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Niegan "carácter charrúa" de la delegación en mundial indígena

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Descendientes de charrúas participan en Brasil de los primeros Juegos Mundiales Indígenas.
Grupo de 8 uruguayos que representaran a la nacion Charrua en 1eros Juegos Mundiales de Pueblos Indigenas en Palma, Brasil, en arco y flecha, Parque B Hidalgo, ND 20151017 foto Ariel Colmegna
Archivo El Pais

Daniel Vidart tiene 95 años y una vida dedicada al estudio antropológico de la identidad nacional y, en particular, de los orígenes étnicos del Uruguay.

Dice ser descendiente en quinta generación de José Artigas y de una guaraní misionera. "Tengo genes guaraníes, yo podría proclamarme guaraní y reclamar lo que quisiera; estos charrúas están haciendo lo mismo", afirmó.

El domingo leyó El País y se enteró de que un grupo de ocho uruguayos, miembros de la agrupación Choñik, se presentará en los primeros Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas defendiendo su condición de descendientes de la Nación Charrúa.

"Esto es denigrar la memoria de unos bravos guerreros. Los Choñik en realidad eran Tehuelches, que en su idioma significa hombres verdaderos y estos se ponen ese nombre como si equivaliera a charrúa, de una manera grotesca", afirmó.

Sostiene que los participantes en los juegos indígenas "no son charrúas" y que hay una corriente "entre romántica y reveladora de la viveza criolla".

Al respecto, el experto señaló que se trata de un grupo de gente que vive separada y que hace uso de la tecnología occidental y que "se reúne para ponerse plumas".

Uno de los objetivos del grupo Choñik es la recuperación del idioma charrúa. Vidart cree que esa es un tarea imposible ya que lo único que se conserva al respecto es "un cuadernito con unas 70 palabras sueltas en charrúa que le pasó un sargento Silva a (Teodoro) Vilardebó".

Aclaró que ese material no sirve para mantener una conversación, dado que no tiene una organización lógica de las frases y oraciones.

El especialista recordó que en un congreso indígena de 1949 describe la condición de indio. "Debe saber su lengua, estar con otros indios y tener el mismo género de vida o trabajo. Estos charrúas viven en apartamentos y no saben la lengua organizada", aseguró.

Etnia.

La condición charrúa de los indígenas que había en el actual territorio uruguayo, también fue puesta en duda.

"Los charrúas estaban concentrados en la zona de Colonia porque su verdadero hogar estaba donde hoy es Santa Fe, Corrientes y parte de la provincia de Buenos Aires. Entran a Uruguay recién en el siglo XVIII por lo que los minuanes piden apoyo a los misioneros y terminan apretando y matando a 500 charrúas junto al río Yi", dijo.

Tierras.

Vidart hizo público un documento del Consejo de la Nación Charrúa (Conacha) elevado al Instituto de Derechos Humanos, en el cual, entre otras reivindicaciones, demandan la concesión de tierras al norte del Río Negro.

"Yo no los insulto, pero a esto me refiero cuando hablo de la viveza criolla. Exigen tierras diciendo que son charrúas. De ninguna manera puedo estar de acuerdo. Es muy poca la gente que se ha preocupado por estudiar este tema y se está diluyendo el origen étnico de nuestro país. Había muchos más negros que indios charrúas", aseguró.

Los "últimos charrúas" eran indios guaraníes

En la avenida Delmira Agustini del Prado de Montevideo está la obra escultórica “Los últimos charrúas”, una creación de Edmundo Pratti, Gervasio Furest Muñóz y Enrique Lussich.

Allí se representa a cinco aborígenes que fueron traslados a París en 1833 y 1834 como parte de un “zoológico” humano. Vidart entiende que tres de ellos no eran charrúas sino guaraníes.

“Laureano Tacuabé Martínez y Micaela Guyunusa fueron bautizados en la iglesia Paysandú. Los charrúas eran totalmente reacios al cristianismo por lo que todo indica que los dos eran guaraníes”, explicó.

Por otro lado, el experto maneja nueva información el cacique Vaimaca Pirú, otro de los integrantes del grupo que enviado a París, que también está representado en la obra escultórica.

“Ahora me acaba de llegar una información de Vaimaca Pirú con relación a un estudio sobre sus huesos que llega a la conclusión de que era un hombre de una altura aproximada a los 1,55 metros. Esto se contradice con el fenotipo de los charrúas que medían 1,80 metros, de acuerdo a lo que dice Dámaso Antonio Larrañaga en su viaje a Paysandú”, indicó.

“Ninguno de ellos era charrúa, es posible que fueran minuanes porque estaban aliados a los misioneros. Los charrúas se acabaron, pobrecitos”, afirmó.

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