Sonó el teléfono de su casa y en línea estaba el presidente electo, Tabaré Vázquez. “Cuando me dijeron que era él, pensé que era una broma”, dijo a El País la futura ministra de Vivienda, Eneida de León.
Los medios habían manejado su nombre para la subsecretaría de Transporte, de donde había sido directora de Arquitectura durante el primer mandato de Vázquez (2005-2010). Pero ella había considerado un “disparate” la versión porque su amigo y exministro de Transporte, Víctor Rossi, no le había mencionado nada.
La llamada de Vázquez, ofreciéndole ser ministra de Vivienda, tomó por sorpresa a esta arquitecta de 72 años que dirigió varios proyectos como la reapertura del teatro Solís, la remodelación del auditorio del Sodre y las obras que finalmente convirtieron al que iba a ser el Palacio de Justicia en la Torre Ejecutiva.
Al principio, De León le dijo a Vázquez que no le parecía lo mejor asumir como ministra, porque en la cartera ya había “un buen equipo” guiado por Francisco Beltrame quien, al igual que ella, integra el Movimiento de Participación Popular (MPP).
La llamada ocurrió un día después del balotaje, el lunes 1° de diciembre, y Vázquez le dio hasta el miércoles para dar una respuesta. Pero se adelantó y el martes por la mañana la volvió a llamar, ahí fue cuando De León le comunicó que aceptaba. Antes de responder, había consultado a la senadora Lucía Topolansky (MPP) y al propio Beltrame, con quien tiene una amistad de más de 30 años. Lo conoció en la Facultad de Arquitectura, cuando era dirigente estudiantil. Luego de recibida, De León trabajó en el viejo INVE (Instituto Nacional de Viviendas Económicas) y cuando fue destituida -en plena dictadura militar- se dedicó a trabajar en estudios privados.
Aunque en el sector privado percibía buenos ingresos, su pasión por la administración pública hizo que dejara atrás la comodidad. “Cuando las restituciones de los funcionarios públicos hablé con mi marido y le digo a mis hijos ‘se van a morir de hambre, pero voy a volver’”, contó la futura ministra a El País.
“Volví con un impulso que nadie tenía en la administración pública. Ahí empecé a hacer obras más o menos importantes. Trabajé al frente del equipo de remodelación del Parque Hotel. Trabajé en el Pereira Rossell en una ampliación. Terminé siendo el caballito de batalla, si había una obra grande y complicada y había que sacarla adelante decían ‘llamá a esta mujer que es una bestia de trabajo’”, comentó.
La filosofía del MPP.
Hasta hace dos años, cuando se integró al MPP, De León era militante independiente del Frente Amplio, aunque fue “votante de toda la vida” del MPP.
A nivel político, De León comparte la filosofía del sector del presidente José Mujica y se siente cautivada por algunas de las figuras del MPP, como Topolansky y el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, a quien conoció cuando ella trabajaba en la Corporación Nacional para el Desarrollo, en la licitación de la cárcel de Punta de Rieles.
Cuando el Frente Amplio llegó al gobierno, De León dejó su trabajó en la Intendencia de Montevideo y se integró a la dirección de Arquitectura del Ministerio de Transporte, donde cobraba un sueldo de $ 12.000. Entonces gastó todos sus ahorros para pagar los aportes de la Caja Profesional.
En 2013 el ministro de Educación, Ricardo Ehrlich, le ofreció la presidencia del Sodre, donde se mantiene hasta ahora. Como “fanática” del ballet y la ópera y “consumista” del teatro y el cine, De León aceptó de inmediato.
En el medio, entre el 2012 y el 2014, presidió la Sociedad de Arquitectos del Uruguay. Además, por 12 años dictó clases en Facultad de Arquitectura. Más que un trabajo, esta actividad fue “una terapia”, dijo. “Dar clases en una facultad es algo que a uno le quita de la cabeza todo lo que pasó durante el día”.
Viviendas y lucro.
