"Los guardaespaldas no hablamos; sólo si lo amerita"

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Carlos Bradford

Guardaespaldas

Hace 16 años que trabaja como guardaespaldas. Custodió a famosos actores y cantantes, políticos y empresarios. Bradford sostiene que los que trabajan en seguridad tienen que innovar y modernizarse, para estar a la par de lo que el cliente exige. Cuenta que en la despedida de Julianne Moore, luego de 12 días custodiándola, ella pidió que repitieran una foto porque él estaba serio. "Me abraza, me mira y me dice ´smile, please`, para que le sonriera porque toda la semana yo había estado con cara de perro. ¡Que ella me dijera eso, fue impresionante!", dice.

R. Aguirre

Carlos Bradford (38) siempre aparece en segundo plano. El primer plano lo acapara el famoso a quien le tocó custodiar. Él protegió a Susana Giménez este año, cuando prestó declaración en un juzgado de la Ciudad Vieja; cuidó durante 12 días a Julianne Moore mientras filmaba en Montevideo "Ensayo sobre la ceguera", y en la larga lista de artistas a los que le tocó custodiar aparecen nombres como Mark Knopfler, Julio Iglesias, Soledad Pastorutti, David Bisbal, Chayanne y Axel Rose. También el ex presidente Julio Ma. Sanguinetti, Cristina Kirch-ner y el mismo Mujica, caminaron tranquilos en varias ocasiones porque detrás estaba él.

Con un metro 76 de altura y 112 kilos de peso, espalda ancha, pelo muy corto, barba candado, traje y corbata impecables, Bradford no puede disimular su profesión. Nació en Paysandú y llegó a Montevideo 11 años atrás en busca de más posibilidades de trabajo, pero hace 16 años que se desempeña como seguridad, profesión que eligió por su físico, y por gusto. "Si bien soy civil, me gustan los códigos de la policía", señala.

Ahora lo contratan empresas o trabaja en forma particular, y está convencido de que la clave para ser un buen guardaespaldas es capacitarse y tener autocontrol. "Yo hago muchos cursos para actualizarme y, periódicamente, me hago un test psicofísico para evaluar si realmente estoy en condiciones de hacer este trabajo". Para él, que se jacta de que en 16 años nunca entró en una comisaría, ese debería ser un requisito para todos los seguridad.

El último curso al que asistió Bradford lo dictó James Curtis, oficial del equipo SWAT de EE.UU, en el Centro de Capacitación en Defensa Personal de Montevideo. El curso incluyó manejo de armas, manejo en convoy, cómo hacer un manejo ofensivo y evasivo, técnicas de defensa personal, cómo se custodia a un VIP, cómo se lo baja del auto, cómo se lo protege al ingresar y al salir de determinado lugar. "Entrenamos la famosa formación en diamante que es la que actualmente utiliza el gobierno de Venezuela para custodiar al presidente Chávez. Nosotros tenemos que estar preparados para eso", asegura el guardaespaldas y sostiene que "nadie debería contratar a una persona solamente porque mide 1,90 o 2 metros y pesa 130 kilos. Hay que evaluar la parte psíquica y que la persona sepa como actuar en distintas circunstancias".

- ¿Qué diferencia hay entre un patovica y un guardaespaldas?

- Todos empezamos haciendo boliches. Cuando llegué a Montevideo trabajé en boliches pero hace nueve años que me retiré, porque los códigos de la noche cambiaron. Antes había más respeto. La sociedad ha cambiado mucho. La diferencia entre patovica y guardaespaldas pasa, además, por la formación.

- ¿En qué consiste su trabajo?

- A veces nos contrata un empresario para salir con la señora o con un hijo a ciertos lugares. Los guardaespaldas no hablamos, a no ser que la situación lo amerite. Con el hijo, podemos tener una conversación para no ser tan distante y para que él no se sienta mal. Con el empresario nos limitamos a lo que pide, simplemente acompañarlo.

- ¿Qué relación tiene usted con el artista, por ejemplo, con Susana Giménez?

- Yo hice la avanzada, reconocí el lugar antes de que ella llegara. Yo marco la ruta y cuando llega el chofer con Susana, los dirijo. En este caso teníamos que protegerla porque ella estaba recién operada de la cadera y nosotros teníamos que permitir que ella caminara tranquila. También me dirijo a la prensa, por ejemplo, salgo y les digo a los fotógrafos: traigo a Susana para acá y tienen dos minutos para sacarle fotos, después va la prensa de cámaras.

- ¿Cuánto cobra un guardaespaldas?

- Entre 2.000 y 3.000 pesos por día, siempre y cuando el trabajo sea simplemente acompañar. Porque si, por ejemplo, la persona está amenazada de muerte, la custodia ya no es a tres o cuatro metros. Es cuerpo a cuerpo. Y si vos vas a un shop-ping hasta una niña o una abuela es una amenaza potencial. También nos llaman para hacer remesas. Ahora el mercado se está abriendo más.

Pocos, pero buenos

Luego del secuestro del empresario Ignacio Rospide, ocurrido este año en Montevideo, aumentaron las consultas a Bradford. "Yo creo que la sociedad está cambiando, los valores se están perdiendo y los empresarios que vengan de afuera van a comenzar a pedir protección. Por eso tenemos que capacitarnos para seguridad VIP y como guardaespaldas, que somos pocos pero buenos".

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