DEFINICIÓN POLÍTICA
Algunos dirigentes se inclinan por no proponer ninguna modificación con este proyecto de ley como base, mientras que otros son más cautos y evalúan posibilidades.
A horas de que el Poder Ejecutivo remita al Parlamento el proyecto de ley para reformar la seguridad social, el Frente Amplio dirime a la interna cómo debe actuar su bancada.
Orgánicamente, el partido resolvió no adelantar su postura hasta esta instancia, pese a que su comisión de expertos en seguridad social, encabezada por el exministro de Trabajo Ernesto Murro, presentara una serie de objeciones sobre el anteproyecto dado a conocer por el presidente Luis Lacalle Pou.
Este jueves, dirigentes consultados por El País plantearon como un hecho que los legisladores no acompañarán el texto en general.
Sin embargo, puertas adentro, hasta entonces continuaba la discusión de si el rechazo debe ser a todos los artículos o en algunos casos corresponde votar disposiciones puntuales que la oposición comparte. A los ojos de algunos frenteamplistas, esto daría margen para incluir cambios que se ajusten más al posicionamiento ideológico de la coalición de izquierda que al de los partidos que gobiernan.
Para otros sectores posicionados más a la izquierda, sin embargo, el espíritu de la reforma encabezada por Rodolfo Saldain hace que no haya margen para negociar ni hacer propuestas en el Parlamento. Un dirigente que se inclina hacia esta opción señaló que no se pueden hacer “cambios cosméticos” que, a su entender, no moverían la aguja del resultado global.
Al margen de esta disyuntiva, algunas fuentes señalaron la conveniencia de que el gobierno asuma el “costo político” de una “postergada” y “necesaria” reforma, por más que no compartan la esencia del proyecto de ley. Además plantearon que, si eventualmente el Frente Amplio tuviera que afrontar la iniciativa desde el Ejecutivo, quedarían más en evidencia las diferencias entre sectores que ahora, cuando el partido responde a una propuesta del gobierno.
Consultado por El País sobre el eventual apoyo del FA, el experto Saldain señaló el miércoles que "los que aspiran a gobernar están deseando que se vote la reforma".
Socialistas impulsan reforma constitucional, pero según Civila no está definido que vayan contra la reforma en curso
El secretario general del Partido Socialista (PS), Gonzalo Civila, no descarta que el sector eventualmente busque revocar la reforma jubilatoria, pero aseguró que no ha tomado definiciones al respecto. En diálogo con El País, dijo que primero se deberá conocer la versión que apruebe el Parlamento y, si amerita, luego discutir el tema dentro del partido y con las organizaciones sociales involucradas.
El Observador informó ayer que los socialistas impulsan recolectar firmas a partir de 2023 para celebrar un plebiscito para reformar la Constitución. "El PS ya tiene una decisión orgánica. No incluye solo a la seguridad social, pero es algo que en este caso iría por una impugnación de esta propuesta del gobierno”, afirmó el dirigente Gerardo Rodríguez en el pasado Congreso socialista, según consignó el diario.

Civila aseguró a El País que si bien se podría revocar la reforma del gobierno, la reforma constitucional es un viejo anhelo socialista y apunta a modificar “una matriz constitucional que es de otro tiempo”, donde las condiciones de vida de los ciudadanos están “muy expuestas a los vaivenes políticos y sociales”.
Este debate, aseguró, deberá tener en cuenta el rol de las empresas públicas, la seguridad alimentaria, el cooperativismo, las Fuerzas Armadas y la generación de mecanismos de mayor participación social, además de la seguridad social.
En este sentido, Civila acotó que todavía no se ha hecho un balance sobre la reforma implementada en 1995, en la que “incluso participaron los mismos técnicos” y “ni siquiera se abre un proceso de evaluación sobre este proceso” para discutir el proyecto de ley actual.
Los socialistas tienen una serie de definiciones sobre cómo debería ser la reforma, aunque el secretario general subrayó que no apuntan contra la iniciativa del gobierno, por más que vayan en la dirección contraria a ella.
“En el PS consideramos que el aumento de la expectativa de vida no tiene que traducirse en un aumento de la edad jubilatoria. La expectativa de vida no es la misma para todos los sectores sociales y, además, consideramos que si ganamos más años de vida no necesariamente esos años tienen que estar destinados a trabajar más”, dijo, por ejemplo.
Para el sector se debe dar el debate en otros términos. “Si la expectativa de vida aumentó mucho, la riqueza aumentó mucho más. Desde la última reforma de la seguridad social, la riqueza y el PBI se triplicaron. Hay sectores donde esa riqueza se está acumulando y podrían aportar más.
Civila remarcó la necesidad de discutir sobre incorporación de tecnología a la producción, “que genera un aumento notable de la productividad”. “Tenemos empresas donde trabaja menos gente y se produce mucho más. En la lógica de los aportes obreros patronales tradicionales, esto no está incluido. Tal vez haya que pensar en cómo se va a gravar esa plusvalía tecnológica que se produce por la incorporación de tecnología”, indicó.
Asimismo, los socialistas apuntan contra las AFAP. “No debe existir el lucro ni administradoras privadas en la seguridad social. Es un gran negocio para ellas, pero un pésimo negocio para los trabajadores”, expresó.