Mañas y manías en pareja

Psicólogo Gustavo Ekroth

Hasta las personas más equilibradas y sensatas, viviendo en pareja presentan alguna o varias "peculiaridades", sobre todo a los ojos de su media naranja. Parece ser como si la cercanía afectiva diera algún tipo de permiso especial para expresar y desarrollar caprichos y características personales negativas, generalmente ocultas a los ojos de las personas comunes y corrientes. Expresiones dichas a amigos y parientes como por ejemplo, "si supieras cómo es", "tiene un carácter bastante difícil", "es muy especial, lo que pasa es que tú no lo conoces", denotan este sentir.

Características personales negativas que en otras circunstancias generan poco "daño" pueden, en la relación de pareja, adquirir mucho vuelo y convertirse en elementos sumamente destructivos.

Dentro de estas características podemos encontrar el perfeccionismo excesivo, el amor propio exagerado, o la violencia verbal.

Cualquier comportamiento negativo, a nivel de pareja, produce una reacción, hay una ida y vuelta que potencia y desarrolla cualquier maña o manía personal.

Por ejemplo tenemos a "los fríos, son los que nunca nos elogian por nada, jamás nos dicen "me encanta como cocinás", "me gustó que me hicieras mimos", "que linda que estás" o "me encanta tu sonrisa", etc. Ellos dan por sentado que algo bien hecho es lo normal, lo esperable, lo mínimo que podemos hacer. Por eso en ningún momento nos alientan cuando hacemos algo bien.

También están "los profesores", son moralistas que nos dictan cátedra sobre como debemos vestirnos, caminar, anudar la bolsa de la basura, pensar, tomar el sol, saludar a las personas, y mil y una cosas más. Son fanáticos ideológicos o vegetarianos crónicos que se han elevado por encima de las necesidades de las masas y nos miran con displicencia desde el limbo.

Por otro lado están "los posesivos", tienen celos hasta de su mamá y del novio/a que usted tuvo en la escuela cuando tenía seis años. Se hacen historias todo el tiempo con personas que usted ni sabía que existían.

En cualquier momento, sin razón aparente, irrumpen y sorprenden al "enemigo" con un minucioso interrogatorio tipo Gestapo.

Otra de las características que se potencia viviendo en pareja es el sadismo. Los sádicos son personas que se nutren y disfrutan del dolor ajeno, nos tratan mal y mal, nos dicen que no servimos para nada, que siempre hacemos todo mal, o que ahora se dan cuenta de que nunca nos quisieron.

Cuando estos sádicos nos ven deshechos, sufriendo, destrozados, ahí nos dicen: "¿Pero por qué te ponés así? No estés triste. Si yo te quiero, mi amor".

Por "tradición", la pareja se supone que debe aceptarnos como somos. A veces este concepto parece convertirse en el peor de los martirios, "como me amás y yo te amo tenés que aguantar todas mis mañas y manías". Creo que deberíamos intentar en todo momento ver las cosas desde un ángulo completamente diferente, "como te amo y me amás (y eso no es algo que ocurra todos los días ni a todas las personas), voy a intentar cuidarte y protegerte en todo lo que pueda de mis propias mañas y manías personales".

Si desea mayor información sobre este o otros temas de psicología o sugerir temas para próximas entregas puede hacerlo a través del teléfono 712 6093, o ingresando a través de la página en Internet www.gustavo ekroth.com

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