R. AGUIRRE
-¿Cómo se hizo pescador?
-Siempre fui un enamorado del mar, y de la pesca. Mi abuelo era de origen italiano. Vino de la isla de Ponza, al sur de Italia, por Sicilia, por ahí. Eran pescadores porque allí no tenían otra cosa que hacer. Y a mi padre y a mis tíos también les gustó el mar, y yo siempre anduve alrededor de eso. Yo vivía en el barrio Atahualpa. Mi abuelo, por parte de padre, con unos tíos míos tenían una barca en la Aduana. Ellos vivían en el Cerrito de la Victoria.
-¿Siempre trabajó como pescador?
-De botija yo ya andaba con el asunto de la pesca. Después, de joven, yo salía a pescar con mi familia y de tardecita era mozo en la cervecería que había ahí enfrente.
-¿Cuándo se instaló aquí?
-Cuando cerró la cervecería me gustó esto y ya me quedé acá. Eso fue por el año 70 y pico. Pedimos los permisos a la intendencia y a la prefectura para salir a pescar. Conocí a un señor español que ya tenía una chalana. Porque la verdad es que yo no tenía nada.
-¿Cómo fue ese comienzo?
-Salíamos a pescar con el aparejo porque no teníamos redes, y vendíamos algún pescadito acá a los vecinos. También le llevábamos al Disco 1 las brótolas desvisceradas. Así empezó todo. Después la cosa creció.
-¿Qué cambió desde aquella época?
-Entonces había mucha pesca. Era muy diferente. Ahora la captura ha mermado, le han dado tanta paliza que no hay pescado. Ahora hay que caminar más y utilizar más redes. Hay que trabajar más para cosechar menos. La pesca mermó un 60 por ciento, por lo menos.
-¿Qué pasó?
-Ocurrió que en los últimos 30 años hubo una gran explotación. Ahora hay mucho barco que antes no había. Antes había dos barcos del SOYP, nada más. El resto eran chalanas como la nuestra que no perjudican. Pero los barcos arrastran y siguen los cardúmenes, y hasta que no cargan el barco no se vienen. También están los grandes barcos de factorías. Por eso hay cada vez menos peces.
-Se debería tomar medidas
-Yo creo que habría que moderar las mallas de los barcos grandes. Ahora, ya. Mañana es tarde. Fíjese que en otros países ya no tienen pescado. El 30 por ciento del pescado que consume España es de cultivo ictícola, lo cultivan en las rías porque en las costas tienen muy poquito pescado. En el Mediterráneo ya casi no hay pescado. Entonces hay que cuidar este estuario. Como hacen cerca de Las Malvinas cuando lo barcos van a pescar la merluza. Allá controlan, les dicen tienen tantos días, tanta captura. No hay que matar la fuente de trabajo. Según los entendidos, dentro de 50 años no va a haber más peces en el mar.
- Eso repercute en su trabajo.
-Treinta años atrás salíamos de acá a 800 metros. Ahora hay que ir ocho o diez kilómetros para pescar algo. Ahora se calan diez o quince mallas y después se recorre. Se saca el pescado y se vuelve a calar. A veces hay abundante. Pero la mayoría de las veces no. Antes uno venía con 500 o 600 kilos todos los días, y lo pescábamos acá no más, en un lance. Todo cambió.
-¿Cómo es su día de trabajo?
-Me levanto a las cuatro de la mañana, y a las cuatro y media salgo con un tripulante. Regresamos alrededor de las nueve de levantar las mallas. El pescado que capturamos lo ponemos enseguida a la venta. De tarde hacemos otra salida.
-¿Si pudiera volver atrás, sería pescador?
-Haría lo mismo. Lo haría mejor porque tendría la experiencia. Nacería y me iría antes de lo de mis padres, porque los padres a veces lo retienen a uno, o lo quieren ubicar en otra cosa que a ellos les parece que es mejor para el futuro de su hijo. Y no es así. La libertad y la independencia no tienen precio. Se lo digo por experiencia.
Como detenido en el tiempo, el puesto de pescado artesanal que instaló Conte cuarenta años atrás sobre la costa de Punta Carretas, ha sido testigo de un sostenido progreso que convirtió a la zona en una de las más distinguidas de la ciudad. Frente al puesto, en contraste con su precaria construcción, hoy se extiende una hilera de modernos edificios, circulan miles de autos y la gente camina a ritmo de ejercicio. Sin embargo todas las mañanas, los vecinos esperan la llegada de Conte en su chalana con la pesca del día.
Perfil
Nombre: Rodolfo Conte
Nació: Montevideo
Edad: 58 años
Profesión: Pescador
Otros datos: Su puesto "Manzanita" está ubicado en la Rambla y Parva Domus
Filosofía de vida
Desde siempre, Conte ha sido un enamorado del mar. Asegura que en el mar encontró no sólo su medio sino también su filosofía de vida. "El mar me enseñó muchas cosas. Me enseñó a ser humilde, a comprender a otras personas. En el mar uno tiene experiencias que lo llevan a recapacitar, a no atropellar. El mar enseña muchas cosas que no enseñan la escuela, el liceo o la universidad. Enseña a tener calidad de vida. Se cree que los pescadores somos todos bohemios, pero no es así. El mar también da la oportunidad de amar la libertad y la independencia. Porque uno ahí decide y es dueño de uno mismo verdaderamente. Todo no se puede medir en dinero", resume el pescador.