La imaginación puede enfermar

Considerada hasta hace poco tiempo por la psicología como una alteración secundaria, y rechazada por médicos cansados de angustiantes consultas con síntomas inexistentes, la hipocondría empezó a recibir atención en los últimos 20 años. Sin embargo, el propio Hipócrates describió esa enfermedad, que consideraba orgánica.

Se define como un trastorno mental caracterizado por el miedo a tener o por la convicción de padecer una grave enfermedad orgánica, a pesar de que los chequeos la hayan descartado. Se diagnostica cuando su duración es superior a los seis meses, interfiere en la vida del paciente provocando angustia y depresión.

De acuerdo a un artículo publicado en la revista digital Consumer, las personas que padecen este trastorno han vivido episodios de enfermedad durante su infancia, ya sea en carne propia o en algún ser querido. Es habitual encontrar a familiares directos que han sido hipocondríacos y han actuado como modelos de quejas o de sobrepreocupación por cualquier menudencia como un simple resfriado, o que han muerto de forma súbita. Estas experiencias les llevan a sentirse muy vulnerables, a tener conciencia de que, en cualquier momento, pueden morir o sufrir una enfermedad terminal, y están alertas ante cualquier señal en su cuerpo que les indique que esto puede suceder. Los cambios que se producen en el organismo, en su continua adaptación al entorno, no sólo son percibidos, sino ampliados gracias a la atención que el paciente le presta.

En general, el hipocondríaco siente sensaciones corporales que "no son normales". Acostumbran a pensar que el médico no ha hecho bien su trabajo, por lo que buscan a otro que "sepa más". Si éste los deriva al psiquiatra o al psicólogo, pueden recurrir a medicinas alternativas o devorar información sobre su supuesta enfermedad.

Esta clase de pacientes confía más en su propio saber y entender que en el del profesional, no puede dejar de chequearse una y otra vez, cuando se cura de una mal, aparece otro.

Los familiares y amigos deben evitar reforzar con su atención las constantes quejas y preocupaciones sobre su salud.

Explicarle que su preocupación actúa como una planta; cuanto más habla de su enfermedad es como si la hiciera crecer más y más, por lo que conviene establecer un pacto para eliminar esos miedos de las conversaciones diarias.

Es aconsejable animar al enfermo a que se involucre en actividades de ocio que distraigan su mente, y en aquellas que le ayuden a mejorar el control sobre si mismo, como el yoga.

Conocer el sexo del bebé al 2do mes.

Los padres podrán conocer el sexo de su hijo desde la octava semana de embarazo, es decir a finales del segundo mes, a través de un sencillo análisis de sangre producto del laboratorio español Logren, que arroja una fiabilidad superior al 98 por ciento.

Muerte por hipertensión.

El 8o% de las muertes relacionadas con la hipertensión en el mundo se sitúan en los países en vías de desarrollo. Unas 7.6 millones de muertes prematuras en el año son atribuibles a la hipertensión. El mayor número se da en Europa del Este, Asia central, este y sur de Asia.

Enfermedades mentales y ejercicio.

La Universidad de Navarra reveló que la actividad física reduce en un 25% el riesgo de sufrir enfermedades mentales frecuentes. Las mujeres fumadoras y casadas son quienes realizan menos ejercicio, según esta investigación, realizada en 10.381 graduados universitarios.