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Dos policías vinculados a bandas narcotraficantes de Brasil; uno fue condenado por tráfico de armas

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Un policía baja de un patrullero portando esposas. Foto: Fernando Ponzetto

EFECTIVOS AL SERVICIO DE "OS MANOS"

En menos de una semana, un policía de la Jefatura de Rivera y un expolicía que prestaba funciones en el INR terminaron condenados por la Justicia por estar vinculados a un grupo criminal brasileño.

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En poco menos de una semana un policía y un exefectivo perteneciente al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) quedaron en la mira de la Justicia por estar vinculados con un poderoso grupo criminal que opera en Brasil y que tiene integrantes también en el norte de Uruguay. La banda, o facción como se le denomina en la jerga policial, se llama “Os Manos”.

El último caso salió a la luz el pasado viernes tras una investigación por parte de la Policía de Rivera. Los investigadores de ese departamento comenzaron a indagar una denuncia anónima que daba cuenta de que un integrante de “Os Manos” tenía en su casa varias armas de fuego que pertenecían a la banda criminal y que estaría vinculado al tráfico de armas.

La Policía dio aviso a la fiscal Stella Alciaturi y comenzaron a recabar información. Los investigadores uruguayos cruzaron datos con sus pares brasileños porque los delincuentes pertenecientes al grupo “van y vienen de Brasil a Uruguay”, explicó a El País una fuente de la investigación.

En Santana do Livramento, la Policía brasileña logró detener al delincuente que, en el momento de su captura, llevaba un revolver marca glock. Ante esto, la fiscal Alciaturi solicitó a la Justicia una orden de allanamiento a la casa del delincuente, ubicada en el barrio Sacrificio de Sonia de la ciudad de Rivera, ya que había sospechas de que ahí funcionaba una especie de depósito donde habría más armas que pertenecían a “Os Manos”. En la casa del delincuente incautaron un celular y hallaron fotos “de armas de grueso calibre, municiones y droga”, según confió una fuente.

Por otra parte, la pistola glock que tenía el hombre cuando fue detenido pertenecía a un funcionario policial de la Jefatura de Policía de Rivera, por lo cual comenzó otra investigación paralela. Bajo el nombre “Operación Jilguero” los investigadores se centraron en los pasos del uniformado. Fue así que ubicaron una armería y allí corroboraron que el policía, de 40 años, había comprado tres pistolas, entre las cuales estaba la que llevaba el delincuente que habían detenido, y 1.000 municiones calibre 9 milímetros. El monto de lo comprado fue de $ 25.926.

Consciente de que sus compañeros de investigaciones lo estaban buscando, el policía le mandó un mensaje a un alterno diciéndole que estaba pescando, que no tenía señal y que su pareja le había avisado que le habían robado un arma. Agregó que el resto de las pistolas de su propiedad las tenía consigo pues las había llevado a pescar.

El pasado domingo al mediodía la Policía se presentó en el segundo trabajo del efectivo. Además de prestar servicios en la Jefatura de Policía de Rivera, trabajaba brindando seguridad de una empresa.

Allí lo detuvieron y realizaron una “inspección ocular” en su domicilio, con su permiso. Incautaron un rifle, su arma de reglamento, una mira telescópica, su informe y su celular. En el dispositivo, según indicaron fuentes del caso a El País, se encontró evidencia de que el policía estaba traficando armas de fuego que tenían como objetivo llegar a manos de delincuentes del grupo criminal del sur de Brasil y norte de Uruguay.

El policía fue conducido a declarar ante la fiscal Alciaturi y ayer se llevó a cabo la audiencia de formalización de la investigación por el caso. Durante esta instancia judicial, tras un proceso abreviado el policía implicado en las comercialización de armas de fuego y municiones terminó siendo condenado a 20 meses de cárcel efectiva.

Según indicaron fuentes del caso a El País, el uniformado resultó responsable de un delito de tráfico interno de armas. De esta manera, con una semana de diferencia, dos policías terminaron condenados por estar vinculados a la banda criminal brasileña. Uno de ellos fue a prisión por encargarse de la logística de venta de droga; este último, por venderles armas a integrantes de la banda.

Asesino de Brasil y expolicía del INR

El pasado 22 de agosto dos delincuentes fueron detenidos en la ciudad de Rivera. Tenían pasta base y por ese motivo comenzó una investigación en torno a ellos. Los investigadores policiales de Rivera pudieron detectar que seguían órdenes de dos personas. Uno de ellos, un expolicía de 26 años que había trabajado en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). Según indicaron fuentes de la investigación a El País, estos dos delincuentes a su vez seguían órdenes de una persona apodada “Gui”, que está preso en Brasil por haber asesinado a seis taxistas en menos de 48 horas. Esta persona, agregaron las fuentes, es el integrante de la banda “Os Manos” encargado del negocio de la venta de droga al sur de Brasil y norte de Uruguay. A mandato de este preso, el expolicía y el otro delincuente eran “responsables de gerenciar la venta de drogas en el barrio Lagunón y la Humedad” de Rivera, indicaron las fuentes. El ex efectivo policial fue condenado el 24 de agosto a tres años y medio de cárcel por delitos de asociación para delinquir, negociación de droga y tráfico interno de armas de fuego.

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