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Tenía 56 bolsas de pasta base en el tapabocas

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Crimen en Salto. Foto: Sergio Senisa

SALTO

La maniobra de intentar entrar la pasta base a un centro penitenciario logró ser detectada por un guardia carcelario.

Tres de los cuatro imputados por el crimen de Edison Olivera Sosa, el hombre que apareció mutilado dentro de una bolsa en un descampado ubicado en Salto, fueron enviados la cárcel. El cuarto involucrado, que se encuentra en silla de ruedas y que ya estaba cumpliendo prisión domiciliaria por otro delito, seguirá en la misma condición, de acuerdo a lo que informaron a El País fuentes policiales. Esto ocurre porque las unidades penitenciarias no cuentan con un sistemas de accesibilidad para personas en ese estado, pero además tampoco hay funcionarios suficientes como para poder atenderlos en casos que así se requiera.

Entre los tres que cumplen con la medida cautelar de prisión preventiva en un establecimiento penitenciario, se encuentra el hombre que a juicio de la Fiscalía es el responsable de un homicidio especialmente agravado, vilipendio de cadáver agravado y un delito de incendio.

Cuando las tres personas salieron del juzgado penal de 8º Turno de Salto con dirección a la cárcel, fueron revisadas por la guardia de la Unidad Nº 20 del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) de Salto. En ese momento descubrieron que uno de ellos tenía 56 bolsitas con pasta base en el interior de su tapabocas. Esto causó la alerta del sistema de seguridad penitenciario y el hecho fue denunciado ante la fiscal de 1º Turno para que tenga conocimiento del hecho, ya que estas personas habían estado durante tres días detenidas con un sistema de máxima seguridad.

Consultado por El País, el comisario Rúben Souza, de la Jefatura de Policía de Salto, afirmó que el sujeto declaró que al ser detenido por la Policía el pasado 25 de agosto en relación al crimen, ya tenía las sustancias guardadas en su pantalón y prontas para su comercialización.

El sujeto afirmó, además -según el policía-, que la droga estuvo entre su ropa durante todo el tiempo que duró la detención, y que cuando fue conducido a la cárcel las cambió de lugar. En ese momento, dijo, puso la droga en el tapabocas.

La maniobra de intentar entrar la pasta base al centro penitenciario logró ser detectada por el guardia carcelario. El recluso, imputado por el horrendo crimen, también admitió que tras la revisión policial en su detención pudo ocultar la sustancia sin que fuera detectada por la Policía. Según afirmó el comisario Souza a El País, la droga quedó confiscada.

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