Las cometas invadieron la frontera

| La costumbre riverense se origina en las luchas que mantuvieron la Iglesia Católica y las logias masónicas locales

VOLANDO. Semanas antes empieza la preparación de las pan dorgas. 200x140
VOLANDO. Semanas antes empieza la preparación de las pan dorgas.

RIVERA | FREDDY FERNANDEZ

Cometa, barrilete, pandorga... Hay muchas maneras de nombrar esas estructuras multicolores de papel y madera que surcan los cielos obligando a llevar la cabeza hacia atrás y seguir su vuelo. Aunnque sea por unos instantes. Desde hace mucho tiempo remontar cometas se ha vuelto una tradición en la Semana Santa riverense. Este año, el ejercicio fue apoyado por los gobiernos municipales de Rivera y Livramento, en lo que fue el 30º Festival Internacional que en este arte se practica aquí. La competencia terminó el viernes 25 en el Parque Gran Bretaña de Rivera en medio de expresiones de alegría en gente de todas las edades.

El festival mantiene viva una tradición artesanal que se trasmite de padres a hijos, que tiene su punto culminante el Viernes Santo, cuando miles de vecinos de los dos países comparten la actividad con la "excusa" de llevar a sus hijos. La tradición ya tiene casi un siglo, aunque como un auténtico mito urbano, su verdadero origen es difuso y sobre él se tejen diversas hipótesis. Lo cierto es que remontar cometas y recoger marcela son las dos actividades que dominaron el pasado viernes.

En general se coincide en que el origen de esta competencia fue una "triquiñuela" de las logias masónicas locales a la Iglesia Católica. Con la cometas como atracción a cielo abierto, se generaba una actividad que restaba mucho público a las ceremonias religiosas. Con el tiempo la costumbre se fue asentando y hoy ya forma parte del calendario local, sin los visos anticlericales originales.

El religioso Mateo Méndez, párroco de la obra salesiana, dijo que cuando vino a radicarse a Rivera le llamó la atención esta tradición de las cometas. Dijo que, debido a las cometas, la Iglesia Católica tiene menos convocatoria el Viernes Santo, aunque descartó que quienes participan de la actividad lo hagan como una forma de negación de las celebraciones religiosas. "Cada ciudad tiene su idiosincrasia y su cultura".

Al aproximarse la semana de turismo, tímidamente al principio, y con extraordinario vigor luego, desde temprano el cielo se va llenando de diversas formas multicolores. Miguel Armand Ugón, Director de Turismo de Rivera, anota que "sería oportuno que algún antropólogo buceara en nuestro pasado, a efectos de determinar por qué, a diferencia de otros pueblos, nuestros conciudadanos prefieren mantener formas de estrellas en sus diseños, en lugar de intentar construir pájaros, u otros elementos, como ocurre en el resto del mundo".

La competencia tiene varias categorías, algunas para menores de 10 años, para mayores, para diseños tradicionales y para formas más libres. El concurso, que solamente tiene premios honoríficos, genera una onda expansiva por la cual es común ver en barrios y esquinas a niños y jóvenes remontando o fabricando cometas, más allá de que se presenten o no al juego. Se estima que en las "horas pico" de la competición hubo unas 500 cometas, 150 de los concursantes y el resto de "aficionados" que acompañaron el día a su ritmo y manera.

LA COMPETENCIA. El escenario de la competición fue el Lago do Batuva, del lado brasileño, el viernes, y luego el parque Gran Bretaña, del lado uruguayo, el sábado.

Los vecinos Pedro Pacheco (70) y Juan Antonio Fontes (65) fueron de los riverenses que se apasionaron con la actividad. Tienen algo en común, además del amor a las cometas, coinciden en la enseñanza que trasmitieron a sus hijos, y luego a sus nietos, en consecuencia la dinastía de ambas familias tiene larga vida, en el reino del papel, caña y tela.

A Pacheco se le ilumina la cara cuando recuerda que fue a San Pablo con "la famosa cometa lumínica" y con sano orgullo sostiene que "no les gané, los robé, nadie me pudo superar".

Al lado del veterano artesano está su nieta Claudia (17), que pretende seguir la huella marcada por su abuelo.

Lindo país aquel en que las únicas cometas existentes sean las de papel, madera e hilo.

Desde la prehistoria al borde de dos países

Es díficil explicarse por qué un aparato tan sencillo, conformado por una figura de papel y madera atada a un hilo que se echa al vuelo, ha despertado tanto interés a lo largo de la historia.

Estudiosos del tema afirman que las cometas fueron inventadas cinco siglos antes de Cristo por el griego Arquitas de Tarento, que al sur de Italia despertó las primeras miradas de estupor ante estos artefactos. Pero también se afirma que en Asia, en la prehistoria, diversos pueblos ya sabían entretenerse con ellas. Desde sus primeros tiempos a la amigable competencia en Rivera, donde los premios era una trofeo y el aplauso de los vecinos, las cometas han tenido diversos usos. Benjamín Franklin las utilizó para estudiar los relámpagos. Graham Bell también contó con ellas en sus estudios. Dese fines dle siglo XIX y principios del XX, fueron fuente de datos meteorológicos. Los ejércitos las han usado en guerras y los servicios de inteligencia cuentan con ellas para espiar al enemigo.

Las competencias de cometas más destacadas son las asiáticas, con diseños sofisticados de peces, dragones y castillos que luego terminan dando la vuelta al mundo recorriendo museos. Historiadores riverenses dicen que la tradición de remontar cometas en Semana Santa tiene su origen "en uno de los tantos enfrentamientos entre la masonería y el catolicismo".

Según Joel Salomón de León, todo se originó en el malestar que provocó el nombre de la calle Esperanza, que daba nombre a una logia local. El santanense Ivo Caggiani dice que el furor por la cometas llegó de la mano de inmigrantes provenientes de Valencia, España.

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