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No todos odian la matemática

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La Fundación Los Pinos busca transformar la fama de las matemática. Foto: Los Pinos

Olimpíadas de Los Pinos quitan a miles de alumnos el temor que despierta la asignatura.

Más de 30.500 niños y 235 escuelas públicas de 16 departamentos participan en las Olimpíadas de Matemática de la Fundación Los Pinos, en el barrio Casavalle. La actividad convoca cada año a más y más estudiantes que desafían la complejidad de esta asignatura.

Durante la última semana se llevaron a cabo las semifinales, a las que accedieron 5.000 niños. Más allá de la competencia, el objetivo principal es popularizar la asignatura, una de las más temidas en las aulas uruguayas.

"Queremos que no sea resorte de unos pocos eruditos, que todo el mundo pueda experimentarlo y, de alguna manera, favorecerse. Porque el mundo está plagado de este tipo de problemas lógico-matemáticos", comentó Gustavo Bentancor, coordinador de esta actividad que solo falta sumar a Artigas, Salto y Treinta y Tres para el futuro.

Además de eliminar la etiqueta de "difícil" que tiene la asignatura, el objetivo de Los Pinos es mejorar el rendimiento en el aula y ayudar a los niños a sobreponerse a situaciones difíciles "de la vida".

Porque el torneo presenta, en palabras de Bentancor, esos desafíos que también ocurren en la vida. "Algunos (niños) pueden decir: No me sale resolverlo. Entonces, ¿qué? ¿Te rendís y tirás todo? El mensaje es: Te va a pasar en la vida que vas a tener adversidades y vas a tener que levantarte, reponerte y avanzar", indicó el referente de la actividad de Los Pinos.

Si bien apuestan a que se genere un mayor interés en la matemática, muchas veces los "problemas" a los que se enfrentan no tienen que ver con lo que ven dentro del aula. "Se apela más a la creatividad", agregó el docente.

Según el año en el que se encuentren, se someten a problemas de geometría, de teoría de números, de teoría combinatoria y de álgebra.

Como si se tratara de un complejo de canchas de fútbol para que los futbolistas puedan jugar a la pelota, Los Pinos "intenta desarrollar un espacio" para que los jóvenes se puedan ir perfeccionando en este tema.

La actividad cuenta con el respaldo de las autoridades educativas del país, al punto que se ha publicado un libro con 300 problemas cuyas resoluciones cuentan con las fórmulas elegidas por los niños para llegar a los resultados. Hasta ahora se han vendido 5.000. Unos 2.000 los compró el Consejo de Educación Primaria y los distribuyó entre varios centros educativos.

Medallistas y profesores.

Un total de 1.397 maestras están involucradas en el proyecto. En Los Pinos son ocho profesores que trabajan "full time" con los alumnos, aunque a lo largo del año van contratando para eventos específicos. Por ejemplo, para un campamento realizado en febrero vinieron destacados matemáticos extranjeros para enseñar a los niños.

Mikaela Martínez (21), exestudiante de Los Pinos y medallista de esta competencia hace una década, se transformó en docente de la fundación. De niña, soñaba con ser médica. Pero cuando conoció la matemática en estas jornadas le despertó una pasión que nunca pudo abandonar.

Su éxito en la competencia le permitió que la fundación la ayudara a seguir estudiando. La prepararon para medirse en torneos internacionales. En 2007 fueron a competir a Argentina a un certamen sudamericano de equipos y culminaron en el cuarto puesto. En 2008 fueron de nuevo, "un poco más preparados", y trajeron el oro.

Mikaela no paró de participar en las olimpíadas hasta sexto año de liceo. En 2014 ingresó a trabajar como una de las docentes de la olimpíada de Casavalle. Junto a Adrián Calero, otro "exolímpico", buscan perfeccionar los problemas que se le asignan a los estudiantes, y también brindan talleres en Montevideo y el interior para fomentar la cercanía del alumno con la matemática.

Cuando ejerce la docencia, Mikaela percibe sensaciones similares a las que sintió años atrás. "Haber estado ahí te ayuda a entender cómo los niños están pensando", aseveró. En más de una oportunidad brinda el aliento que le enseñaron de más pequeña: "Mirá, yo también estuve ahí. Pensé esos mismos problemas. No te rindas ahora, seguí que vas a poder", aseguró contarles.

