PARTIDO NACIONAL
Álvaro Delgado y Martín Lema son los líderes de la 404, que suma una gran cantidad de dirigentes, algunos con perfiles diferentes.
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Pese a que muchos sostienen en público que lo importante es gobernar, lo cierto es que la interna de los blancos sigue moviéndose y con intensidad, sobre todo en el ala que lidera el presidente Luis Lacalle Pou. Mientras, en la otra -que reúne a varias expresiones del wilsonismo- aún no se recupera el vigor y la organización que se supo tener con el liderazgo de Jorge Larrañaga.
Esto último, además, es algo que preocupa en todos los niveles, empezando por el propio presidente, que ha repetido a los principales dirigentes nacionalistas que este desbalance en actividad y crecimiento conspira contra un objetivo que el Partido Nacional no puede privarse de alcanzar: tener una interna competitiva entre las dos grandes alas en 2024, como la hubo en 2019, en 2014 y en 2009. Porque, según razonan blancos de casi todos los sectores, esa es una condición necesaria para conseguir ganar de vuelta, algo que el presidente confía que pueda suceder, siempre y cuando se dé esa competencia.
No hay prácticamente nadie que no quiera este escenario. El propio Álvaro Delgado, para muchos ya una cantada figura para las elecciones internas de 2024 por el favoritismo que marca en las encuestas, lo repite con el mismo énfasis que Lacalle Pou. Algunos también lo dicen públicamente, como el intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, que en entrevista con El País este domingo declara que “es bueno (que haya) un modelo competitivo”.
Pero así son las cosas, dicen, con resignación varios dirigentes blancos, al señalar que ese escenario competitivo hoy no existe. Por lo que, al momento, los movimientos del partido -tanto a nivel de dirigentes medios como de potenciales precandidatos- se dan entonces sobre todo en una de las patas de la colectividad, Todos Hacia Adelante, el conglomerado de listas y sectores que se armó hace casi 10 años en torno a la figura del hoy presidente.
En este bloque empezaron a haber movimientos en dos de sus principales sectores, a raíz de las inclinaciones que comienzan a asomar por las eventuales precandidaturas -porque hay quienes, aunque aceptan el peso de Delgado, no descartan que otras figuras puedan competirle.
En el Herrerismo aparece su líder, el ministro Luis Alberto Heber, con mensajes de claro apoyo al secretario de Presidencia, pero otros, como el senador Gustavo Penadés -referente parlamentario de los blancos- o el diputado Juan Martín Rodríguez, han hecho esfuerzos en torno a la figura de la excandidata a la Intendencia de Montevideo, Laura Raffo, a quien impulsan, al menos, como posible cabeza de lista al Senado, al tiempo que no descartan la eventualidad de su precandidatura, a fuerza, también, de encuestas que la posicionan bien.
Lacalle Pou y la dirigencia blanca pretenden una interna competitiva.
Luego, en el propio núcleo duro del presidente, Aire Fresco -que hoy coordina Delgado pero que en los próximos días dejará ese rol al ministro de Transporte, José Luis Falero-, también se iniciaron movimientos que hicieron evaluar a sus dirigentes la posibilidad de permitir la existencia de distintas corrientes. Esto, que podría ser analizado en el congreso del sector este domingo 18 (ver aparte), puede traducirse eventualmente en la creación de al menos “dos listas” diferentes, y que tendrían, por un lado, a Delgado, y por otro al ministro de Desarrollo Social, Martín Lema. Este último es quien tiene registrado en la Corte Electoral el número de lista histórico de Aire Fresco: la 404.
Al ministro lo acompañarían entre otros, el director de Secretaría del Ministerio del Interior, Nicolás Martinelli; el subsecretario de Salud Pública, José Luis Satdjian; el intendente de Rocha, Umpiérrez, más otros dirigentes -dentro y fuera del partido- cuya integración sigue negociándose. Mientras que a Delgado ya está claro que lo siguen, además de Falero y la mayoría de los ocho intendentes de Aire Fresco, la senadora Graciela Bianchi y los diputados Pedro Jisdonian y Armando Castaingdebat, también entre varios otros. “Estamos analizando dar más espacio para que surja más de una corriente”, dijo un importante dirigente de la 404, y esto fue confirmado por varios más.
Las diferencias que arrastran Lema y Delgado se expresan, por ejemplo, en la estrategia electoral que está siguiendo el sector, a influjo de Delgado, que busca atraer a la dirigencia wilsonista que continúa dispersa -pese a los esfuerzos que realizan el senador Jorge Gandini y la vicepresidenta Beatriz Argimón, ambos con aspiraciones de ser precandidatos por esa parte del partido.
Por eso es que hay dirigentes que creen que seguir esta línea profundiza el debilitamiento de la otra ala partidaria, por lo cual lo conveniente puede llegar a ser evitar una interna entre los dos bloques tradicionales y acordar un candidato único, como informó El País días atrás.
En el Espacio 40 afirman que hablar de candidaturas debilita al gobierno.
