En 5 años pasaron de 353 a 664 las personas que duermen a la intemperie en la capital.
En el año 2011, el Mides había registrado 353 personas durmiendo en las calles de Montevideo, según un censo realizado entre la noche del 15 y la madrugada del 16 de septiembre. Cinco años después, en un conteo similar llevado a cabo en la madrugada del pasado martes, hay 664 personas en esa misma situación, según informó ayer la ministra Marina Arismendi.
Los datos oficiales revelan que en cinco años se incrementó en más de 90% el número de montevideanos que pernoctan a la intemperie, lo que confirma una impresión generalizada entre la población.
La información de 2011 indicaba que había un total de 1.274 personas sin techo en todo el país: 837 en refugios y 437 durmiendo en las calles. De ellas, se censaron 1.023 personas indigentes en Montevideo y 251 en el interior. El conteo incluía a quienes asistían a los refugios.
En el censo de 2016, solo se contabilizó a las personas que esa madrugada estaban a la intemperie. No se tomó en cuenta, en los resultados, a quienes estaban asistidos en los centros de que dispone el Mides, que tienen capacidad para 1.791 personas desde que se desató la ola de frío, en mayo.
Censo.
En la madrugada del martes, desde la medianoche hasta las 6:00, un total de 61 equipos del Mides, integrados por tres personas cada uno, salieron a recorrer las calles de Montevideo para realizar el censo, según describió ayer la ministra Arismendi a la radio Ibirapitá de la localidad de San Gregorio de Polanco, departamento de Tacuarembó.
La secretaria de Estado se comunicó con la emisora local para explicar que el censo montevideano implicó (a diferencia del anterior) "llevar un formulario, acercarse a las personas y hablar con ellas, si había condiciones para conversar".
En la ocasión, los encuestadores detectaron un total de 664 personas en situación de calle. Con 576 de ellas pudieron tomar contacto, pero solo a 419 se les pudo hacer preguntas para llenar el formulario.
Con el resto de las personas no fue posible entrar en contacto directo al haberse establecido previamente que en caso de que estuvieran "bajo los efectos de sustancias", se contabilizaban, pero no se les realizaban preguntas, dijo la ministra.
Un dato relevante para la investigación es que se comprobó que no había niños viviendo en la calle.
Para ejecutar la consulta, el Mides desplegó a 200 funcionarios que se inscribieron voluntariamente para censar durante una noche "todos los barrios" de Montevideo.
"Queremos saber qué hacen, por qué están ahí, por qué no aceptan ir a los refugios. La información será publicada y se utilizará como insumo para coordinar acciones con otros organismos para atender cada situación, ya sea desde el punto de vista de salud, vivienda o consumos problemáticos de drogas", dijo Arismendi.
Al querer conocer a través del Mides algunos detalles adicionales sobre el censo y sus características, como por ejemplo, qué preguntas les habían realizado a las personas, qué zonas se habían recorrido y dónde se contabilizó más cantidad de personas durmiendo en la calle, desde el departamento de comunicación del ministerio contestaron a El País que esa información no la tenían disponible por el momento. Estiman que la semana próxima se divulgarán esos datos.
En la calle.
El País, durante una recorrida realizada ayer, pudo dialogar con uno de los indigentes que había sido censado esa madrugada. Agustín (35 años) estaba sentado en la vereda, al costado de la garita de Sarandí y la rambla —donde vive desde hace una semana— y observaba el horizonte mientras se calentaba con los tibios rayos del sol de la tarde.
Tiene un colchón, algo de ropa y varios años de peregrinar por distintos refugios del Mides.
Fue encuestado durante la madrugada del martes por un joven que lo despertó.
"Llegó a las tres de la mañana para hacerme preguntas. Bajó de un taxi que lo esperó con la bandera en alto hasta que se fue", afirmó.
"Le pregunté si tenía algo para darme de comer y me dijo que no, le dije que pusiera un número "1" grande y que se fuera. Yo soy un número más en las estadísticas. El Estado tiene plata para mandar a un gurí en un taxi pero no trae ni un plato de comida. Prefiero a los evangélicos que te llenan la cabeza de discursos pero te traen café con leche", aseguró.
De hablar pausado y educado, recordó que fue alumno de un colegio católico y que estudió comunicación en un instituto privado. Hasta no hace mucho trabajaba en el puerto donde llegaba a ganar cerca de
$ 80.000 por mes.
Por la pasta base perdió todo. Pasó por las tres etapas que exige el Mides para otorgar un refugio permanente. Un psicólogo le indicó que tenía que pasar por el Portal Amarillo a levantar una medicación. "Son ansiolíticos, me quieren cambiar una droga por otra para después terminar como todos: trabajando en algo del Estado, como barrido otoñal o cosas así", señaló.
Está convencido de que "no hay una luz al final del túnel" para el consumo de estupefacientes. "Al Estado se le fue de las manos el tema de las drogas. ¿Qué me van a decir a mí si me agarran fumando, si al lado mío tengo a un cheto fumando un superporro de siete hojillas?", se preguntó.
Frío y calle.
En la "puerta de entrada" de los refugios, en la calle Convención, cada noche cientos de personas buscan un lugar. Otras 664 prefieren dormir en las calles de Montevideo, según informó la ministra Arismendi. La cifra indica que es casi el doble de personas que estaban en esa situación en el año 2011, según el censo del Mides. Plazas y otros espacios públicos son los sitios preferidos. Agustín, hace una semana que vive frente a la entrada de la escollera Sarandí. Admitió que su problema es la droga.
PEDIDO POR ONU.
El "Conteo y Censo" especial del año 2011.
El "Censo y Conteo de Personas en Situación de Calle" del año 2011 tuvo características únicas. Se hizo durante la noche del 15 de septiembre y fue el primero en su género luego de una recomendación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del año 2008. Mostró que entre Montevideo y el interior había un total de 1.274 personas en esta situación.
El informe de 2011 destacó que la población en situación de calle era predominantemente masculina. Del total de usuarios censados en refugios el 77% eran varones y un 23% mujeres.
En cuanto a las edades, la población de ambos sexos se concentraba en el tramo de entre 30 y 64 años, una de cada 4 mujeres eran niñas menores de 15 años, valor que descendía al 7% para el caso de los varones. Asimismo, se apreciaba un peso mayor de los varones adultos mayores de 54 años, que representan un 32%, frente a 16% de mujeres, de acuerdo al informe oficial del Mides.
En 2011, el 32% de los usuarios de refugios decía encontrarse en esa situación hacía menos de 6 meses; dos de cada diez declaraban que llevaban en calle entre 6 y 12 meses, y un 25% llevaba en calle entre 1 y 3 años.
En las personas mayores de 29 años es donde se registraba la mayor proporción de usuarios con 4 años o más en calle. El 25% de usuarios de los refugios de entre 30 y 54 años estaba en calle hacía 4 años o más; el valor más alto lo presentaba el sector de entre 55 y 64 años, donde el 36% hacía cuatro años o más que se encontraba en situación de calle. En mayores de 64 años el 29% se encontraba en la calle hacía 4 años o más.
FOTOGALERÍAP. MELGAR / C. BELTRÁN