En su experiencia, ha detectado muchos niños que no conocen que tienen una fortaleza con la asignatura y que tal vez no destacan a nivel académico. Cuando se enfrentan a un problema, "creen que no les va a salir". Si les sale, siguen adelante y se preocupan por mejorar. "Vienen desde el Cerro a Casavalle. No se quieren rendir y sí seguir mejorando", indicó.

Observan el progreso en pocos años. Hay casos de alumnos de cuarto año que, al avanzar a sexto, mejoran sus resultados dentro del aula. "Hay algo establecido en la sociedad: es el miedo a la matemática. Muchos entran en el liceo, dicen que no entienden, pero a veces es que no se animan a entender", comentó Martínez. Luego de pasar por la olimpíada en la escuela, al ingresar en Secundaria dan la cara al desafío matemático con otra tesitura. Les gusta y si no cuentan con resultados excelentes, se animan a enfrentar los ejercicios con menos miedo.

Y, tal como le sucedió a Mikaela, otros tantos descubren una pasión hasta el momento oculta. Entonces, perfilan su futuro profesional hacia un profesorado de la mal afamada materia o de disciplinas afines.

"Esto despierta vocaciones con gente que quiere vivir esta actividad con entusiasmo", agregó Bentancor, quien recordó que en la primera edición fueron 186 los alumnos que participaron de la actividad.

Crepitar de neuronas.

"Es lindo sentir el crepitar de las neuronas y ver en los ojos esa mezcla de sufrimiento y diversión", fue el comentario que ilustró las imágenes de las Olimpíadas de Matemática en la página oficial de Los Pinos. "Nos desbordaron hoy y ayer, y mañana de nuevo; 800 niños por tanda. Este año son 235 escuelas de 16 departamentos". La competencia, a la que se suman más alumnos cada año, busca hacer que esta asignatura pierda la etiqueta de "difícil" en las aulas.

Un problema de terror.

Gustavo Bentancor, coordinador de la olimpíada de Los Pinos, describió uno de los problemas que tuvieron que resolver los alumnos de sexto año de escuela en la semifinal.

"En la Casa del Terror, cinco amigos se disfrazan para asustar a la gente. Se pregunta: ¿quién es cada personaje y en qué orden aparecen? Las pistas son: Jorge aparece antes que Gabriel y después del vampiro. Camilo no es la araña gigante ni la momia. Damián aparece entre el zombi y el hombre lobo. Oscar es uno de los últimos dos en aparecer. El zombi aparece después de Jorge y antes que Damián. Jorge no es la araña.

RESULTADOS.

"Olimpíada no mide la educación de un país".

El coordinador de las Olimpíadas Matemáticas de Los Pinos, Gustavo Bentancor, aseguró que ser bueno en una olimpíada no asegura ser bueno en la educación matemática de un país.

A modo de ejemplo, contó que Finlandia, en un torneo mundial en la materia finalizó en el puesto 84 entre un centenar de países y en las pruebas PISA está en los primeros puestos. En Perú, sucede al revés.

Andrés Peri, representante de Uruguay en la Junta de Gobierno de las pruebas PISA, manifestó a El País en diciembre del año pasado que en lectura y ciencias hubo una mejora "sustantiva" y que fueron los "mejores resultados" logrados hasta el momento. Sobre matemática "hay una mejora importante respecto a 2012, aunque no hemos superado la edición anterior a este período" que analizó el 2015.

Estudiantes nacidos entre el 1° de mayo de 1999 y el 30 de abril de 2000, respondieron un cuestionario con ejercicios de matemática, lectura y resolución colaborativa de problemas.

En matemática, en 2009 Uruguay logró 427 puntos en promedio, mientras que en 2012 llegó a 409, ubicándose en el puesto 57 entre 67 países evaluados. En esta última edición, Uruguay tuvo 418 puntos.

El experto señaló en ese momento que el elevado nivel de repetición es "claramente" uno de los problemas de Uruguay, e instó a tomar medidas sobre este asunto. En 2015 la repetición fue de 26,8% en los estudiantes de Secundaria y de 5,8% en Primaria.

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