Todo esto es parte de las conversaciones que los blancos, fiel a su estilo pasional, tienen por estos días en encuentros cuya frecuencia aumenta a medida que el calendario avanza hacia el verano, etapa que más de uno marca como clave. Porque se asume que en el receso parlamentario habrá momentos de sobra para encuentros informales, pero definitorios.
No son pocos los que imaginan que a más tardar en febrero muchos de estos acuerdos deberían empezarse a cristalizar, porque para el arranque del primer semestre del año preelectoral el proyecto nacionalista tiene que tener los principales lineamientos claros, según entiende la dirigencia blanca.
También, en paralelo a este debate, hay voces que alertan que los nacionalistas tienen que bajar la pelota al piso, y dejar para mucho más adelante las discusiones electorales, en especial las que tienen que ver con candidaturas.
Esta es, de hecho, otra preocupación especial del presidente, pero también de dirigentes de primera línea, como lo es el ministro de Defensa, Javier García, referente del Espacio 40, el otro gran eslabón que configura el bloque Todos Hacia Adelante.
Desde este sector reiteran enfáticamente que insistir ahora en estos temas tiene como efecto no deseado “el debilitamiento del gobierno”, al distraerlo de su tarea de gestión; y que, sobre todo, seguir ese camino implica alejarse de la gente, que hoy “no sintoniza con ningún debate electoral o de candidaturas”. Y, además, la lista 40 tampoco siente un especial “apuro” por definir su futuro, por lo que el grupo de Lacalle también convive con distintos ritmos internos.
Las figuras de todos hacia adelante
Álvaro Delgado, secretario de Presidencia. Es la figura con mayor popularidad del Partido Nacional, sin contar a Lacalle, y un probable precandidato. Obtuvo visibilidad con su cargo. Hasta ahora es quien coordina Aire Fresco.
José Luis Falero, ministro de Transporte. Es un hombre de particular confianza de Delgado. Quedará al frente de la coordinación de Aire Fresco y, de concretarse, trabajará a fondo en la precandidatura del secretario de la Presidencia.
Javier García, ministro de Defensa. Desde su cartera adquirió protagonismo en la gestión de gobierno. Es el líder del Espacio 40, uno de los grupos más preocupados en frenar la discusión por las candidaturas.
Luis Alberto Heber, ministro del Interior. Es el histórico líder de la Lista 71 del Herrerismo, y veterano dirigente blanco, es uno de los que -dentro de su sector- más ha dejado en claro su apoyo a Delgado de cara a 2024.
Martín Lema, ministro de Desarrollo Social. Como titular del Mides desde hace más de un año, su nombre se ha capitalizado y hay quienes no lo descartan como precandidato, pese a que él mismo se apartó de esa posibilidad.
Aire Fresco prepara un nuevo congreso
Al igual que el año pasado, pero con el agregado de que faltan 12 meses menos para 2024, los dirigentes de Aire Fresco tienen grandes expectativas en el congreso del sector, que volverá a realizarse este domingo 18 de setiembre. Entre otras cosas, también, porque será la antesala el congreso nacional de Todos Hacia Adelante -que llevó a la presidencia a Luis Lacalle Pou-, que se realizará en octubre próximo y convocará -por defecto- a una mayoría del Partido Nacional.
Encolumnados por el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, está previsto que al encuentro asistan muchos dirigentes del sector -por lejos, el más importante de la colectividad-, que cuenta con 65 agrupaciones a nivel nacional. Así, se espera la asistencia de los intendentes Alejo Umpiérrez (Rocha), Carmelo Vidalín (Durazno), Pablo Caram (Artigas), Guillermo López (Florida), Mario García (Lavalleja), Mario Silvera (Treinta y Tres), Ana María Bentaberri (San José), y Fernando Echeverría (Flores). Pero también estarán todos los senadores de la agrupación -lo que incluye a Amin Niffouri, Graciela Bianchi y Carmen Asiaín-, así como ministros y subsecretarios de diversas carteras, diputados, ediles y jerarcas de varios organismos. Y, por otro lado, tampoco se descarta la visita de dirigentes de otros sectores que concreten en esta instancia su “adhesión” a Aire Fresco.
Fuentes nacionalistas aseguraron a El País que, en principio, el contenido de los discursos se basará en la gestión que lleva adelante el gobierno de Lacalle Pou y no tanto en asuntos electorales, aunque se da por descontado que ese tema estará sobre la mesa, al menos en el plano informal. Sin embargo, lo que sí está definido es que el mensaje que transmitirán será de “unidad, fortaleza y crecimiento de Aire Fresco”, y que el último en hablar será Delgado.
El congreso tendrá lugar en la ciudad de Flores, mismo escenario que el congreso de Todos Hacia Adelante, y esto -que no se haga una distinción geográfica entre un encuentro y el otro- es algo que molestó en algunos dirigentes del bloque fuera de Aire Fresco, según supo El País. “Si son cosas distintas, no debería hacerse en el mismo lugar”, graficaron. Esos dirigentes suman a ese enojo, también, lo que entienden como una “excesiva” presencia del grupo del presidente en el Estado, algo sobre lo cual responsabilizan a Delgado, que fue el encargado de negociar la representación de los sectores en el gobierno.