La desesperación de un pueblo asediado

Un grupo de vecinos cortó la Ruta 6 y se movilizó por la zona céntrica.

En Toledo (Canelones) todo respira violencia y tristeza. Los vecinos no encuentran un medio para frenar a los delincuentes. Probaron con el patrullaje vecinal honorario, colocaron sofisticadas alarmas, algunos golpearon a un rapiñero y todo sigue igual. Cada pocos días un hecho violento los vuelve a sacudir.

El sábado, a la hora 23:00, Juan Brun atendía su pequeña despensa ubicadaa unos 80 metros de la seccional y a pocos pasos de la plaza Baltasar Brum. Vio entrar a tres hombres armados con pistolas y desenfundó primero. Pudo disparar sobre el primero que entró. La bala le dio de lleno en el rostro.

El comerciante tuvo tiempo de gritarle a su señora que se agachara. Allí mismo, sin mediar palabra, lo acribillaron los compinches del delincuente abatido, según dijeron a El País vecinos cercanos a la víctima.

La fiscal a cargo del caso, Alicia Ghione, confirmó ayer que el caso "se podría estar aclarando en dos o tres días". "Estamos ante un intento de rapiña que culminó en un homicidio muy especialmente agravado por el móvil. Hay muchas evidencias de prueba, la investigación está muy avanzada", explicó Ghione.

La realidad de la localidad indica que mucha gente lleva una pistola al cinto, la cartera, la guantera del coche o cerca de la caja registradora. Brun había sido militar, sabía de armas pero los delincuentes eran más.

Ayer unos 200 vecinos de Toledo cortaron la Ruta 6 para reclamar justicia por Juan. Tras concentrarse frente a la zona comercial, los vecinos se desplazaron hacia el lugar donde ocurrieron los hechos. Una vez allí, entonaron el Himno Nacional y volvieron a pedir justicia.

Los vecinos no critican a la Policía. Admiten que no tienen personal suficiente y que los pocos patrulleros están para trabajar como ambulancias. Además, estiman que las leyes protegen a los ladrones.

Entre los vecinos estaba el alcalde, Álvaro Gómez, un militante del MPP, el sector del ministro del Interior, Eduardo Bonomi y el intendente de Canelones, Yamandú Orsi. Enfundado en un equipo de gimnasia azul, el jerarca recordó las palabras del intendente canario tras un crimen brutal en Pinamar: "Son ellos contra nosotros".

"En estos casos queda claro que hay un sector que está contra la clase trabajadora. Comparto con el intendente que hay un sector que lo que hoy está haciendo es matar a la clase trabajadora. La sociedad se tiene que plantar firme en parar la violencia", aseveró el alcalde.

Alejandro Ruiz, un comerciante que ha liderado varias movilizaciones por seguridad, admitió que está armado. "Uno tiene que defender la vida porque el delincuente viene preparado para matar. Si tengo la oportunidad, me voy a defender. Si entro al negocio con el arma, la tengo cerca de la caja, nunca la tengo arriba", afirmó.

Por su parte, el edil colorado Alfredo Silva anunció que en el correr de esta semana habrá una manifestación ante la Escuela Militar y el Batallón 14, con sede en Toledo, para solicitar que el Ejército salga a patrullar la zona.

"Estamos en una guerra total con los delincuentes y no aguantamos más. Hay mucha gente armada y en cualquier momento van a ir a matar a los delincuentes. Ahora los militares van a controlar las fronteras y hasta van a poder hacer arrestos. Eso se votó la semana pasada en el Parlamento. Aquí somos votos, no nos atienden", aseguró el edil canario.

Silva viene reclamando que ASSE mande una ambulancia a la localidad para permitir que el patrullero se ocupe de la seguridad. "(Marcos) Carámbula, usted preside ASSE y es de Canelones, ya sabe cómo es esto", dijo. "Acá hay que cerrar las bocas de venta de pasta base. Hasta hace poco había 46, ahora hay 54. Lo hemos denunciado pero todo es lento, cuando se cierra una, abren tres", señaló.

Todos los grupos de vecinos piden que se instalen cámaras de videovigilancia en la zona.