El “empuje” que De León demostró en la administración pública, fue lo que llevó a Vázquez a elegirla para conducir, desde el ministerio, un plan de vivienda que en principio apuntará a construir 37.000 soluciones habitaciones en el próximo quinquenio, tal como se comprometió en campaña electoral. No hay dudas de que la vivienda será una prioridad en el próximo período y para solucionar la demanda, la futura ministra presupuestará el Plan Juntos y seguirá con la política de subsidio de alquiler con derecho a compra.
La aplicación de la ley de vivienda de interés social es otra de las iniciativas que tendrán continuidad en el futuro gobierno. En ese marco, De León se mostró partidaria de revisar las ganancias que están obteniendo hoy las constructoras.
“Hoy un inversor privado y, siempre fue así, logra un lucro en la construcción que es mucho más alto que el de muchos negocios o industrias que hay en el país o fuera del país, y eso creo que de alguna forma hay que empezar a revisar. Pero antes, tenemos que ver qué demanda tenemos”, dijo a El País.
En la misma línea, opinó que “el sector privado tiene que ayudar”. “Tengo mucha confianza en poder armar buenos programas con el sector privado, que vayan un poco más lejos de lo que ya se ha armado. El sector privado hace una inversión y obtiene exoneración de impuestos, porque tiene un grupo de viviendas de interés social. Esas viviendas tienen que ser redituables para el gobierno, por lo que le da al privado; y el privado tiene que pensar quizás un poquito más en que su lucro, que es lógico y que está bien, pueda bajar o pueda compensarse”, aseguró la futura ministra. Además, en su gestión, De León buscará incluir técnicas y tecnologías alternativas para la construcción de viviendas.
Vázquez ya anunció los lineamientos de gestión.
El traslado del Plan Juntos -buque insignia del gobierno del mandatario José Mujica- de Presidencia de la República al Ministerio de Vivienda y su presupuestación, fue una de las instrucciones que le dio el presidente electo Tabaré Vázquez a la futura de ministra Eneida De León.
El otro lineamiento está relacionado a la problemática del cambio climático. “Este es un tema muy importante a nivel mundial, donde Uruguay tiene que liderar, tenemos que instalar el tema, así como logramos un Uruguay Natural”.
“No soy ni una ecologista ni una talibán a ultranza”
La futura ministra de Vivienda y Medio Ambiente, Eneida de León, prefirió no opinar sobre el proyecto que presentó la minera Aratirí para extraer hierro en la zona de Valentines. Según dijo, serán la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), la Dirección Nacional de Agua (Dinagua) y la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial (Dinot) las que deberán evaluar en conjunto cada proyecto de inversión que se presente en el país.
“Son temas que no se pueden separar, yo creo que estas tres direcciones deben actuar juntas, porque si se habla de megaminería se está afectando el agua y el suelo, entonces es imposible que solo quede en manos de la Dinama una resolución de ese tenor”, opinó.
Aunque reconoce que no es una experta en temas medioambientales, la futura ministra señaló que tiene una concepción que no es “ni ecologista a ultranza, ni talibán a ultranza”. “Tampoco quiero que llenen de pozos al Uruguay. Cuando se presenta un proyecto, hay que analizar cómo afecta al medio ambiente, a los habitantes y cómo afecta al sector”, insistió.
Para De León “el tema es que esa afectación no sea irreversible, no sea algo que afecta la vida, la salud y el trabajo de las personas”. Asimismo reconoció que “tampoco se puede parar la producción”, ya que desde la construcción de las ciudades se modifica el medio ambiente.
Consultada sobre la posibilidad de realizar un plebiscito para definir si se autoriza o no la instalación de la minera Aratirí -tal como propuso el presidente José Mujica-, De León respondió que “puede ser una opción”, pero afirmó que “antes la población tiene que estar enterada” del tema. “Para votar sobre algo que no sé exactamente cuán bueno o malo puede ser, creo que primero habría que brindar buena información a la población, pero un plebiscito no estaría mal”, acotó.
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