

-¿Esperaba que el caso del exsenador Gustavo Penadés fuera a tener la definición que tuvo?

-Creo que, cuando se empezaron a acumular denuncias, el desenlace se volvió esperable. Quizás, terminó siendo abrumador el número de delitos y lo aberrante de algunos de ellos. La Justicia está dando garantías, eso es lo importante. La labor de la fiscal fue enorme. Tuvo que lidiar con intentos de soslayar el tema. Hay que recordar que cuando empiezan las denuncias hay una conferencia del propio Penadés con el ministro del Interior en primera fila respaldando a su amigo. Hubo declaraciones también del presidente de la República denigrando a los denunciantes. La propia fiscal dijo que estas declaraciones habían obstaculizado la investigación. Actuó de manera muy valiente y clara, incluso desnudando a último momento lo que pareció ser una maniobra de encubrimiento, buscando saber la identidad de los denunciantes.

-¿Qué lectura tiene de la reacción del oficialismo en cuanto al proceso en sí mismo?

-No terminan de asumir responsabilidades. Alcanza con mirar la propia reacción del presidente, que dijo sentirse traicionado por un amigo y no pronunció ni una sola palabra de referencia a las víctimas. Además, está el tema institucional. En las narices del Ministerio del Interior se procesaba este intento de identificar a las víctimas. Por algo estamos planteando que el ministro no puede seguir en su cargo. Estas cosas pasaron con altas jerarquías de la Policía. Estamos hablando del exdirector del Comcar. Estamos hablando de que, en el caso de Astesiano, era prácticamente toda la cúpula policial. Todo pasa en el círculo cercano del ministro.

-¿Desconfía del ministro Luis Alberto Heber como han planteado algunos en el Frente Amplio?

-No tenemos elementos como para afirmar eso. Vamos por el lado de la responsabilidad política, que sin duda la tiene, y por su incapacidad de gestión. En las altas jerarquías policiales han existido un sinnúmero de episodios de corrupción. Todo muestra que el ministro no mantiene las riendas de lo que sucede.

-El caso Penadés se resolvió el mismo día al mismo tiempo que la Fiscalía imputaba al gerente de Vertical Skies por el “seguimiento” hacia usted y al senador Charles Carrera. ¿Se puede trazar un paralelismo entre ambos casos?

-Nuevamente, el intento político de minimizar el problema. Hay que recordar que acá se formalizó a un intermediario. (El exgerente de la firma Marcelo) Acuña no era más que eso. Quedó claro en la audiencia que le envió 14 mensajes en menos de un mes a Astesiano, planteándole la necesidad de generar fichas de información sobre nosotros. Con el objetivo explícito de atarnos para que retiráramos la denuncia sobre el Puerto de Montevideo. La Fiscalía mostró claramente que el espionaje existió. Al inicio, el propio presidente había planteado que acá podía haber humo y que había que comprobarlo. Ya está comprobado. Es bueno que esto no quede totalmente impune. Nos queda sí el sinsabor de que la Fiscalía no pudo identificar a los mandantes originales.

-¿Hay posibilidades de llegar a conocer su identidad, si los hubo?

-Ni Astesiano ni Acuña cooperaron. Hay 130.000 hojas de chats de Astesiano que todavía quedan por analizar. Tenemos la ilusión de que de allí surja más información. Nos importa saber quién era el que quería información de legisladores y pagó por esa información, y que en última instancia no quería que metiéramos las narices en el negocio del puerto.

-¿Para usted quiénes fueron estos mandantes?

-No especulamos con eso. Aspiramos a que lo determine la investigación fiscal. Está claro que el objetivo explícito estaba vinculado al acuerdo con Katoen Natie, en el que se le regala a esa empresa un monopolio por 60 años. Un negocio de más de US$ 2 mil millones por año, violando la Constitución, las leyes, todos los procedimientos e incurriendo en delitos. No nos corresponde especular, pero lo que es claro y explícito, y así está en los chats, es que ese era el objetivo de este servicio de espionaje. No vamos a especular.

Mario Bergara
Mario Bergara, senador por el Frente Amplio, en su despacho del Palacio Legislativo.
Foto: Estefanía Leal/Archivo El País
Además

Políticas de Estado y el otro diálogo

-Usted ha planteado una propuesta de “otro diálogo social”. ¿Qué implica esto?

-Plantearía un diálogo sobre políticas de Estado, como diría Seregni, con acuerdos básicos en seguridad, educación y en remediar y solucionar la fractura social. Ninguna de estas cosas se van a resolver en un único gobierno o por un solo partido. Requieren continuidad y no bandazos. Como ahora, que se han revertido drásticamente algunas políticas en el terreno social. En los gobiernos del Frente Amplio, la oposición tomó a la seguridad como una caricatura. Todo lo que pasaba en el país terminaba con un “renunciá Bonomi”. Y la varita mágica era aumentar penas y reprimir más duro. Claramente no fue la solución. Se necesita una orientación y una estrategia acordada, de largo plazo, integral. Es en el largo plazo que se abordan estos temas. Quien pueda plantear que hay una reforma mágica en la seguridad, en la educación o en la fractura social, por lo menos se equivoca.

-¿Ve viable este tipo de diálogo en la interna del FA?

-Va a tener que ser. Ojalá que sí. No creo que nadie tenga la soberbia de pensar que nosotros tenemos soluciones mágicas para estos temas. No tiene sentido jugar políticamente con esto.

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