XIMENA AGUIAR
Con fierros, alambres, papel y engrudo va tomando forma el carro alegórico que aportará al desfile de Carnaval un toque de tradición y creatividad, de arte y de popularidad, homenajeando las lunas del pintor José Cúneo.
Javier Freira coloca varillas arqueadas sobre unas figuras de alambre: está armando la estructura de los dormilones, unos pájaros nocturnos que aparecen en varios cuadros del pintor montevideano, y que darán movimiento al paisaje que ya se insinúa sobre el carro: montes, ranchos ondulantes, pequeños animales autóctonos y sutiles huellas de la actividad humana, como un aljibe o un horno de pan. Entre ellos, reinará una gran luna en cuarto creciente que alcanzará los 6 metros de alto, e irá iluminando las distintas zonas que están inspiradas en cuadros o acuarelas de la serie de lunas que pintó José Cúneo (1887-1977).
Al menos, ese es el plan que sostiene una maqueta apoyada sobre una silla. Por ahora, la luna no es más que un armazón de fierros, y Ricardo Riveiro estudia como asegurar la estructura para soportar su peso y, al mismo tiempo, habilitar el movimiento. Gabriel Nieto prueba dónde colocar alguna rama más a la figura de alambre que terminará representando los árboles que se deforman ascendiendo hacia el cielo nocturno. A un lado, un libro sobre el pintor es la prueba de que cada detalle tiene su fundamentación.
El mismo grupo, en el que también participa Gabriela Perrone, ya trabajó el año pasado en la realización del carro alegórico en homenaje al artista Luis A. Solari, cuyos personajes con máscaras animalescas se emparentaban directamente con el Carnaval. Para este año, manejaron la posibilidad de trabajar sobre la obra de artistas como Pedro Figari o Carlos Páez Vilaró, pero finalmente se propusieron un desafío más inesperado, para exigir la creatividad: elegir a un paisajista para un carro alegórico, combinar varios cuadros en vez de optar por uno y descubrir un vínculo del artista con el Carnaval quizás menos evidente.
A la calle. "Uno de los objetivos es que los artistas salgan del museo a un paseo popular", dijo Nieto. Pero a veces se descubre que esta incursión es en realidad un viaje de vuelta. Tras decidir inspirarse en Cúneo, por su estética de misterio nocturno, descubrieron que efectivamente el artista había trabajado realizando carros alegóricos para el Carnaval, según un libro de la historiadora Milita Alfaro, contó Nieto.
"Nos parecía un desafío interesante. Quisimos armar el espacio que él creaba. Tiene personajes, pero lo que más habita en su pintura es la luna, que la agranda, la trae a la tierra. Los ranchos y los personajes se vuelven chicos en la inmensidad de la naturaleza", explicó Nieto. "Y también nos interesa porque rescata las tradiciones y el paisaje de cada lugar, y de esa manera rescata su identidad, lo que se une con lo que hacemos nosotros", añadió.
El paisaje será animado por dos o tres actores que interactuarán con él y activarán los mecanismos del movimiento, vinculando lo escénico y lo plástico, contó Nieto. Además, algunos juegos de luces y proyecciones se reservan como sorpresa para el día de la exhibición de la obra: el 29 de enero, el carro acompañará el desfile inaugural por 18 de Julio.
"Ojalá que sea como el año pasado, que la gente lo vio, lo aceptó y lo compartió desde el lugar en el que lo hicimos. La idea es que se pueda leer que la estética es de Cúneo, y generar el interés. Por momentos ansiosos, quedan cosas por hacer, requiere mucha investigación para llegar a lograr lo que uno se imagina", dijo Nieto.
Mientras, en el museo del Carnaval, está en exposición el trabajo del año pasado, "La barca de no sé", mostrando que el acervo de este museo está hecho de tradición y renovación, de calle y cultura.
El Museo cobrará entrada
A partir del miércoles 14 de enero, el Museo del Carnaval comenzará a cobrar una entrada de $ 50 para extranjeros y $10 para residentes en Uruguay o en los países del Mercosur. Con los fondos recaudados se financiarán las actividades de preservación, conservación, investigación y difusión del patrimonio cultural, explicó la institución. A fines de diciembre, el museo firmó un fideicomiso que le permite desempeñar la tarea pública con una ejecución enmarcada por el derecho privado, lo que implica, por ejemplo, que puede ampliar las maneras de recaudar fondos para su actividad. El museo, ubicado en Rambla 25 de Agosto de 1825 esquina Maciel, está abierto de martes a domingos de 10 a 18 horas.