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Comando policial crea fuerza para combatir microtráfico de drogas en área metropolitana

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Policía. Foto: Fernando Ponzetto

MINISTERIO DEL INTERIOR

Se analiza un plan para el combate a las bocas de droga en zonas de Montevideo, Canelones y San José y otro, más particular, que busca generar tranquilidad en el barrio Peñarol y zonas cercanas.

Cinco personas murieron entre el lunes 9 y el miércoles 11 en el barrio Peñarol. Una de las muertes, de una mujer, podría tratarse de un accidente, según fuentes del Ministerio del Interior. Esos fallecimientos, junto con otros nueve asesinatos en lo que va del mes, encendieron las alarmas en el Ministerio del Interior y en la Policía.

En la semana pasada, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y el director Nacional de la Policía, Diego Fernández, se reunieron con los jefes de Policía, Marío D’Elía (Montevideo), Víctor Trezza (Canelones), Orestes Leles da Silva (San José) y con los mandos superiores de unidades de patrullajes e investigativas para discutir el problema. En los encuentros se analizó, además, un plan diseñado por el director Fernández y sus asesores que tiene dos ejes: uno general que apunta a cortar el microtráfico en zonas de Montevideo, Canelones y San José y otro, más particular, que buscaba generar tranquilidad a Peñarol y zonas cercanas.

El primer eje del plan del director Fernández establece la creación de una fuerza policial multitarea con el objetivo de luchar contra el microtráfico de drogas y sus consecuencias en el área metropolitana.

En las reuniones de planificación con los comandos de las distintas unidades, Fernández dijo que los homicidios, las rapiñas y los hurtos “no son el problema sino el síntoma de una enfermedad. Las muertes no son el origen de lo que está ocurriendo en barrios del área Metropolitana. El origen es el microtráfico de drogas”.

Ante la plana mayor de la Policía, Fernández insistió sobre el punto: “Si a un peatón le roban un celular, éste termina en una boca a cambio de una o dos dosis dependiendo de la calidad del aparato. Lo mismo ocurre con las rapiñas. La mitad de ellas son para pagar dosis de drogas. Una misma situación pasa con el robo de cables; lo que se consigue es para consumir. El microtráfico es el azote a la seguridad pública”.

Para reprimir este fenómeno, el plan operativo de la Policía apuntará a la profundización de patrullajes en zonas conflictivas y controles en “puntos calientes” mediante personal y móviles del Grupo de Respuesta Táctica (GRP), de la Guardia Republicana, del Programa de Alta Dedicación (PADO) y de las Unidades de Respuesta Rápida de la Policía de Montevideo (URPM).

La segunda vertiente del plan policial consiste en la participación de unidades especializadas como la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid), la Dirección de Investigaciones, las Brigadas Antidrogas de Montevideo, San José y Canelones y los departamentos de investigaciones de las zonas 3 (Mendoza y barrios adyacentes) y 4 (Cerro, La Teja y aledaños). Para estas tareas, la Policía trabajará con las tres fiscalías especializadas en estupefacientes.

Todas estas fuerzas investigativas se dedicarán al combate a las bocas de drogas en barrios periféricos de Montevideo (Peñarol, Borro, Cerro Norte y Casavalle, entre otros).

En Montevideo hay 40 clanes que se dedican al tráfico minorista de drogas.

En forma paralela, unidades de investigaciones de Canelones apuntarán a bocas situadas en zonas de La Paz, Las Piedras, El Pinar, Paso Carrasco y Barros Blancos (Canelones), mientras que lo mismo harán investigadores maragatos en el sureste de San José (Delta del Tigre). En este capítulo también hay un trabajo con los fiscales de esos departamentos.

Estas unidades especializadas, que trabajarán en forma coordinada con reparticiones que se dedican al patrullare, tienen como misión ubicar los lugares por donde circula la droga para que se establezcan puntos de control con el propósito de cortar el abastecimiento de las bocas.

Según el plan diseñado por la Dirección Nacional de Policía, desde el uniformado a pie hasta el investigador de particular deberán recabar información que será suministrada a la Dirección de Investigaciones, cuya tarea será elaborar informes de inteligencia sobre las bandas que se dedican al microtráfico en la zona metropolitana del país. Con estos informes, la Policía podrá diseñar nuevos operativos.

Y, en forma paralela, los investigadores de particular deberán obtener información para esclarecer los 14 homicidios ocurridos en menos de 12 días en los barrios periféricos de Montevideo.

