Juez pidió pruebas de ADN a testigos

RIVERA| FREDDY FERNANDEZ CARRANZA

Casi ocho años después del homicidio de Sheila Daniela López, el juez penal Federico Alvarez Petraglia dispuso que se extrajera sangre para puebas de ADN a un ex policía, un oficial de policía en actividad y a una tercera persona.

Una fuente judicial confirmó que, bajo el más absoluto sigilo, el viernes 17 en la sede judicial se procedió a extraer muestras de sangre a M.G.; al subcomisario P.P.; y al recluso Wanderley Rosa Lima, alias "Bombril", a efectos de identificar el ADN y cotejarlo con la información genética encontrada en el cuerpo de la infortunada muchacha.

Estas citaciones causaron cierto estupor en Rivera, especialmente porque se trata de tres personas, que de una forma u otra, figuran en el expediente desde el primer día.

Resulta oportuno señalar que MG, es íntimo amigo de Luis Pedro Saffons, a quien el Fiscal que actuó originalmente definía como "el testigo vivo". Saffons acompañaba a Sheila el día que ocurrió su muerte.

El actual subcomisario P.P., estaba de guardia en la trágica noche. En tanto, Wanderley "Bombril" Rosa Lima, cumplía turno en seccional novena el día del trágico desenlace.

En reiteradas ocasiones se lo ha acusado de haber "lavado el auto" utilizado por la pareja, antes que se cumplieran la pericias de rigor, extremo sobre el que hay versiones encontradas.

El 13 de febrero de 1997 encontraron el cuerpo sin vida de Sheila Daniela López. En aquella oportunidad Luis Pedro Saffons, el joven que acompañaba a la víctima, narró que ese lunes de carnaval, mientras estaban dialogando en el interior de un auto, fueron sorprendidos por una persona de color.

Este sujeto, mediante amenazas con arma de fuego, los obligó a trasladarse hacia al "Paso Gazapina", un paraje rural ubicado en plena línea divisoria, a pocos kilómetros de la ciudad.

En base a las declaraciones de Saffons, en primera instancia, se creyó que el atacante era "El Negro Dé", una persona requerida por el presunto ataque contra una menor.

Este y otros datos figuran en un expediente de cuatro piezas, es decir, casi 1.200 hojas, que el novel magistrado leyó detenidamente, repasando los pasos dados por sus antecesores.

A partir de esa lectura, el juez elaboró su propia estrategia en la que incluye realizar múltiples citaciones y pedir que se tome muestras de sangre a otras personas.

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