El Partido Blanco pidió la renuncia de la ministra de Defensa, Azucena Berrutti, por su participación en la Marcha del Silencio realizada el domingo, en la que organizaciones humanitarias y de familiares de víctimas de la dictadura (1973-1985) reclamaron conocer el destino de opositores desaparecidos.
Una nota editorial publicada hoy en el semanario Patria, vocero del sector "herrerista" de los blancos, argumentó que la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desparecidos de Uruguay, una de las organizadoras de la marcha, es un movimiento "enemigo jurado de las Fuerzas Armadas".
La nota afirmó que un ministro de Defensa "no puede asistir a un acto organizado por sectores que predican la revancha y niegan el olvido y el perdón" y que Berrutti debe abandonar el cargo "a partir de estos hechos".
Entre 50.000 y 30.000 personas, según la prensa local, participaron el domingo de la duodécima Marcha del Silencio que recorrió la Avenida 18 de Julio, la principal de Montevideo, con la consigna "¨Donde están? La verdad sigue secuestrada. Nunca más terrorismo de Estado".
La movilización se realiza cada año el 20 de mayo, fecha que coincide con la de los asesinatos en Buenos Aires de los ex legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y de los ex militantes tupamaros William Whitelaw y Rosario Barredo, ocurridos en 1976.
Los organizadores de la movilización reclaman principalmente conocer el destino de unos 200 opositores políticos secuestrados durante el gobierno de facto, algunos en países vecinos, y que permanecen hoy desaparecidos.
El domingo caminaron mezclados entre los asistentes a la Marcha numerosos legisladores y funcionarios del gobierno del Frente Amplio, entre ellos Berrutti y los ministros del Exterior, Reinaldo Gargano, de Trabajo, Eduardo Bonomi, de Vivienda, Mariano Arana, y de Ganadería y Agricultura, José Mujica, y el intendente de Montevideo, Ricardo Ehrlich.
En la jornada anterior a la Marcha, la ministra Berrutti no asistió el 19 de junio a la conmemoración del Día del Ejército, que fue encabezada por el presidente Tabaré Vázquez y el comandante en jefe del arma terrestre, general Jorge Rosales.
En su discurso en ese acto, Rosales reivindicó la actuación del ejército durante la dictadura y pidió que la institución no sea juzgada "por eventuales acciones individuales incorrectas desarrolladas por algunos de sus integrantes".
El contenido del discurso del jefe militar fue criticado por sectores del Frente Amplio y organizaciones humanitarias, mientras que Vázquez, consultado por periodistas, dijo que debía analizarlo antes de formular una valoración.
En base a ANSA
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