“No hay muertos clase A o clase B”

“Para el gobierno no existen homicidios clase A y clase B. Son todos hechos graves. Deben ser 100% investigados para que los responsables de los crímenes no queden impunes”, dijo a El País el director de Seguridad y Convivencia del Ministerio del Interior, Santiago González. Y, en un claro cuestionamiento a la administración anterior del Frente Amplio, González, dijo: “No nos escudamos en la frase sobre que esos homicidios son generados por ajustes de cuentas”. El jerarca ministerial expresó que, como todos los homicidios son importantes, la Policía trabaja en Peñarol y en otros barrios cercanos con mayor presencia y con operativos de control en puntos claves. “Vamos a redoblar el trabajo en esas zonas y en otras del área metropolitana para combatir el tráfico de drogas”, sostuvo González.

¿Por qué ocurrió esta ola de crímenes en pocos días?

Las hipótesis policiales son varias: las incautaciones realizadas por la Policía generaron deudas entre distribuidores y dueños de bocas; pujas por territorios entre traficantes minoristas; como los dueños de las bocas están presos hay enfrentamientos internos por liderazgos en las bandas y adictos dejaron de consumir en una boca y compraron estupefacientes en otra y por eso fueron ultimados. Ahora al consumidor deudor se le dispara a matar pese a que su deuda ronda los $ 1.500. Es que todas las “cartas” de la droga representan a la muerte.

“El distribuidor si no cumple con las entregas, paga con sangre. Los dueños de las bocas pagan con sangre si no compran las cantidades de drogas acordadas o no abonan lo que le decomisó la Policía. Y los adictos también pagan con sangre si no pagan sus deudas”, dijo una alta fuente policial a El País.

Agregó que Uruguay no tiene bandas organizadas de la entidad de las “Maras” de El Salvador o Guatemala ni grandes organizaciones delictivas.

“En Montevideo hay 40 pequeños clanes que se dedican al tráfico minorista de drogas”, expresa la fuente.

Vacantes

Además de la pelea con el microtráfico de drogas, otro problema que enfrenta la Policía es la gran cantidad de vacantes. En este momento, esa institución cuenta con 33.000 efectivos. Sin embargo, la cifra de policías que se dedican a la represión efectiva del crimen o a brindar seguridad es sensiblemente menor. A los 33.000 efectivos se debe descontar aquellos que revistan en el Instituto nacional de Rehabilitación (INR), Bomberos, Identificación Civil, Migración y Caja Policial.

Por la Ley de Presupuesto, el Ministerio del Interior tiene para llenar 750 vacantes en la Policía y otras 750 en la Guardia Republicana. Como en el pasado no había presupuesto para llenar esos cargos, las autoridades de dicha cartera esperan que en esta Rendición de Cuentas puedan obtener recursos para hacerlo. Ese nuevo personal, según las fuentes policiales, podría mejorar el plan de patrullaje dispuesto.

Fiscales de drogas están sobrecargados, según Policía

Poco después de ingresar a la Torre Ejecutiva para explicar al presidente Luis Lacalle Pou su plan de seguridad frente al incremento de los casos de homicidios en los últimos días, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, señaló que estarían los recursos para la creación de otra fiscalía de estupefacientes en esta Rendición de Cuentas.

Tal fiscalía no estaba en la lista de las prioridades del fiscal de Corte, Juan Gómez, para esta Rendición de Cuentas, pese a que el jerarca estaba en conocimiento de que sería útil la creación de una nueva oficina especializada en la materia. Lo que frenaba a Gómez era la falta de recursos para dotarla de funcionarios.

Desde la Policía se reconoce la gran labor que hacen los tres fiscales especializadas en drogas. “Tenemos muchas bocas identificadas. Pedimos las órdenes de allanamiento y debemos esperar. Los fiscales no tienen tiempo de actuar; están sobrecargados”, dijo una alta fuente del Ministerio del Interior a El País.

Y agregó: “Precisamos urgente una fiscalía que se dedique al microtráfico. Hoy hay tres fiscales y sobre sus espaldas recae todo el combate al narcotráfico; es demasiado”.

La fuente ministerial destacó que la Policía cuenta con centenares de efectivos trabajando en el combate a la represión al tráfico de estupefacientes, mientras que el total de los funcionarios de las tres fiscalías no llegan a las tres decenas. Agregó que “la asimetría era” obvia y genera atrasos en las investigaciones.

La fuente puso como ejemplo la detención de una conocida modelo que fue imputada este viernes por tráfico de drogas. Y señaló que la Policía tenía todos los elementos para su condena diez días antes y se debió aguardar porque la Fiscalía investigaba otra causa de importancia.

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